La Secretaría de Educación, dirigida por el ingeniero agrónomo, Arnaldo Bueso, no pidió remodelar, reparar o construir nuevos centros educativos en 2020, cuando pase el covid los estudiantes volverán a viejos edificios que se caen a pedazos, sin agua potable y sin el ambiente básico para aprender.
Y en contraste, el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, aprovechó el 2020 y la educación virtual para remodelar escuelas y colegios, incluso ordenó una inversión de 58 millones de dólares para 79 centros nuevos.
Redacción Central/ EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. En Honduras los sistemas de Salud y Educación han sido condenados a la precariedad, pero en tiempos de pandemia, no han abandonado al pueblo. Más allá de la exhaustiva labor del personal en primera línea y de los docentes, el país presenta un panorama perjudicial para años venideros y el Gobierno nunca consideró las opiniones de los profesionales en materia.
El 1 de febrero inició el año académico 2021, optando nuevamente con la modalidad virtual ya que por ahora no existe un plan real para volver a tener clases presenciales.
En ese contexto, dirigentes magisteriales aseguran que no es factible el retorno de clases presenciales, porque los centros educativos no tienen siquiera los insumos más básicos para recibir estudiantes y, sobre todo, por el repunte de casos positivos de Covid-19.
“En la actualidad ni en broma deben mencionarse las clases presenciales”, así ha opinado el presidente del Colegio de Pedagogos de Honduras (Colpedagogosh), Edwin Hernández, quien además hace hincapié en que se requiere la dotación de material de bioseguridad, lo que obliga a la autoridad en Educación a plantear la reconstrucción de escuelas y colegios que se caen a pedazos.
Según Hernández, la Secretaría de Educación, para poder pensar en clases presenciales 2021, tuvo que empezar preparativos desde el año pasado. “Nosotros exigimos los respectivos gel de mano, desinfectante, agua potable, mascarillas suficientes aulas acondicionadas para un número no mayor de 20 alumnos”.
Además, Hernández insta que para disminuir la cantidad de estudiantes en las aulas, se requiere de una infraestructura adecuada y con mayor espacio, pero también es urgente la contratación de docentes porque según menciona que hay un déficit de 12 mil maestros y debido a la presión de la pandemia el número se puede duplicar.
Para el presidente tico, la educación es vital y por eso ha dicho que mientras los estudiantes estaban con aprendizaje virtual, su Gobierno se dedicó a reparar, mejorar y construir centros educativos, en enero pasado se confirmó que Costa Rica contaba con 79 nuevas “casas del saber” cuyo costo alcanzó los 58 millones de dólares.
En la gráfica, se observan las instalaciones del Colegio Nocturno de Cartago, fundado en 1944 y reconstruido recientemente con el proyecto de Alvarado.
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