El vicecanciller Tony García ha denunciado que la administración de Lisandro Rosales ha heredado al nuevo servicio exterior hondureño un desastre, pues convirtió a la Cancillería en una institución para pagar favores a activistas del Partido Nacional y, por si fuera poco, éstos se amparan en decreto de plazas que dejó el régimen Hernández para no renunciar.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Basados en decreto Ejecutivo del anterior Gobierno, oficiales del Servicio Exterior hondureño se resisten a renunciar y entregar sus cargos a la nueva autoridad del país, así lo ha renunciado el vicecanciller Tony García, quien señaló que la administración de Lisandro Rosales ha dejado un “desastre” en la Secretaría de Relaciones Exteriores.
García desglosó que si bien algunos perfiles son de gente buena, abunda la presencia de amigos y familiares de exfuncionarios, algunos incluso que fueron becados y otros “recomendados”.
Recordó que el Canciller Enrique Reina les ha pedido que renuncien y sólo algunos han tenido la valía para hacerlo pero que hay otros que están abusando del decreto que abusivamente metió el extraditable Juan Hernández para asegurar plazas permanentes a sus activistas.
“Tan pronto se derogue vamos a hacer remociones fuertes porque hay problemas en todos lados”, advirtió el funcionario.
El abogado explicó que al igual que se ha visto en Finanzas, Salud y Educación, la Secretaría de Relaciones Exteriores elabora un informe de la situación interna, revelando que ya han encontrado exagerada cantidad de irregularidades y actos de corrupción.
“Hemos hecho un diagnóstico del Consulado de Honduras; encontramos lo que todo mundo sabe: Deficiencia, corrupción, tráfico de citas, malos tratos, hacen a la gente esperar cuando llegan a la cita… que falta un documento, hay más de 20 mil hondureños que han estado esperando un pasaporte desde hace cuatro meses”, dijo.
“Hemos encontrado un gran desastre, estamos trabajando en un nuevo reglamento en protocolos”, afirmó el funcionario agregando que se han comunicado con el presidente salvadoreño Nayib Bukele para utilizar sus prácticas pues éste encontró los mismos problemas cuando asumió en 2019.
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