Para convertirse en testigo cooperante, una persona debe aceptar la narrativa general que la Fiscalía ha establecido para el caso de Juan Hernández, estos términos, según reporte oficial, han sido aceptados por Fabio Lobo, hijo del presidente “Pepe” Lobo (2010-2014), para testificar contra el dictador hondureño, calificado como traficante “a gran escala” por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Fabio Lobo, hijo del presidente Porfirio “Pepe” Lobo (2010-2014), será uno de los testigos clave para la Fiscalía de Nueva York, ya que según documentos oficiales, aceptó los términos de la justicia de Estados Unidos para dar su testimonio en el juicio de Juan Orlando Hernández.
Lobo fue arrestado en Haití el 20 de mayo de 2015 y posteriormente condenado a 24 años de prisión por su implicación en delitos de narcotráfico, la jueza Lorna Schofield dictaminó la condena en 2015, la cual fue confirmada por la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Segundo Distrito en septiembre de 2018.
Sin embargo, para convertirse en testigo en el juicio contra Hernández, Fabio Lobo negoció con la justicia estadounidense, logrando una reducción significativa de su condena, los registros oficiales del Buró Federal de Prisiones de Estados Unidos (BOP por sus siglas en inglés), revelan que Lobo saldrá antes de lo previsto, seis años antes de la fecha originalmente establecida para 2041.
La documentación de la Fiscalía señala que Fabio Lobo, es identificado como CW-3, habría mantenido conversaciones con Hernández sobre el tráfico de drogas; en 2013, se detalla que Lobo discutió con Hernández la obtención de información de radares para facilitar el tráfico de estupefacientes con el grupo Los Cachiros, narcotraficantes presos en EE.UU.
Además, se revela que Hernández ordenó a Lobo comunicarse con el exsecretario de seguridad, Julián Pacheco Tinoco (identificado como CC-8), para obtener información policial y evitar operativos policiales a cambio de grandes pagos.
En otra reunión, Lobo habría llevado consigo a dos fuentes confidenciales de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en ingles), buscando el consentimiento de Pacheco para introducir drogas en territorio hondureño
La supuesta reunión con los agentes de la DEA alertó a Pacheco Tinoco, por lo que Hernández le advirtió sobre la urgencia de ser más cauteloso al exponerlo a él o al exsecretario, en reuniones de ese tipo.
Según el documento, Lobo trabajó para el grupo de Los Cachiros y fue herramienta para sobornar autoridades, además de financiar las campañas electorales de Juan Hernández.
Archivos presentados en el 2009 entre el expresidente Hernández, Lobo y Tony Hernández, con el supuesto narcotraficante, Pablo Amilcar Leva Cabrera, alias «el Sentado» y otro capo identificado como «El Cinco» de Colombia.
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