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GUADALUPE RUELAS NARRA TERROR DE HONDURAS AL RECIBIR “PREMIO WOLA”

“Estoy convencido de que la ayuda militar a Honduras ha sido y es, directamente proporcional a la violación de derechos humanos de jóvenes, mujeres, indígenas y campesinos e inversamente proporcional a  los intentos y programas de prevención.”, ha dicho hace unos minutos en Washington, el director de Casa Alianza Honduras, que ha sido homenajeado por la comunidad mundial de Derechos Humanos con el laureado “Premio WOLA”.

“Debido a la falta de políticas sociales y económicas adecuadas, Honduras se ha convertido en una máquina de sufrimiento, miedo, muerte y migración irregular para los niños y las niñas. Honduras es hoy, un país peligroso para ser niño o joven”.

 

José Guadalupe Ruelas, Premio WOLA, tuvo la cortesía de entregar su discurso al periódico EL LIBERTADOR, esta tarde, antes del homenaje que ha recibido en Washington, y lo reproducimos por la importancia para el pueblo hondureño.

 

Redacción Central / EL LIBERTADOR

 

Tegucigalpa. Hace unos minutos finalizó en Washington, Distrito de Columbia, la ceremonia de premiación a los Derechos Humanos que cada año entrega el centro de estudios de la  Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, conocida por sus siglas en inglés como WOLA. Una de las organizaciones galardonas por su compromiso en la defensa de los derechos humanos es Casa Alianza Honduras, que proporciona refugio a niños, niñas y  jóvenes sin hogar o en riesgo social.  

 

“Debido a la falta de políticas sociales y económicas adecuadas, Honduras se ha convertido en una máquina de sufrimiento, miedo, muerte y migración irregular para los niños y las niñas. Honduras es hoy, un país peligroso para ser niño o joven”. Estos desgarradores calificativos que retratan la realidad que a diario viven los niños, niñas y jóvenes de este empobrecido pueblo llamado Honduras, forman parte del valiente discurso que pronunció esta noche, José Guadalupe Ruelas, director de Casa Alianza Honduras, cuando recibió el premio WOLA.

 

Ruelas, que ha sufrido en carne propia la represión de un gobierno violador de derechos humanos, de manera valiente censuró las políticas de gobierno en materia de seguridad y el papel represivo de  las fuerzas armadas. “Cuando  el Estado habla de prevención habla eminentemente de militarizar los barrios, las calles, los colegios, los autobuses y los hospitales. Estos militares llegan a los barrios y ven al otro como su enemigo, ven a las y los jóvenes pobres como sospechosos; los empujan, los maltratan, los interrogan, los intimidan y en varias ocasiones, además de reprimir, ya han asesinado a jóvenes.”

Y recomendó que la  prevención es la mejor inversión que un Estado puede realizar para evitar que más jóvenes caigan en las garras de la violencia, aspecto elemental que toda nación que se precia de respetar los derechos humanos realiza, pero que en Honduras es una utopía. Debemos invertir en fortalecer capacidades comunitarias, en restablecer el tejido social, en recuperar de forma pacífica los barrios y territorios. Hablamos de la participación de todos los actores comunitarios y estatales incluyendo arte, cultura, salud, educación, deporte y seguridad.”

En la parte medular del discurso, el director de Casa Alianza hizo un llamado de atención al gobierno norteamericano por su apoyo a las fuerzas armadas, que solo han contribuido a que se violenten los derechos de la población. “Por ello estoy convencido de que la ayuda militar a Honduras ha sido y es, directamente proporcional a la violación de derechos humanos de jóvenes, mujeres, indígenas y campesinos e inversamente proporcional a  los intentos y programas de prevención”

“Donde hay miedo no puede haber confianza, y donde no hay confianza no se puede construir comunidad, ni sociedad, ni paz, ni desarrollo. Ante este miedo los niños huyen; ¡no buscan un sueño americano…huyen de la pesadilla Hondureña! Nosotros en Casa Alianza nos sentimos llamados a proteger y salvaguardar a todos estos niños y niñas de esta situación, especialmente los niños desamparados que sufren en la calle”, agregó Ruelas.

 

¿Que es WOLA?

Es  una organización líder en investigación e incidencia que promueve los derechos humanos en las Américas, cuya sede se encuentra en Washington, tiene influencia sobre las políticas tanto en los Estados Unidos como en el exterior, establecen vínculos  con organizaciones y  personas valientes que trabajan a favor del cambio social. WOLA se enfoca en problemas que transcienden fronteras y requieren soluciones tanto locales como internacionales.

 

El otro Premio Derechos Humanos WOLA 2016 es para Bill y Paula Clapp, fundadores de la Seattle International Foundation (SIF), por su «compromiso visionario y catalítico con los derechos humanos y el desarrollo económico en Centroamérica».

 

Los ganadores del premio en años anteriores incluyen: la organización colombiana de derechos humanos Justicia y Paz, el asesor del Senado Tim Rieser, la exfiscal general de Guatemala, Claudia Paz y Paz, el senador Tom Harkin, el congresista George Miller, el actor mexicano Gael García Bernal, la directora ejecutiva de la Fundación Myrna Mack, Helen Mack, y el periódico digital salvadoreño El Faro.

 

A continuación, EL LIBERTADOR, reproduce el discurso completo de José Guadalupe Ruelas:

 

“Muy buenas noches

Me siento muy feliz y agradecido de estar aquí con ustedes, con quienes compartimos la preocupación por la difícil situación en mi país.

Quiero agradecer y dedicar este honroso reconocimiento a todos los niños y las niñas de Honduras que día a día sueñan y luchan, contra toda adversidad, por una vida digna, a la que tienen total derecho.

Gracias a Joy Olson y a todo el equipo de WOLA por honrar a Casa Alianza de Honduras  con este prestigioso reconocimiento. Gracias a Covenant House International, a Kevin Ryan, a Peggy Healy y todo su equipo por apoyarnos a cumplir nuestra misión.

Gracias también al comprometido equipo de trabajo de Casa Alianza de Honduras, que junto a las niñas y niños realizan una labor tan maravillosa.

En Honduras, este trabajo es absolutamente necesario. Las niñas y niños en Honduras atraviesan por una situación dramática,  la pobreza, la falta de oportunidades, la violencia y la corrupción, están haciendo mella en sus vidas.

Debido a la falta de políticas sociales y económicas adecuadas, Honduras se ha convertido en una máquina de sufrimiento, miedo, muerte y migración irregular para los niños y las niñas. Honduras es hoy, un país peligroso para ser niño o joven.

Donde hay miedo no puede haber confianza, y donde no hay confianza no se puede construir comunidad, ni sociedad, ni paz, ni desarrollo. Ante este miedo los niños huyen;  ¡no buscan un sueño americano…huyen de la pesadilla Hondureña!

Nosotros en Casa Alianza nos sentimos llamados a proteger y salvaguardar a todos estos niños y niñas de esta situación, especialmente los niños desamparados que sufren en la calle.

Pero en Casa Alianza también sabemos que si queremos que las cosas cambien en Honduras, debemos cambiar también nosotros. Sabemos que si queremos prevenir la violencia, debemos invertir en la prevención, y en la construcción de una sociedad nueva. Debemos invertir en fortalecer capacidades comunitarias, en restablecer el tejido social, en recuperar de forma pacífica los barrios y territorios. Hablamos de la participación de todos los actores comunitarios y estatales incluyendo arte, cultura, salud, educación, deporte y seguridad.

Por el contrario, cuando el Estado habla de prevención habla eminentemente de militarizar los barrios, las calles, los colegios, los autobuses y los hospitales. Estos militares llegan a los barrios y ven al otro como su enemigo,  ven a las y los jóvenes pobres como sospechosos; los empujan, los maltratan, los interrogan, los intimidan y en varias ocasiones, además de reprimir, ya han asesinado a jóvenes.

Por ello estoy convencido de que la ayuda militar a Honduras ha sido y es, directamente proporcional a la violación de derechos humanos de jóvenes, mujeres, indígenas y campesinos e inversamente proporcional a  los intentos y programas de prevención.

Como dijo mi compatriota Berta Cáceres, asesinada con la participación directa de militares ¡es hora de que despertemos!

Hay casos que nos dan mucha esperanza. Hay gente comprometida en Honduras que está contribuyendo a una sociedad más justa. Vemos el impacto de su trabajo todos los días. Jóvenes que hace seis meses consumían alguna sustancia, hoy están sanando y obtienen calificaciones de excelencia académica; jóvenes víctimas de trata, de desamparo y de violencia, tienen hoy un proyecto positivo de vida y son excelentes deportistas, artistas, emprendedores y han logrado reintegrase a sus familias o emprender una vida autónoma. Todo esto, con tan solo brindarles una pequeña oportunidad.

Estos niños necesitan que el gobierno haga cambios, y tenemos la esperanza de que los haga. Y aquí es donde nos encontramos con WOLA, quien conoce los resultados de programas como los de Casa Alianza, pero también el resultado de la aplicación de políticas inadecuadas a nuestra situación y por ello hacemos incidencia para mejorarlas o cambiarlas.

¡Que vivan los niños!, que estudien, que crezcan que sean saludables, que sean felices y que encuentren en mi país su patria, ese es nuestro sueño. Para cumplirlo todos tenemos que hacer nuestra parte.

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