El presidente de la República Popular China, Xi Jinping, ascendió en marzo de 2013 y, desde entonces, junto al Partido Comunista trazó un eje de pensamiento socialista con características nacionales que, en un periodo de diez años, ha consolidado al país como una potencia mundial económica y tecnológica, esta estrategia ha sido presentada a periodistas de América Latina, entre ellos, destaca la enviada especial de EL LIBERTADOR.
Para 2022 la producción nacional total de China fue de 18,000 millones de dólares, ratificando a esa nación como la segunda potencia económica mundial, que ya avanza hacia su modernización como estado socialista.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Beijing. En una nueva jornada de capacitación del Seminario para Periodistas de América Latina, que se celebra en Beijing, el docente de la Universidad de Comunicación de China, Liu Dong Jian, ha presentado el estudio temático del pensamiento del presidente Xi Jinping sobre el “socialismo con características chinas para una nueva era”.
Se trata de una estrategia que comenzó tras el ascenso de Xi a la presidencia del país en 2013 y que desde entonces se ha consolidado como una figura clave en el escenario global, siendo uno de los líderes más influyentes del mundo.
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Luego de más de una década, la República Popular China ha emergido como una potencia mundial en economía, diplomacia y tecnología, y según explico el académico Liu Dong, esto se explica como resultado de cada uno de las fases del estudio temático de Xi.
En la jornada, se compartió las condiciones históricas del pensamiento de Xi e informes de las reuniones del Partido Comunista, como el del XX Congreso –celebrado en 2022– de esa institución política que identificó tres grandes eventos para comprender el “socialismo con características chinas”.
Entre ellos: la llegada del centenario de fundación del Partido Comunista de China (PCC), la entrada del socialismo con características chinas en una nueva era y la finalización de la lucha contra la pobreza y construcción integral de una sociedad moderadamente prospera, alcanzando el primer objetivo del centenario.
Y, es que, este marco teórico plantea la necesidad de adaptar el socialismo a las particularidades de China, con el objetivo de alcanzar un desarrollo equilibrado, sostenible y de bienestar social, elevando al país a nuevas alturas de modernización que estaría cerrando en 2035 y, partiendo de ese año avanzar hacia la construcción de un Estado socialista modernizado bajo nuevos conceptos democráticos, cívicos y armoniosos proyectando completarse a mediados del siglo actual.
Los pilares de esta visión incluyen la reducción de las desigualdades, la innovación tecnológica y la autosuficiencia, con claro énfasis en fortalecer el poder e influencia global del país, cumpliendo con 14 persistencias donde el pueblo es prioridad.
El desarrollo nacional de China ha permitido una expansión diplomática y comercial a través de iniciativas como la Franja y la Ruta, que ha ampliado lazos de amistad en Asia, África, Europa y América Latina, colaborando con infraestructura clave para el comercio.
A través de su enfoque en la modernización al estilo chino, China se proyecta no solo como una superpotencia económica, sino también como un pilar de estabilidad política y tecnológica a nivel global, explicó Liu Dong.
En 2022, el Producto Interno Bruto de China, es decir, la producción nacional total de ese año, superó los 121 billones de yuanes –cerca de 18,000 millones de dólares–, representando aproximadamente el 18% de la economía global, consolidando así su posición como la segunda mayor economía del mundo, cita el informe presentado en la conferencia a periodistas.
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