¡YA VISTO! CONMOCIÓN INTERNACIONAL POR CRIMEN CONTRA FISCAL ANTIMAFIA DE PARAGUAY

El fiscal paraguayo, Marcelo Pecci, muró el pasado lunes tras un ataque de sicarios en la Península de Barú, Colombia donde se encontraba celebrando su luna de miel; el togado, es reconocido por la prensa sudamericana por ser algo “poco habitual” al mantener intacta su lucha contra el crimen organizado.

El perfil de Pecci es comparable al que tenían Julián Arístides Gonzales (2009) y Alfredo Landaverde (2011), ambos asesinados por su lucha contra estructuras del narcotráfico con fuertes vínculos con los grupos de poder en Honduras.

 

Agencias / EL LIBERTADOR

Colombia. Este miércoles ha trascendido con gran impacto en el continente americano, el asesinato del Fiscal “antimafia” de Paraguay, Marcelo Pecci, quien llevaba la dirigencia de tres casos de alto perfil internacional, sobre todo con la operación “A Ultranza Py” que tocó grandes productores de narcóticos de Sudamérica y distribuidores en Europa.

Según el reporte de medios locales, Pecci se encontraba celebrando su luna de miel en la Península de Barú, ubicada a unos 40 kilómetros al suroeste de Cartagena de Indias, Colombia; allí fue ejecutado por sicarios a bordo de motos acuáticas.

Pecci tenía notoriedad pública debido a que algunas de las causas que encabezó tuvieron alta repercusión mediática, como los homicidios del empresario Mauricio Schwartzman y de Haylee Carolina Acevedo, hija del gobernador de Amambay, Roland Acevedo; y la balacera que se registró en enero pasado durante un festival de música, que dejó un saldo de dos muertos y cuatro heridos, y que, según las autoridades, fue parte de un ajuste de cuentas entre bandas narco.

Otro caso fue el del ciudadano brasileño de ascendencia libanesa Kassem Mohamad Hijazi, quien este año fue extraditado a EE.UU., en donde se le acusa de lavado de dinero de cárteles.

Y además, se destaca la Operación a «A Ultranza Py», que fue identificada por las autoridades paraguayas como la “más grande en su historia” y cuyo propósito era desarticular una organización criminal dedicada al trasiego de drogas a gran escala desde los países productores en Sudamérica, como Bolivia, hacia Europa.

Por la misma labor contra el crimen, en 2009 en Honduras asesinaron al «zar antidrogas», Julián Arístides Gonzales.

En cuanto se confirmó la muerte del fiscal, el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, condenó el crimen en sus redes sociales: «El cobarde asesinato del fiscal Marcelo Pecci en Colombia enluta a toda la Nación paraguaya». Y aseguró que reforzará la lucha en contra del crimen organizado.

En tanto, el presidente colombiano, Iván Duque, repudió la ejecución y reveló que ya se había comunicado con Abdo Benítez para acordar una cooperación binacional que permita encontrar a los asesinos. Pues el asesinato del fiscal ha ganado impacto por la facilidad del crimen para trascender fronteras.

El perfil de Pecci, perfectamente es comparable al de los hondureños: Julián Arístides Gonzales, conocido como el “zar antidrogas” y el de Alfredo Landaverde, ambos ejecutados por su lucha contra el tráfico de estupefacientes y el crimen organizado.

Dos años después del crimen contra el «zar antidrogas» de Honduras, fue acribillado Alfredo Landaverde, otro luchador antinarcóticos.

Gonzales fue asesinado en diciembre de 2009, pocos meses después que se instalara la dictadura de Robero Micheletti tras el golpe de Estado a Manuel Zelaya.

Mientras que Landaverde fue acribillado dos años más tarde, según la investigación en su ejecución hubo participación de oficiales de policía vinculados al narcotráfico.

Recientemente la DEA y el Departamento de Justicia, han revelado que en los últimos 20 años en Honduras ha operado una red criminal que escaló a lo más alto del poder político, lo anterior fue divulgado en los múltiples juicios de excapos que se han celebrado desde hace algunos años y se ratificó con la extradición del exgobernante, Juan Hernández en abril pasado.

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