El ex presidente del Banco Central de Honduras (BCH), Hugo Noé Pino, ha dicho que el próximo año estará marcado por nuevas cargas impositivas para los hondureños, por el acuerdo entre el Gobierno Hernández y el FMI, que estipula que el déficit fiscal actual, que es de 5 por ciento (unos 30 mil millones de lempiras), debe reducirse en un dos por ciento para 2021.
Pino recomendó que el gasto que hace el país en una defensa y seguridad, lo destine a educación y salud donde la población participe en la toma de decisiones, “de tal forma que el presupuesto público muestre las prioridades de la mayor parte de la población, pero esto necesariamente pasa por un cambio político de quienes dirigen el país actualmente”.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El panorama económico para 2021 es desalentador. Lo anterior, producto de la corrupción durante el manejo de la pandemia del Covid-19 y la emergencia producida por los ciclones Eta e Iota, así como por la baja inversión nacional y extranjera, ha revelado a este rotativo el ex presidente del Banco Central de Honduras (BCH), Hugo Noé Pino.
“El futuro económico cercano del país no se mira muy bueno, porque partimos de la base que este año la economía va a decrecer alrededor del 10 por ciento y el próximo año se está calculando un crecimiento de 2 y 3 por ciento, que con el nivel de desempleo que existe en Honduras es insuficiente para que las familias puedan llevan ingresos a sus hogares”, dijo.
El doctor en Economía, consideró que a la situación económica se le sumará que es un año político, lo que convierte el panorama muy sensible. “Desde el punto de vista económica esto va traer mayor nivel migración y en un año político, la conflictividad puede ser muy fuerte y esto afectará la inversión nacional y extranjera, por tanto, es una situación muy compleja y difícil para mayor parte de los hondureños”, agregó.
Asimismo, el experto ha advertido que la población hondureña recibirá nuevas cargas impositivas, porque el acuerdo firmado entre el régimen de Juan Hernández y el Fondo Monetario Internacional (FMI), estipula que el déficit fiscal de 2020 del 5 por ciento (y que es de unos 30 mil millones de lempiras) debe reducirse en un dos por ciento para el próximo año, algo que sólo se pude lograr a través de nuevos impuestos o con la reducción de gasto, o con la combinación de ambos.
“La crisis económica del país se demuestra bajo las cifras del alto desempleo y un crecimiento bajo, factores que aumentan la pobreza producto de la falta de la inversión nacional y extranjera, impacto que también deja déficit fiscal y mayor endeudamiento, lo que hace destinar más recursos del presupuesto para el pago de la deuda”, acotó.
Cifras de la Secretaría de Finanzas, revelan que al tercer trimestre de 2020, el saldo de la deuda pública de la administración central de Honduras alcanzó 13,989.2 millones de dólares (unos 338 mil millones de lempiras), un aumento de 1,804.2 millones (más de 43 mil millones de lempiras) respecto al cierre de 2019.- El saldo de la deuda pública es la sumatoria de las deudas interna y externa.
Ante ese contexto el economista Pino, recomendó “un cambio de política económica, que venga a beneficiar a la mayor parte de la población, la reducción de exoneraciones fiscales, combatir frontalmente la evasión fiscal y cambiar el Código Tributario en muchos aspectos que favorecen a la elite económica”.
Sin embargo, es consciente que el panorama nacional sólo podrá mejorar con un cambio radical en las decisiones políticas, económicas y sociales.
“Es necesario asignar mejor los recursos, en vez de estar gastando en defensa asignarlos a educación, salud y hacer partícipe a la población de las decisiones, de tal forma de que el presupuesto público muestre las prioridades de la mayor parte de la población, pero esto necesariamente pasa por un cambio político de quienes dirigen el país actualmente”, sostuvo Pino.
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