JOH CONSIDERA HUNDIR SOCIOS Y DECLARARSE “CULPABLE” PARA EVITAR CADENA PERPETUA

El tiempo apremia y los argumentos de “inocencia” se han comprometido, 17,000 horas de video grabaciones, testimonios, fotografías y mucho más que suman 80 millones de textos, acorralan a un Juan Hernández que el próximo lunes tendrá el reencuentro definitivo con el juez que ya condenó a cadena perpetua más 30 años a su hermano “Tony” Hernández.

La negociación de Mauricio Hernández y del “Tigre” Bonilla con la Fiscalía, hacen sobrepeso en este caso que tiñe de negro la historia de la política nacional y marcará un antes y un después en la vida de Honduras como proyecto de república, donde prevalezca el imperio de la ley para todo criminal, sin importar su escala social.

En este contexto, el experto en Derecho Penal, Héctor Pérez, afirma que hasta las 9:25 de la mañana (de New York), el que fuera dictador de Honduras, podría negociar con la Fiscalía y evitar el juicio, de no hacerlo, da por sentado que habrá una condena y, en territorio hondureño, están alertas militares, empresarios y políticos que colaboraron con Hernández.

Redacción Central / El LIBERTADOR

Tegucigalpa. Juan Orlando Hernández (JOH), deberá demostrar su inocencia quebrando la legendaria puerta de Ishtar, una de las entradas principales de la perdida Babilonia. Verle en libertad, tras dos años de haber sido arrestado y posteriormente extraditado a Estados Unidos, donde es catalogado como un “narcotraficante a gran escala” que conspiró para enviar hasta 500,000 kilos de cocaína, es cada vez más imposible.

En menos de una semana, los coacusados, exaltos oficiales de la Policía Nacional, Mauricio Hernández Pineda (primo de JOH) y Juan Carlos “el Tigre” Bonilla, pactaron con la Fiscalía del Distrito Sur de New York, considerada una de las más duras para el combate del crimen y que ya logró encarcelar a varias figuras hondureñas, entre ellas, Juan Antonio “Tony” Hernández, quien comenzó a pagar su condena: cadena perpetua más 30 años.

JOH reunido con sus funcionarios en su primer periodo 2014-2018.

Juan Hernández, según consta en la investigación de fiscales, comenzó su conspiración para enviar cocaína a EE.UU. en 2004 y no se detuvo hasta su arresto en 2022; Según documentos oficiales, “traficó incluso siendo presidente” y utilizó su plataforma criminal para los fraudes electorales de 2013 y 2017, para controlar la titularidad del Poder Ejecutivo.

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Según la Fiscalía, Hernández colaboró y protegió a otros capos como Geovanny Fuentes, el grupo “Los Cachiros”, Alexander Ardón y su propio hermano, “Tony” Hernández, quien fue condenado en 2021 a permanecer en prisión de por vida: cadena perpetua más 30 años.

Fuentes abordadas por EL LIBERTADOR, han mencionado que la extensa cantidad de pruebas documentadas por la Fiscalía, son más que suficiente para determinar que el exgobernante será declarado culpable, ya que la justicia estadounidense no funciona como la hondureña, por lo que al momento de procesar a alguien, ya existe una investigación sólida.

A esto debe sumarse la determinación de los exoficiales policiales, Hernández Pineda y “el Tigre” Bonilla quienes negociaron con la Fiscalía neoyorquina para suprimir delitos de porte de armas y dispositivos con fuerte poder destructivo, aceptando la culpabilidad por narcotráfico.

En la gráfica, Hernández comparte con el entonces presidente del Congreso, Mauricio Oliva (der) y el actual diputado Tomás Zambrano, jefe de bancada nacionalista.

De acuerdo con el abogado penalista, Héctor Pérez, es claro que ambos negociaron con la Fiscalía, por lo que no sería extraño que éstos participen en el juicio del lunes, no como coacusados, sino como testigos, especialmente en el caso del “Tigre”, quien considera es ayudado por las autoridades.

“La Fiscalía está ayudando al ‘Tigre’ Bonilla y esto es a cambio que él vaya a testificar contra Juan Orlando Hernández, ese es el convenio, si él no llega a testificar, entonces el acuerdo de cooperación se va eliminar y él tendrá que ir con su juicio”, explica.

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El togado señala que la cooperación de Bonilla y también la posible participación como testigo de Mauricio Hernández, podría significar una reducción de hasta 15 años de las condenas que afrontaban antes que el juez Castel aceptara sus culpabilidad esta semana, y que además, ambos han evitado la cadena perpetua.

El penalista argumenta que los medios probatorios que tiene la Fiscalía de New York, donde mencionan que Bonilla fue un sicario al servicio de JOH, es una “inmensa acusación”, y prácticamente el exgobernante está condenado y aunque éste podría negociar para evitar el juicio, la Corte lo deja sin opciones ya que ve poco probable que Castel acepte la solicitud para dar prorroga a lo programado para este lunes.

«Tigre» Bonilla estrechando la mano de Juan Hernández.

La Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York ha recopilado 17 mil horas de audio como medios probatorios, equivalentes a unos 85 millones de páginas de texto. Estos documentos, más testimonios y otros medios de prueba, respaldarían la acusación que Hernández fue el actor principal de una red de corrupción y crimen organizado durante los últimos 20 años.

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Pérez recalca que en esta conspiración, Hernández no estuvo solo, por lo que existe toda una red de empresarios, políticos y militares que están alertas, recordando que “el Tigre” Bonilla ya advirtió quiénes más deberían ser enjuiciados y que “mencionaba que no se iba a hundir solo, incluso llegó a señalar al señor Arturo Corrales. Hay mucha gente preocupada por haber actuado en complicidad con JOH”.

El togado concluye que, de cualquier forma, el lunes 12 de febrero, será un día inaudito en la historia del país, ya que Hernández puede incluso pedir una negociación con el ente acusador, faltando cinco minutos para la hora de inicio de la primera audiencia y cree que “lo está considerando”.

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