Home » LA HONDURAS DE AQUÍ, DE ALLÁ Y USTEDES LOS MALNACIDOS

LA HONDURAS DE AQUÍ, DE ALLÁ Y USTEDES LOS MALNACIDOS

LA HONDURAS DE AQUÍ, DE ALLÁ Y USTEDES LOS MALNACIDOS

Y ese es el problema de los malnacidos, están los Pedro que nunca lograron salir de la miseria, están los malnacidos montunos, gente sin abolengo ni clase, que a través de la política o el crimen (aquí es casi lo mismo), llegan a ser diputados y hasta presidentes, obviamente siempre le servirán a los Fernando David, no importa cuánto dura un gobierno, cuando termine, ellos seguirán aquí, aferrados al presupuesto nacional, como hijo en pecho.

 

Reflexión

EL LIBERTADOR

redaccion@ellibertador.hn

 

Tegucigalpa. Una mujer marchita, cansada, demacrada, vende pescados en el mercado Las Américas, de Comayagüela, entre olores y hedores, las náuseas conviven. Tiene siete meses de embarazo y no sabe dónde está el padre del niño que, sin nacer, ya sabe qué duro es el trabajo jornalero y el sudor salado transpirado por el sol.- Al otro lado de la ciudad, allá sobre las cumbres, la blanca habitación es iluminada y decorada para la sesión del “Baby photographer”, una mujer, de siete meses de embarazo, yace cómodamente recostada sobre la mullida cama, se siente bella, querida, su esposo la observa de lejos y le sonríe, ella nunca ha trabajado y fluyen los pensamientos, mientras en el aire del cariñoso recinto –suavemente— se evapora J’adore de Christian Dior.

 

Son las 06:30 de la tarde, la señora del mercado, recorrió los pasillos agrietados y paredes curtidas, imperdible olor a cloro, detergente y alcohol diluido en el suelo del Hospital Materno Infantil, siete horas entre gritos y llantos sobre una “burra”, aquel cuerpo débil hace el último esfuerzo, y al mundo abre los ojos el pequeño Pedro Hernández (un nombre, un apellido). A esa misma hora, 06:30 de la mañana, en el Medical Center, el cuarto níveo, suficientemente amplio para toda la familia, la madame de los perfumes trae con dolor a Fernando David Pierrefeu Marinakys (dos nombres, dos apellidos), lirios, claveles y multicolores y bellas Cannas índicas, son testigos de la felicidad.

 

Pedro es un ganador, sobrevivió a la desnutrición crónica. Según cifras oficiales, en Honduras el 23 por ciento de los niños menores de cinco años sufre desnutrición crónica, pero él ya tiene seis años y aprendió el idioma de la calle, entre semáforos y escuela, equilibra la vida; Fernando David, a los seis años ya pasó por atenta estimulación temprana desde muy bebé, en nursery aprendió a nadar en la piscina llena de agua purificada al son de música infantil y aplausos de las “miss” y niñeras escolares, ya comienza hablar inglés y tiene clases extracurriculares de francés, pronto ejecutará el violín en el conservatorio “Amadeus”, ustedes saben, son etapas del desarrollo emocional para sentar las bases sólidas de una persona segura y feliz.

 

Y llegó la juventud, en la Honduras de allá creció nuestro Pedro, esquivó las maras, el crimen organizado, el hambre, trabaja y estudia para terminar la secundaria, donde le han enseñado a obedecer para ser bombero, militar o futbolista, no irá a la universidad, no tiene sentido: gana más en enderezado y pintado que el “Lic” de la cuadra, ahí en el barrio “La Leona” ha conocido a una muchacha y está enamorado. Mientras en la Honduras de acá crece nuestro Fernando David sin parar, está organizando la “Farewell”, él y los suyos se comunican en inglés perfecto, son los “Seniors” este año; les han enseñado a mandar, los formaron con educación muy, muy superior a la pública, para que sean empresarios, políticos y presidentes y “serás lo que quieras ser”. Cae melancólica la tarde y nuestro muchacho también encontró el amor en la “class”, ¡qué bellos se ven!, hicieron los exámenes de admisión y juntos estudiarán en Massachusetts Institute of Technology o en University of Cambridge.

 

En la Honduras de allá, las bodas son gratis en la Alcaldía, después del discurso de 31 minutos de “Tulio”, sirven arroz con pollo y “Tang” o “Suko” de naranja con poco hielo, pero Pedro está feliz, aquella muchacha macilenta, sonríe con el vestido blanco usado, los amigos del barrio, bolos con la excusa de felicidad brindan… la tarde inunda la ciudad y los años avanzan, el cansancio acumulado, el trabajo pesado, los hijos, la ilusión de la esperanza despacio va desapareciendo y todo se torna gris. En la Honduras de aquí, Fernando David ¡apenas empieza! Boda en París, desbordado el Champagne, el salón radiante, vajilla de plata, los novios parecen hermosos y lo son, el cardenal (quien lo bautizó) viajó para este importante día. Al volver al país ya los papás tienen lista la empresa donde él será “Ceo” y ella lo que quiera en el mundo empresarial o de Estado, los medios tradicionales a él lo presentan como el “genio” del año, las relaciones le permiten crecer con cualquier idea y el mundo es de rosa y turrón.

 

Era 15 de septiembre de 2018, Pedro protestaba en las calles reclamando un país con igualdad de oportunidades, pero la represión se abalanza desde el estadio con nombre de dictador, y un torpecillo montuno develaba la verdad: “Un abrazo para todos los que están aquí y los que están allá en Honduras”, Pedro ya sabía que eso era así y apretó los dientes. Fernando David, aunque acostumbrado hacer negocios con el gobierno, pensó en el peligro de restregarle a un pueblo muerto de hambre y malnacido, lo peligroso que es un tonto salvaje gobernando, hielo en el vaso, lo llena de alcohol –Este nos lleva a un estallido social, ¡pendejo! – y empuja el trago hasta el final…

 

Y ese es el problema de los malnacidos, están los Pedro que nunca lograron salir de la miseria, están los malnacidos montunos, gente sin abolengo ni clase, que a través de la política o el crimen (aquí es casi lo mismo), llegan a ser diputados y hasta presidentes, obviamente siempre le servirán a los Fernando David, no importa cuánto dura un gobierno, cuando termine, ellos seguirán aquí, aferrados al presupuesto nacional, como hijo en pecho.

 

Sólo a veces y sólo a veces, nacen malnacidos peligrosos, destinados a ser Pedro, vuelan sobre los Fernando David, gente descalza, destinados a la cantina o agachar la cabeza, volaron altivos, llámele capricho de la naturaleza o toque de locura, en medios de comunicación podría ser un Esdras López, David Romero, Rodrigo Arévalo, Jhonny Lagos, Eduardo Maldonado. No se confunda lector, no los comparo por sus obras o acciones, pues están en puntos distintos, sin embargo es gente descalza que logró lo que ni con la educación, influencia o contactos alcanzaron los Fernando David. No todo se puede comprar, cariño. Lo dijo bien don Miguel de Unamuno acerca del hijo del rey: “Quod natura non dat, Salmantica non prestat” (lo que natura no da, Salamanca no presta).

 

Y en la Honduras de allá llegó el Covid, Pedro escuchó por días y días que se robaron el dinero, se desveló viendo si llegaban los barcos y finalmente sus pulmones fueron colapsando, hasta que murió este día a las 06:30 de la mañana, estaba en una enorme fila esperando atención en un triaje (centro de selección de pacientes), murió con el sol en la cara, con la burrita envuelta en una bolsa amarilla, será enterrado en una fosa común. Fernando David fue atendido en su casa, tenía el tratamiento, le dieron plasma, extrañamente aparecieron en su casa unos respiradores mecánicos y tanques de oxígeno, pero nada sirvió, murió este día a las 06:30 de la tarde.

 

El hijo de Pedro tiene seis años, pide haciendo equilibrio y limpiando vidrios en los semáforos y tiene algo claro: quiere ir a la universidad porque quiere ser presidente. La Honduras de aquí y de allá estarán unidas cuando ambas desaparezcan, antes van a cambiar. Sépanlo: el día ha llegado y llegará, porque dos fuerzas divididas y desiguales no ocupan eternamente un mismo espacio.

Deja un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

error: Contenido Protegido