¡INCREÍBLE! RANAS HEMBRAS FINGEN MUERTE PARA EVITAR SEXO CON MACHO QUE NO LES GUSTA

Las ranas hembras dan lecciones a todas las especies femeninas –también a las mujeres— de cómo han aprendido a frenar el acoso de pretendientes abusivos, violentos, molestos, que rechazan y no las atrae ni como amigo, mucho menos y, peor, que no desean por ningún punto para relaciones sexuales. El apareamiento de estos anfibios es tan competitivo entre machos que a veces resulta mortal para las hembras.

ABC CIENCIA / Agencias / Redacción Central / EL LIBERTADOR

Las ranas macho suelen obligar a las hembras a aparearse. Sin embargo, algunas han ideado formas de evitar el acoso: hacerse las muertas. Muchas especies de ranas, incluida la rana común europea (Rana temporaria), se aparean solo unas pocas semanas al año. Esto quiere decir que la cantidad de machos es elevada compitiendo simultáneamente por su atención, lo que a veces conduce a enfrentamientos mortales cuando ellas quedan aplastadas bajo un grupo de machos que luchan por perpetuarse como especie con una “dama verde”.

Ahora, Carolin Dittrich del Museo de Historia Natural de Berlín, Alemania, y sus colegas han descubierto que las hembras de rana común emplean algunas tácticas diferentes para evadir a los machos. Y puede ser tanto porque no les guste un macho en particular o porque no se sienten preparadas para la reproducción. Los resultados acaban de publicarse en la revista ‘Royal Society Open Science’.

HEMBRAS DIFÍCILES
El equipo recolectó ranas comunes durante la temporada de reproducción (en concreto, 96 hembras y 48 machos) y colocó un macho y dos hembras de diferentes tamaños en una caja con cinco centímetros de agua. Luego se permitió a las ranas moverse libremente durante una hora mientras el equipo registraba su comportamiento. Para su sorpresa, de las 54 hembras que participaron en el experimento, el 83 por ciento se dio la vuelta cuando un macho se acercaba con intenciones de apareamiento.
Además, los autores se percataron de que el 46 por ciento de las hembras que fueron montadas lograron escapar a través de volteretas, gruñidos y fingir su muerte. Eso sí, los investigadores señalan que no pueden discernir si este comportamiento se produce de forma consciente o inconsciente por parte de las hembras.

Hembras de rana común evitan el acoso de machos mediante giros, gruñidos o fingiendo estar muertas, reduciendo riesgos durante el apareamiento.

“HACERLO DE OTRA MANERA”
Las casi 7.000 especies de ranas y sapos de todo el mundo utilizan seis posiciones de apareamiento conocidas. Sin embargo, la rana nocturna de Bombay (Nyctibatrachus humayuni), endémica de la India, lo hace de otra manera : a horcajadas. El macho se tumba sobre la espalda de la hembra, apoyando sus patas sobre, por ejemplo, una rama. En ese momento, libera su esperma sobre la espalda de su compañera y se aleja. Ya en solitario, ella pone los huevos, que serán fertilizados por el esperma que gotea por su espalda. Por lo tanto, no hay contacto entre los sexos durante la puesta de los huevos y la fertilización.

En la India, la rana nocturna de Bombay se reproduce sin contacto directo: el macho libera esperma en la espalda de la hembra antes de la puesta.

HABLAR POR SEÑAS
Esta pequeña rana de torrente originaria de Brasil ha impresionando a los científicos por su sofisticada forma de comunicarse. Es capaz de utilizar una amplia variedad de señales visuales, chillidos y saludos con las patas, según una investigación llevada a cabo por la Universidad Estatal Paulista en Brasil. Durante el cortejo, los machos hacen señas con los dedos de las patas, las propias patas, los sacos vocales, la cabeza y el cuerpo, mientras que las hembras se hacen notar con las patas y los movimientos del cuerpo. Todo un repertorio para llamar la atención.

Algunas ranas cambian a colores vibrantes en época de cría, no para seducir hembras, sino para advertir a otros machos y evitar confusiones.

CAMBIAR COLOR DURANTE SEXO
Los machos de al menos 178 especies de ranas sufren un cambio temporal de color durante su época de cría. Estos «galanes» pasan la mayor parte del año con colores marrones o verdes que se camuflan discretamente con su entorno, pero asumen tonos vibrantes cuando llega el momento de aparearse. La mayoría adquiere un amarillo brillante . Esta transformación no tiene como objetivo atraer a una deslumbrada compañera, sino que actúa como una señal de advertencia para que otros machos se mantengan alejados o no les confundan con una potencial pareja.

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