Este panorama llevó al colapso al décimo quinto banco más grande de EE. UU., el Silicon Valley Bank (SVB); la mayoría de sus clientes son empresas de tecnología, entre ellas, firmas de inversión de capital y negocios como la stablecoin de Circle (USDC).- La reacción en cadena de la crisis ya señala al menos nueve bancos en EE.UU., y la ola expansiva empieza a dañar el sistema financiero en Europa; muchos de los bancos en “shock” no se plegaron de manera extrema a las políticas financieras rígidas contra Rusia impuestas por EE. UU. y sus socios gobiernos europeos.
Agencias / EL LIBERTADOR
Ha sido un marzo complicado para el mercado bancario de Estados Unidos.- Todo comenzó con el cese de operaciones del banco especializado en servicios para empresas de criptomonedas, Silvergate Bank. Luego, las autoridades intervinieron a Silicon Valley Bank, el banco de las startups de tecnología, al considerar que no podía pagar sus obligaciones. Por último, nos hemos despertado con la noticia de que también ha sido intervenido el banco Signature, otra pieza clave para el mercado de criptomonedas
Con esta seguidilla de bancos colapsados, el mercado financiero se ha puesto tenso. Por un lado, tenemos a los de bancos regionales de Estados Unidos perdiendo hasta 11% de la totalidad de su mercado en cuestión de horas. Entre ellos están entidades como First Republican Bank, cuyas acciones particulares han caído más de 60%, Western Alliance Bancorporation que lleva casi 60% de pérdidas y PacWest Bancorp con una situación similar.
Grandes firmas bancarias, como J.P Morgan y Wells Fargo también han visto una caída en el valor de sus acciones. La debacle ha sido tan fuerte que, incluso, ha cruzado el mar y ha llegado hasta Europa en donde el sector bancario ha caído hasta 5%
En Suiza, esta semana, Credit Suisse perdió 2,128.3 millones de francos suizos (2,277.2 millones de dólares) en valor de mercado el miércoles en la Bolsa de Zúrich, luego que su mayor accionista dijo que no podía proporcionar más apoyo, empujando al presidente ejecutivo del banco suizo a dar nuevas garantías sobre su solidez financiera.
Saudi National Bank (SNB), que posee el 9.88% de Credit Suisse y es el mayor socio, dijo que no compraría más acciones del banco suizo por motivos regulatorios. «No podemos porque superaríamos el 10 por ciento. Es una cuestión regulatoria”, dijo el presidente del SNB, Ammar Al Khudairy.
Las acciones del banco cayeron 24.24%, tras tocar un nuevo mínimo histórico. A principios de esta semana, sus acciones se vieron afectadas por las consecuencias para el mercado de la quiebra del banco tecnológico estadounidense Silicon Valley Bank.- El banco de inversión tomará un préstamo por hasta 53,700 millones de dólares del banco central helvético para «fortalecerse». También anunció medidas para recomprar deuda.
Pero, ¿qué es lo que está produciendo todo este desastre en EE.UU.? Pues, las pruebas apuntan a las decisiones económicas que ha tomado la Reserva Federal (FED) y el Departamento del Tesoro. Específicamente, las ayudas que inyectó el gobierno cuando la pandemia de COVID-19 y el posterior aumento agresivo de las tasas de interés. Gabor Gurbacs, consejero de la firma de inversión VanEck, cree que el desplome de los bancos ocurrió en 4 fases.
Primero, luego de la debacle inmobiliaria y financiera de 2008, la Fed decidió mantener una tasa de interés de cero por mucho tiempo para incentivar las inversiones. Las tasas de interés es el porcentaje que aplica la entidad a los préstamos interbancarios. Es decir, se trata de un elemento importante para la inversión y si la misma se encuentra en prácticamente cero, hace altamente beneficioso para los inversionistas endeudarse para invertir capital.
Gurbacs considera que la Fed mantuvo esta tasa mucho tiempo en porcentajes bajísimos, empezando a aumentar después de 2015 de manera muy lenta. Nadie se esperaba, para aquel entonces, que en 2020 estaríamos sumergidos en una crisis de salud producto de la pandemia de Covid-19, la cual afectaría a la economía de Estados Unidos considerablemente. Con el objetivo de salvar a las compañías que estaban reportando perdidas por la cuarentena forzada, el gobierno de Estados Unidos decidió imprimir dinero y distribuirlo en ayudas.
Lo que en un principio se trató de una medida para inyectar liquidez al mercado, muy pronto se convirtió en un problema de inflación. Para el año 2022 ya las autoridades americanas estaban tomando medidas para intentar controlar los precios de los productos, utilizando el aumento de las tasas de interés como el aliciente para desincentivar el gasto en la población y aumentar el ahorro. De esta manera, el año pasado estuvo muy marcado por subidas agresivas de las tasas, las cuales golpearon los mercados bursátiles y a las criptomonedas.
Un sector grandemente afectado fueron las empresas, entre ellos bancos, que se endeudaron para invertir en activos de plazo fijo. Es decir, métodos de inversión tradicionales que proponen ganancias en períodos de varios meses o años. El más popular entre ellos los bonos de la Reserva Federal (Fed) a plazo de 10 años, en donde el Estado ofrece una manera «segura» —según su propuesta— de ahorrar que deviene en intereses a largo plazo. No obstante, con las tasas de interés subiendo cada vez más, lo que terminaron generando fue pérdidas.
Según la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC), las instituciones bancarias están paradas hoy en pérdidas por los bonos que superan los billones de dólares. Es este panorama el que llevó a la quiebra al décimo quinto banco más grande de Estados Unidos, el Silicon Valley Bank (SVB). La mayoría de los clientes de esta entidad bancaria son empresas de tecnología, entre ellas algunas firmas de inversión de capital, incluso, negocios como la stablecoin de Circle (USDC). Con el aumento de las tasas y la posibilidad de una recesión, el banco empezó a registrar una salida de depósitos considerable.
Para tratar de paliar la situación, los ejecutivos de Silicon Valley Bank decide vender parte de sus acciones, recoger capital de inversión y también vender unos bonos que estaban en pérdidas. La disminución de valor de estos bonos era tal que las pérdidas casi llegaron a los dos mil millones de dólares, una situación que generó desconfianza entre los usuarios e inversionistas de la empresa. Los traders comenzaron a vender sus acciones de SVB y los ahorristas a sacar su dinero, retirando alrededor de 42 mil millones de dólares en cuestión de días. Con este panorama, Silicon Valley Bank tuvo que ser intervenido por las autoridades.
La reacción en cadena de la crisis ya señala al menos nueve bancos en EE.UU., y la ola expansiva empieza a dañar el sistema financiero en Europa; muchos de los bancos en “shock” no se plegaron de manera extrema a las políticas financieras rígidas contra Rusia impuestas por Estados Unidos y sus socios gobiernos europeos.
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