Doña Trinidad salió de Honduras y no logró ver la tierra donde fluye leche y miel que por décadas le prometieron los políticos, hace unas semanas acaparó portadas por su travesía en silla de ruedas, cruzó el “Río Bravo” y pidió asilo en Estados Unidos; fue despreciada y regresada a México, donde expiró.
Redacción Central / EL LIBRTADOR
Tegucigalpa.- En las últimas horas se ha reportado desde México que ha muerto la “abuelita migrante”, doña Trinidad Tábora, quien atestiguó ante el mundo que Honduras es “tierra hostil” para el pueblo, pues con casi un siglo de edad y en silla de ruedas, prefirió cruzar la ruta migrante antes que vivir sus últimos días en este país.
Doña Trinidad, que vio pasar 24 presidentes, fue conocida por el mundo tras un artículo de la cadena internacional Telemundo, que destacó su ímpetu por llegar al país de las barras y las estrellas, pese a su edad y sus problemas físicos.
A pesar del riesgo, los estadounidenses no le otorgaron el asilo y fue regresada a México, allí murió por causas aún desconocidas; su única aspiración era encontrarse con su nieta en New jersey, pues luego de ver masacrados a sus hijos y otros nietos en San Pedro Sula, no le pedía más a la vida.
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EE.UU. expulsó por la fuerza –y sin piedad– a doña Trinidad y su hija, junto a cientos de migrantes más, amparados en la ley del Título 42 que autoriza a la Oficina de Aduanas deshacerse de los migrantes que viajen de forma irregular, sin dar oportunidad de que pidan asilo o protección.
Al llegar a la ciudad de Roma, en el Estado de Texas, doña Trinidad pidió clemencia a las autoridades migratorias, afirmando que en Honduras estaban expuestas al crimen, recordando el episodio de violencia que le arrebató a sus vástagos; no hubo piedad.
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