La armazón de aparentes comunicadores y otros con disfraz de periodistas ejercieron su trabajo criminal contra la sociedad hondureña por dos vías, directamente, visibles en los medios tradicionales de comunicación y, de manera encubierta, en envío de textos afines al Gobierno Hernández por plataformas de cientos de miles de cuentas falsas e infiltración de redes sociales, tras la captura del dictador de nuevo se ha activado esa fuerza de comunicación.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Durante años la dictadura de Juan Hernández tejió una vasta maquinaria de desinformación masiva nacional e internacional, que como estrategia desacreditaba toda noticia contraria a la matriz de comunicación oficial y buscaba posicionar en la opinión pública el discurso, la ideología y la mentira del régimen nacionalista.
La amplia red orlandista era tan grande, organizada y financiada como permite el Presupuesto de la República, así, disponía instalaciones y tecnología para “call center“ con decenas de empleados que operaban como fuerza de reacción y acción para masificar noticias falsas y enviar mensajes de manipulación social o “atrapabobos”.
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Esta armazón de aparentes comunicadores y otros con disfraz de periodistas ejercieron su trabajo criminal contra la sociedad hondureña por dos vías, directamente, visibles en los medios tradicionales de comunicación y, de manera encubierta, en envío de textos afines al Gobierno por plataformas de cientos de miles de cuentas falsas e infiltración de redes sociales, atacando opositores y creando tendencias de opinión.
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Luego de la captura del dictador, Juan Hernández, por solicitud para extradición a Estados Unidos, de nuevo se ha activado esa fuerza de comunicación de masas, para apoyar y reproducir tendencias de datos que promocionan la victimización de Hernández, actividades públicas de Ana García afines para evadir la extradición de su esposo, invocación de legalidad y promoción del terror con miras a movilizar activistas religiosos y mercenarios del Partido Nacional e instalar inestabilidad en el país que obstruya el arranque institucional y desenvolvimiento estable del Gobierno de Xiomara Castro.
Hernández está buscando quedarse en Honduras a través del Ministerio Público, y las acciones están en marcha, sin duda, la última batalla del orlandismo es contra EEUU.
Cabe recordar que toda la estructura ha sido expuesta por EL LIBERTADOR y otros entes especializados en informática, de hecho la científica de datos Sophie Zang –que trabajó para Facebook– expuso en 2018 que la red social de Mark Zuckerberg permitió “compromisos falsos” que influyó en la elección de 2017, con la ilegal reelección de Hernández.
Zang desglosó que Facebook no muestra interés en atender conflictos político-electorales que surgen a raíz de la desinformación en su plataforma; de hecho, no fue hasta 2019 que procedió contra “Archimedes Group” empresa israelí que “puso toda su artillería en Honduras” para infectar con “fake news”, según reporte de BBC.
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