Dos veteranos del Ejército estadounidense fueron arrestados tras interrumpir una audiencia en el Senado para denunciar el genocidio en Palestina. Entre gritos contra la complicidad de Washington, expusieron la masacre de miles de civiles y el hambre que sufre la población en Gaza.
Agencias / EL LIBERTADOR
Un acto de valentía irrumpió en la solemnidad del Senado de Estados Unidos. El pasado 3 de septiembre, dos militares retirados, Anthony Aguilar —exmiembro de las Fuerzas Especiales— y Josephine Guilbeau —exoficial de inteligencia— fueron arrestados después de interrumpir una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores para denunciar el genocidio palestino, según reportes de Al Jazeera.
Los veteranos, vestidos con uniforme, irrumpieron en la sala entre gritos: “Estados Unidos es cómplice del genocidio” y “los terroristas israelíes están masacrando niños con bombas financiadas por el Congreso y el Senado”.
Pocos segundos después, agentes de seguridad los sacaron a la fuerza, los detuvieron contra la pared y se los llevaron esposados.
U.S. Army veterans Anthony Aguilar and Josephine Guilbeau were removed from a Senate hearing after calling out the committee members for being complicit in Israel’s genocide in Gaza. pic.twitter.com/Rfk3z1l2gE
— AJ+ (@ajplus) September 3, 2025
El gesto de Aguilar y Guilbeau ocurre en un contexto de horror en Gaza. Desde octubre de 2023, las ofensivas israelíes han dejado más de 60,000 muertos —en su mayoría mujeres y menores— y más de 95,000 heridos, según el Ministerio de Salud de Palestina.
A esto se suma una crisis humanitaria devastadora ya que, según la ONU, nueve de cada diez familias en Gaza pasan hambre y cientos de miles de niños enfrentan desnutrición aguda.
El senador republicano Jim Risch, que presidía la audiencia, reiteró su política de “tolerancia cero” contra cualquier protesta, ordenando su arresto inmediato.
Sin embargo, más allá del protocolo, la escena reflejó la fractura interna en la sociedad estadounidense, mientras la clase política sostiene su apoyo incondicional a Israel, incluso contra la evidencia de crímenes de guerra, ciudadanos —entre ellos exmilitares— arriesgan su libertad para denunciar la complicidad de Washington en la masacre de un pueblo sitiado.
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