La Fiscalía brasileña pidió permiso a la Corte Suprema para abrir para investigar a varios congresistas, entre ellos, el senador Aécio Neves (foto), quien conspira para derrocar a la mandataria Dilma Rousseff.
Agencias / EL LIBERTADOR
Brasilia. El dirigente de la oposición brasileña y conspirador para botar a la presidencia Dilma Rousseff, el senador Aécio Neves, podría ser investigado por su supuesta responsabilidad en los desvíos en la petrolera estatal Petrobras, según la Fiscalía.
La Fiscalía brasileña pidió una autorización a la Corte Suprema para abrir una investigación contra varios congresistas, entre ellos Neves, por desvíos en la estatal petrolera. Todos los acusados son parlamentarios y tienen fuero privilegiado.
Los congresistas acusados serán investigados por el procurador general de la República, Rodrigo Janot. Los políticos podrían tener conexión con el senador Delcidio do Amaral, exvocero del Gobierno en el Senado, que los delató durante su arresto en diciembre de 2015 por su participación en el escándalo Petrobras.
Do Amaral, el primer senador de Brasil en ser arrestado en pleno ejercicio de su mandato, fue liberado este año tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía para colaborar con las investigaciones y recibir rebajas en sus penas a cambio de denunciar a sus cómplices.
Este lunes la comisión del Senado, integrada por 21 personas, continúa las sesiones sobre el juicio político contra Rousseff. La Cámara Baja recibirá la exposición del procurador del tribunal de Cuentas de la Unión, Julio Marcelo de Oliveira, y el profesor de Derecho, José Mauricio Conti, ambos con posiciones favorables al proceso de juicio.
La semana pasada la comisión especial escuchó a la defensa de Rousseff, representada por el abogado general de la Unión, José Eduardo Cardozo, los ministros de Agricultura, Katia Abreu, y de Hacienda, Nelson Barbosa.
El próximo 6 de mayo la comisión del Senado entregará la relatoría para evaluar si avanza el juicio político contra la presidenta.
La mandataria Dilma Rousseff expresó el domingo que el golpe contra su mandato acabaría al mismo tiempo con las conquistas de los trabajadores, en una nación donde está en vilo la democracia.
Rousseff argumentó que nunca tomó dinero del Estado y que jamás fue acusada de corrupción, pero que aun así intentan enjuiciarla debido a que la derecha busca conseguir un «crimen» para sacarla del poder.
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