NO ES IZQUIERDA O DERECHA, CAPITALISMO O COMUNISMO, SOLO INFANTILISMO POLÍTICO

Eterniza el pensar de los hondureños que han perdido la esperanza, “todos son iguales”; en esencia, la política nacional lleva esa marca país, son prácticas viejas, más del siglo entre hermanitos azules y rojitos, acciones que opacan las jugadas clave de la primera mujer presidenta, se forjan alianzas con los que ayer gaseaban y, aún con tanta evidencia, se mantiene intocable la “estrella de la muerte”; entonces, pierde sentido la herencia de una administración quebrada y una Nación endeudada.

La “casita” de San Ignacio hoy sería un fondo para ayudar aquellos que vieron a la tierra tragarse las cuatro paredes que tanto les costó, los que prometieron reconstrucción en el Valle de Sula, hoy tranquilos con los pies secos y, en “la otra Honduras”, el ciudadano se pregunta el porqué tan permisivos, la respuesta yace en ese viejo esquema donde el político limitado, apenas agarra un poquito de poder, piensa en la siguiente elección y no en un plan de largo de plazo para la sociedad hondureña.

 

Reflexión
EL LIBERTADOR
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Tegucigalpa. Entra la cándida y vivaz estudiante de periodismo a la oficina de la dirección de EL LIBERTADOR, ágil de mente para su tarea de clases, aguda en la pregunta ¿Cuál es la ideología de Jhonny Lagos? ¿izquierda extrema? –El periodista Lagos la observa y responde: En Honduras no existe eso, deberíamos primero pasar por todos los procesos históricos que nos lleven a esas discusiones, lo que tenemos es un grupo de iletrados que repiten palabras sin comprender, mediocres oportunistas que juegan a intelectuales (yo no soy intelectual); en este país lo que coexiste es un modelo de exclusión social, es la lucha diaria por el plato de comida en millones de mesas empobrecidas, eso se llama injusticia, desigualdad en la repartición de la riqueza y, EL LIBERTADOR, cumpliendo el mandato esencial del periodismo, se coloca en el lado del pueblo y exige bienestar y dignidad para la ciudadanía. –No entendí, le responde la estudiante.

Exdiputado Cruz Asencio llora al justificar su «inocencia» en acusaciones por corrupción.

Y pensando en la exclusión, hoy llueve terriblemente y, desde esa relatividad donde cada quien sienta sus posturas de país, que es la ventana desde donde cada quien aprecia la vida, no es lo mismo sentir la racha de agua mientras se escucha Pharoah Sanders, degustando un café gourmet pedido por “Hugo”, observando de manera romántica caer las gotas sobre el cristal, jugando hacer siluetas, a estar en un barrio mula de marginal viendo impotente cómo las chispas parten la lámina, los niños llorando de hambre con el estufita mojada y en el suelo, en tanto, hombres y mujeres rezan a Dios para no morir, clamando que pare el agua que cae del cielo.- Esas pequeñas diferencias nos diferencian a unos y otros, del indolente y el indignado; del hambriento y al obseso; el que hace chistes y el que tiene el ceño fruncido. Esta tarde de sábado llueve a cantaros y en los bordos no se alegran, la angustia empapa el alma y la ropa, no solo se destartala la choza, es la vida que se va.

Caricatura de Luis Chávez, ante el reciente conflicto entre el designado presidencial, Salvador Nasralla y el asesor presidencial, Manuel Zelaya (presidente derrocado en 2009).

En estas tierras de nadie y de pocos, donde los luces del índice de la felicidad no nos alcanzan, los tristes bufones de la Corte se visten de autoridad, comandan y reparten chambas, ejércitos y presupuestos, codiciosos que se arrastran inescrupulosos a la “cosa pública” no por labor social, más bien como un “emprendurismo” ante la inutilidad siquiera de éxito en cualquier trabajo privado o personal, entonces todos los hondureños les cumplimos los caprichos a ellos y sus familias, siempre en la llanura listos para caerle al empleo y comodidad pública, eternos desocupados, eternos chupadores de presupuestos nacionales.- Tuvimos un Juan que en sus angustiados viajes oníricos y complejos de chafa frustrado, agarró nuestro dinero y enriqueció a los milicos como nunca, les compró todos los juguetes que querían y de paso aviones para él, para llevar a su familión por el mundo, junto con sus amiguetes, falsos defensores del ambiente, funcionarios de papel y pastores de los estupefacientes, esos no son lobos, son anacondas tragándose al pueblo, vendedores de humo y ungüentos celestiales, príncipes de los infiernos.

Aquí es donde yace el problema, cuando la dictadura de la ignorancia y la estupidez nos gobiernan, debe pagarse con el sudor y esfuerzo de todos los hondureños, porque la acción del bruto no tiene consecuencias para él, se la carga a los demás, a los que en verdad trabajamos, se la clava en el lomo a los ciudadanos que eternamente pasamos pagando deuda pública que en nombre nuestro piden a los bancos y despilfarran los malos gobiernos.

Un hondureño arrastra un objeto entre lodo y agua residual de inundaciones provocadas por huracanes Eta e Iota en 2020.

El “Leviatán” se construyó en un intercambio de libertades del habitante de un territorio para bienestar común, de todos, pero eso que gozan los habitantes de naciones modernas, a éstos del patio, caradura, les vale mil galaxias de riata. Cuando vemos Honduras desde la lupa de los resultados solo se puede llegar a la conclusión que el problema no es un gobierno en quiebra, es un Estado fracasado por políticos tal como los llamó Trump, refiriéndose al drenaje que emerge desde la región interglútea.- Este grupo de politicastros apenas han logrado hacer de Honduras un lugar con más similitudes a un enclave vendedor de bananos y café, tan distante de una república desarrollada como Plutón de nuestro planeta.- “Comunismo, socialismo del siglo XXI”, repite el penco al que ni por cortesía deberíamos soportar, porque nos tiene enfermos tanta estupidez.

Como dijo Anduray, en un chispazo de luz o un terremoto en las placas de su duro cerebro enmohecido, algo insólito que se ve una vez cada mil años: “No entendemos que tanta pobreza en el país debe darnos vergüenza, porque todo lo que hemos hecho en todos estos años de gobiernos nacionalistas y liberales, no se creó la bonanza, ni el Estado de justicia social que deberíamos tener, mi Partido (el Nacional) pregona la justicia social y la democracia, y no tenemos altos índices de desarrollo social en el país, al contrario, tenemos mucha pobreza, hay que aceptar que el neoliberalismo fracasó ¡Oligarcas de Honduras! Tienen que reaccionar y entender que el pueblo tiene derecho a disfrutar su país, este país le pertenece al pueblo hondureño, no a 10 o 15 familias.- Debemos construir un país nuevo”.

Alejandro Anduray, hijo del político Fernando Anduray.

Esta no es solo una declaración de cinismo, descaro y crimen, es la aceptación publica que la clase política es un grupo de fracasados, sostenidos por un grupo de empresarios centaveros, miedosos a competir, aunque digan que quieren “libre mercado” y ¡Ojo! Eso lo dice un hombre neurótico como Anduray que no pudo siquiera criar a su hijo, el niño camina con su pony blanco (no es mentira, lo tiene) creyéndose un “hombre blanco”, ario, cuasi raza pura, naaambeee, dame paja que soy paloma –JA, JA, JA– y el Hitler latino.

Pero estos hombrecitos son apenas canes que han soltado a ladrar, nosotros queremos a los que soltaron la correa, sombras ruidosas que murmuran en las alturas con moral en la pesadilla; “mayor impedimento de la democracia”, llamó Hugo Lorens a Jorge Canahuati que desde su Heraldo pide a gritos las licitaciones para sus empresas ¿periodismo? Puff, expresidentes que su única función en esta vida es conseguirle chamba a su impresentable hija, notablemente poco virtuosa (ratificada hasta por los “revolucionarios”) o que manden a Renato a chillar porque tienen miedo que no les den dinero para la Teletón que con gusto recibe los fondos públicos, pero no se deja auditar; que les gustan las empresas pequeñas, pero cuando HCH les hizo competencia salieron a morder por terror ¿Quién dijo miedo? Decía el líder.- Y nuestra economía secuestrada por terroristas financieros, allí anda José Luis Moncada en su senilidad, siempre patriota, mediando por las ZEDE, que ni los “refundacionistas” pueden parar y que les pasan los anuncios en sus medios favoritos.

Exalcalde de San Pedro Sula, Óscar Kilgore, llora ante oficiales al momento de ser arrestado en 2006.

No querida mía, no podemos hablar de ideología, eso es para almas elevadas, aún vivimos en el feudo, todavía un pedazo de tierra vale más que las ideas, donde matan solo por pensar diferente, donde hay que rendirle pleitesía al líder de turno porque cree en su rancho mental que los fondos públicos les pertenecen, donde piensan en reelección desde el primer día que son electos, aquí los criminales usan corbatas y las serpientes no solo muerden los pies descalzos de los pobres, también despedazan el cuello y le secuestran el alma. Estas pequeñas islitas llenas de bases militares gringas son tan bien comandadas que a la cobardía le dicen prudencia, que sin la formación ideológica alimentan a quien más adelante los destruye, la visión del oprimido de Paulo Freire, que alaba al amo y si lo dejaran en libertad no sabría qué hacer, si no, miren ese montón de columnas gelatinosas el mínimo asomo de protesta del Gobierno Castro salen con los pantalones en la mano a pedir perdón, aunque los pongan hacer una fila infame en la calle hasta para pedir una visa.- Quien se resigna a transitar como gusano por este mundo no tiene derecho a protestar cuando lo aplastan, aaahh y, a muchos en esta aldea, cómo los encanta, cómo los excita comportarse como gusanos.

El infecundo llega fácilmente a tomar decisiones de país y mientras más vulgar y arrastrado e ignorante es, más poder creé tener ¿Saben por qué Gandalf se enoja con Frodo, cuando éste le ofrece el “anillo de poder”? Porque el mago sabe que puede ser corrompido por el poder magnético de la joya, despertar sus ambiciones y codicias más obscuras, lo rechaza de inmediato para no caer en tentación.- El político hondureño es lo opuesto, con gusto se revuelca en la bajeza de sus emociones con tal de obtener un poco de poder y al tenerlo sentirse superior a los demás, hasta del pueblo que le paga los abundantes platos de comida, todo, todo.- Esa es nuestra maldición como pueblo, que los corruptos de espíritu y en acciones decidan por casi diez millones de almas.

Desde las zonas marginales, las chozas se destruyen con las lluvias, los albergues se llenan de “sin techos” y las redes sociales se inundan de palabrerías innecesarias e improductivas. Nos falta caminar demasiado como sociedad. Avanti

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