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Más de un centenar de muertos y desaparecidos por alud en Guatemala

«Lamentablemente un nuevo recuento indica que son 131 los muertos que se han recuperado», comentó a periodistas Julio Sánchez, del cuerpo de Bomberos Voluntarios y vocero del puesto de comando de rescate en el lugar de la tragedia.

Agencias / EL LIBERTADOR

Ciudad de Guatemala. Las autoridades guatemaltecas han rescatado 131 muertos en un gran deslave que sepultó unas 125 viviendas en la periferia este de la capital y se desvanece encontrar sobrevivientes entre los 300 desaparecidos, informó este domingo una fuente oficial.

«Lamentablemente un nuevo recuento indica que son 131 los muertos que se han recuperado», comentó a periodistas Julio Sánchez, del cuerpo de Bomberos Voluntarios y vocero del puesto de comando de rescate en el lugar de la tragedia.

El socorrista afirmó que todos los cuerpos recuperados ya fueron trasladados a la morgue provisional en el municipio de Santa Catarina Pinula, unos 9.32 millas (15 km) al este de la capital, lugar donde se encuentra la aldea Cambray II que fue arrasada por toneladas de tierra la noche del jueves.

Sánchez detalló en una conferencia de prensa que al menos 21 niños se hallan entre las víctimas del deslave, que se convirtió en la mayor catástrofe natural en lo que va del año en el país centroamericano.

Este domingo, a las 22:30 hora local, se cumplen las 72 horas establecidas en el protocolo internacional para el rescate y búsqueda de víctimas, pero fuentes de socorro consultadas por Efeavanzaron que durante la jornada de mañana lunes los trabajos continuarán en la «zona cero».

Esta tarde y esta noche se esperan lluvias «dispersas» en la zona afectada, dijo a Efe Eddy Sánchez, director del Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).

Estas condiciones, agregó, obligan a paralizar las labores de búsqueda y rescate debido a la inestabilidad del terreno en la zona cero, ubicada en El Cambray II, municipio de Santa Catarina Pinula, situado a unos 20 kilómetros de la capital.

Y mientras familiares seguían enterrando a algunos de los fallecidos y buscando a desaparecidos, unas 670 fuerzas de rescate continuaban sus labores en El Cambray II, del municipio de Santa Catalina Pinula, donde ocurrió la tragedia este jueves.

Sánchez agregó que es posible que la cifra de muertos incremente. En la zona cero, a la que se ha impedido el acceso de todo personal ajeno a las instituciones, también comenzó a trabajar este domingo un equipo de rescatistas mexicanos que llegó en la víspera a Guatemala y que está compuesto por 69 profesionales y unos 16 binomios caninos.

Esta noche se cumplirán las 72 horas de búsqueda establecidas en el protocolo internacional, y aunque la decisión de continuar la búsqueda depende de las instituciones implicadas, fuentes de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres dijeron a la agencia Efe que lo más probable es que se continúe porque «hay voluntad».

Sin embargo, las autoridades reconocieron que las probabilidades de encontrar a alguien con vida son mínimas, aunque todo depende de las condiciones físicas de las personas y del lugar donde estén ubicados.

Conforme pasaban las horas, se iban conociendo los rostros de esta tragedia.

Pablo Sandoval es uno de ellos. Fue el único sobreviviente de su familia. En total, siete familiares fallecieron y otros cuatro siguen desaparecidos.

Sandoval estaba en el trabajo al momento del desastre y dijo que se enteró de lo sucedido por un amigo. Cuando llegó a su casa «solo veía tierra, nada más». Era su trabajo recuperar e identificar los cuerpos.

«Éramos una familia trabajadora, luchadora, desde mis padres hasta la más pequeña», dijo. Decenas de familias como los Sandoval esperaban afuera de una morgue improvisada ante la llegada de más cuerpos, con la esperanza de encontrar a sus seres queridos.

Eduardo Pérez, de 17 años y quien pasó a rendir el pésame, estaba cocinando la cena colina arriba de donde vivían los Sandoval, cuando cedió la ladera. Él y varios más corrieron con palos para intentar rescatar a los atrapados, escalando por los techos para sacar a las personas.

En una casa, logró sacar a dos niños, un adolescente de 16 años y a su madre.

 

«La hermana de 15 años estaba enterrada. Solo se veía el brazo y nada más», dijo.

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