Cierta vez, Diego le propuso a su otro yo que dejara unas palabras para el día de su muerte. “Uuuuhh, ¿qué le diría?”, pensó un momento y se dijo: “Gracias por haber jugado al fútbol, porque es el deporte que me dio más alegría, más libertad, es como tocar el cielo con las manos. Gracias a la pelota. Sí, pondría una lápida que diga: gracias a la pelota”.
Diego Armando Maradona, uno de los máximos íconos del fútbol mundial, murió este miércoles 25 de noviembre a menos de un mes de haber cumplido 60 años. Desde su infancia como jugador de Cebollitas hasta su actualidad como entrenador de Gimnasia, “El 10” tuvo una vida que supera cualquier guión cinematográfico.
El ex jugador, ex entrenador y emblema de la Selección Argentina, con la que fue campeón en el Mundial de México 86, sufrió un paro cardiorrespiratorio en “la casa de Tigre”, zona residencial afuera de Buenos Aires donde se había instalado tras haber sido operado de un hematoma subdural. Conmoción mundial por el deceso del “10” más grande en la historia del balompié.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. “De una patada fui de Fiorito a la cima del mundo, y ahí me la tuve que arreglar solo”, declaraba hace 20 años Diego Armando Maradona al rememorar su mítica trayectoria como jugador, entrenador y emblemático capitán de la Selección Argentina, con la que fue campeón del mundo en México 86 al vencer a Alemania en la final (3-2).- En ese torneo anotó el mejor gol en la historia de los mundiales contra Inglaterra y un segundo tanto con “La mano de Dios”.
Este icónico personaje conocido como El Diego, El 10 o simple pero definitivamente como Maradona, nació el 30 de octubre de 1960 en el barrio Villa Fiorito en Lanús, a 40 kilómetros del centro de Buenos Aires, en la provincia de Buenos Aires (capital de Argentina).
Pero este 25 de noviembre, el mundo ha enmudecido con la fatal noticia: El Diego ha muerto. Al mediodía de Buenos Aires (9 de la mañana de Honduras), tras una descompensación cardíaca luego que su salud se viera deteriorada por su adicción al alcohol y la dependencia a los psicofármacos, lo que derivó en un cuadro quirúrgico por un hematoma subdural en la cabeza.
“Con dolor tengo que informar que falleció Diego Maradona. Fue en su casa del barrio de Villa Nueva [en Nordelta, provincia de Buenos Aires] antes del mediodía. No hay consuelo”, ha confirmado en su cuenta de Twitter el encargado de prensa del 10, Sebastián Sanchi.
Es de recordar que el 11 de noviembre, Maradona había sido dado de alta en el hospital de Olivos, donde fue operado el 3 de noviembre, para continuar con un tratamiento ambulatorio en una casa ubicada en un barrio cerrado de Nordelta.
Tras la operación de hace dos semanas, Maradona había obtenido el alta clínica pero no el alta médica, ya que continuaba con un “cuadro de abstinencia” por su adicción al alcohol, por lo que debía continuar el tratamiento de manera ambulatoria.
El recorrido de Maradona hasta este traslado empezó el lunes 2 de este mes, cuando fue internado en la clínica Ipensa, de La Plata, cercana a su residencia anterior en el barrio cerrado Campos de Roca, del partido de Coronel Brandsen, adonde se había ido a vivir para estar cerca del predio de Abasto en el que entrenaba a Gimnasia y Esgrima La Plata, equipo del que es socio su amigo y ex compañero de selección Pedro Troglio, quien actualmente es el entrenador del hondureño club Olimpia.
Al respecto, Troglio ha compartido en sus redes el siguiente mensaje: “Duele el alma. Siempre en mi corazón. Amigo querido ya estás en paz. Orgulloso de haber estado a tu lado. Mi familia y yo te vamos a querer toda la vida”, recordando al 10, con quien fueron subcampeones del mundo en Italia 90, donde cayeron 1 a 0 contra Alemania por un polémico penal.
Medios argentinos y del mundo, han informado que si bien la operación practicada al Diego hace dos semanas y que se extendió por 55 minutos fue considerada “exitosa”, días después el panorama cambió ya que Maradona estaba recuperado de la operación, pero ahora padecía “un cuadro de abstinencia”, para la cual necesitaría un tratamiento más prolongado.
Y la mañana de este 25 de noviembre, se fue apagando una estrella del mundo futbolístico. Su cuerpo se resquebrajó y empezó a sacar a luz tantos años de castigo físico, de desbordes, de excesos, de patadas, de infiltraciones, de viajes, de adicciones, de antidepresivos, de pastillas para dormir, de subidas y bajadas de peso, de andar por los extremos sin red de contención.
Pero entre tantas cosas que hizo en su vida, Maradona hizo una peculiar: se entrevistó a sí mismo. En su paso por los medios tuvo un recordado programa llamado “La noche del 10”, y en un montaje realizado en 2005 apareció de saco y en pantalla doble, salió de camiseta, como siempre se sintió más cómodo.
El Diego de saco preguntó al de camiseta de qué se arrepentía. “De no haber disfrutado del crecimiento de las nenas, de haber faltado a fiestas de las nenas… Me arrepiento de haber hecho sufrir a mi vieja, mi viejo, mis hermanos, a los que me quieren. No haber podido dar el 100 por ciento en el fútbol porque yo con la cocaína daba ventajas. Yo no saqué ventaja, yo di ventaja”, se respondió.
Y antes de terminar el programa, el Diego de traje le propuso a su otro yo que deje unas palabras para cuando le llegue el día de su muerte. “Uuuuhh, ¿qué le diría?”, pensó un momento y se dijo: “Gracias por haber jugado al fútbol, porque es el deporte que me dio más alegría, más libertad, es como tocar el cielo con las manos. Gracias a la pelota. Sí, pondría una lápida que diga: gracias a la pelota”.
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