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DOS HONDUREÑAS ENTRE LAS 100 PERSONAS MÁS INFLUYENTES 2021, SEGÚN “TIME”

DOS HONDUREÑAS ENTRE LAS 100 PERSONAS MÁS INFLUYENTES 2021, SEGÚN “TIME”

Tras 21 años de lucha en favor de los derechos de la comunidad de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Trangénero (LGBT), las hondureñas Indyra Mendoza y Claudia Spellmant han sido catalogadas por “TIME”, la prestigiosa revista estadounidense como dos de las 100 personas más influyentes de 2021.

 

En entrevista con EL LIBERTADOR, Indyra Mendoza, relató la influencia que tuvo la organización feminista lésbica “Catrachas”, que ella coordina, para que luego de 12 años el Estado de Honduras fuera declarado como responsable del asesinato de la mujer transgénero, Vicky Hernández, durante el golpe de Estado en 2009.

 

 

Redacción Central / EL LIBERTADOR

 

Tegucigalpa. “Influyente no, insistente sí”, asegura Indyra Mendoza que ésas  fueron sus primeras palabras tras enterarse que la prestigiosa revista “TIME”, la  incluyó a ella y su compañera de lucha, Claudia Spellmant, dentro de la lista de las 100 personas más influyentes 2021, en la categoría pioneros por la lucha que han realizado desde hace dos décadas en defensa de los derechos de la comunidad LGTB.

 

Como cada año la revista estadounidense ha publicado su tradicional listado de figuras influyentes que destacan en los campos político, artístico, climático y activismo social en el ámbito mundial; este año destacaron 46 hombres y 54 mujeres entre las que se encuentran las dos hondureñas.

 

Mendoza narra que este 15 el septiembre cuando recibió la inesperada noticia, se encontraba con un grupo de vecinos celebrando los cien años del “Barrio Independencia”, lugar de donde es originaria y donde radica actualmente, en la ciudad de La Ceiba, departamento de Atlántida.

 

“La noticia la recibí en La Ceiba, fue lo máximo para mí, porque más allá de lucha por mis derechos y los derechos de las personas LGTBI, estaba con la gente que amo y eso fue impresionante, y me alegro y me gustó mucho”, recordó muy contenta.

 

La acreditada hondureña se describe como una mujer perseverante, entusiasta e irreverente, asegura que precisamente estas cualidades la impulsaron, junto con un grupo de mujeres,  a crear la organización Lésbica feminista “Catrachas” en  1991, y desde esta organización ha luchado contra abusos a miembros de la comunidad LGTB.

 

Mendoza cuenta que desde 2004 aumento el fundamentalismo religioso y político en Honduras, y se empezaron a tomar acciones como la prohibición al cambio de nombre y, además, una serie de discriminaciones en el plano cultural, laboral incluso, llegando a la violencia.

 

“Han desnudado a compañeras trans, las han obligado a gritar en las calles denudas, diciendo: ‘¡soy hombre, soy hombre!’, ese tipo de acciones de la sociedad me hicieron pensar que tenía que defender mi derecho yo, Indyra, como lesbiana y juntarnos con otras personas para hacerlo”. 

 

Asegura que la organización ha tenido mucha aceptación por parte del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que ha enviado más de 100 recomendaciones en favor de la comunidad (LGTB). “Al final esto  lo hacemos para que todas la niñas, todos los niños, adolescentes o que van naciendo Honduras, que realmente de un paso adelante en cuanto a derechos y a respeto a la persona”.

 

Y es que gracias a este activismo social de Indyra Mendoza y de la directora del Colectivo Color Rosa en San Pedro Sula, Claudia Spellmant -quien actualmente se encuentra en exilio-,  la Corte Interamericana de Derechos Humanos de New York determinó que Honduras violó los derechos a la vida e integridad de la mujer trasgénero, Vicky Hernández, asesinada durante el golpe de Estado de 2009.

 

“Vicky no fue la primera, en esa semana mataron a 7 y, en 6 meses, 31 personas LGTBI”, declara la activista social. Luego, agrega que las evidencias que las motivaron a llevar el caso a la esfera internacional fue que: “Era VIH, no se le hizo autopsia y además mataron a dos de sus compañeras que fueron testigas de su muerte”.

 

Mendoza asegura que la condena al Estado de Honduras por la muerte de Vicky la cataloga como una victoria colectiva que le hace justicia a las cientos de víctimas de la comunidad LGTB que fueron brutalmente asesinados en 2009. 

 

La hondureña finaliza pidiendo a la población hondureña que elimine el estigma y la discriminación hacia la comunidad LGTB, aclarando que “no somos débiles, no somos vulnerables, somos personas totalmente inteligentes, astutas y valientes”.

 

Reitera que son valientes, ya que su lucha es diaria en contra del fundamentalismo religioso, contra el Estado, algunos medios de comunicación e instituciones, “luchamos contra todo y aquí estamos, y estamos bien, vamos a seguir mejores, porque Honduras tiene que cambiar”.

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