40,000 hondureños fueron vacunados con la primera dosis de la vacuna rusa, la mayoría tercera edad y 2,500 empleados de medios de comunicación; la segunda dosis está en promesa a cinco días que se venza la inmunización después de tres meses de larga espera que el Gobierno trajera el biológico anti Covid-19. A la fecha, ya murieron hasta médicos, esperando la cobertura completa, hay también periodistas y ancianos que se han infectado casi de muerte.
Mientras tanto, la Secretaría de Salud (Sesal) ha informado que la segunda dosis de Sputnik V será aplicada a partir del próximo jueves 19 de agosto, no obstante, el anuncio se ha dado aún sin tener el fármaco, contando que este domingo llegará al país un lote de las vacunas rusas.
Pero este lote, sólo alcanzará para 20,000 de los 40,000 hondureños que desde junio esperan el componente II; y, en tanto, el régimen Hernández trata el tema en carnaval de reguetón, apenas 500 mil compatriotas gozan de “inmunidad total”, más de 15,000 perdieron la vida, según datos no oficiales de funerarias privadas y el luto se extiende a cada minuto por todo el territorio nacional.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. En Honduras la pandemia se convirtió en arma de terror colectivo y de campaña electoral, no ha interesado al Gobierno Hernández hacer del fenómeno social una opción irremediable de aprendizaje y de educación, considerando que el virus vino para quedarse y como en toda la historia de la humanidad, debe aprender a coexistir y superar toda amenaza.
El Gobierno nunca demostró empatía por la vida, la emergencia en salud se trató como negocio obscuro y hoy, no hay vacunas suficientes, tampoco medicinas y mucho menos espacio en los descalabrados hospitales, los centros de triaje siguen cerrando, personal de salud protesta por falta de pago y ni siquiera se les ha cumplido con plaza permanente prometida en junio de 2020 con el PCM 47-2020.
¿Ha notado que en lugar de aplicar un promedio de 50,000 dosis diarias la autoridad optó por el “Vacunatón”, celebrando en carnaval con la tradicional “tienda de piernas” mientras más de 8,000 hondureños yacen en los panteones por el virus? Y la cifra de muertes puede ser dos o tres veces más, con datos extraoficiales de funerarias privadas que han registrado más de 15,000 fallecimientos por Covid-19.
El contraste es espantoso y hasta criminal, de reojo los hondureños ven a El Salvador como una opción real para la inoculación, ya que las jornadas de vacunación de la Secretaría de Salud (Sesal) se agendan en medio de la especulación, por ejemplo, la segunda dosis de Sputnik V para unos 40 mil compatriotas, incluido personal en primera línea, periodistas y, más importante, adultos con enfermedades base, aún no llega.
Pero Sesal ya convocó de forma oficial para comenzar a aplicar la segunda dosis del biológico ruso a partir del próximo jueves 19 de agosto, son 40,000 hondureños que esperan recibir la segunda inyección en la fecha límite –ya que algunos fueron vacunados el 19 de mayo–; sin embargo, el Gobierno confirmó que el domingo sólo llegará un lote de 20,000 vacunas con el componente II.
Y a lo anterior, hay que agregar el injustificado viaje del canciller Lisandro Rosales –y su comitiva– que necesitó pisar territorio europeo para gestionar el envío de las míseras 40,000 dosis de 4.2 millones que se encargó o de las 14 millones dosis que anunció el gobernante Juan Hernández. El doctor Marco Tulio Medina dio cátedra al diplomático en negociación bilateral, ya que él fue la persona clave para que Gamaleya considerara a Honduras, sin tener que viajar.
El pasado 25 de abril, estando aun en Europa, Rosales dijo en teleconferencia: “Nos hemos reunido esta tarde con representantes del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) y nos han reiterado el envío de las 40 mil dosis (de vacuna Sputnik V) para esta semana y posteriormente, en dos semanas, las siguientes 40 mil dosis”, el primer lote llegó hasta el 14 de mayo y parte del segundo estaría llegando tres meses después.
La “garantía” del régimen han sido los estudios que el Centro Gamaleya ha publicado relacionados al tiempo de inmunidad, que se extiende hasta los tres meses, no obstante, es necesario hacer hincapié que Rusia ha confirmado tener disyuntivas para fabricar el segundo componente Sputnik, por lo que han comenzado a comercializar “Sputnik Light” a una sola dosis; el “plan B” de Sesal es la mezcla de vacunas.
Pero Sputnik es sólo una pequeña muestra de la negligencia, ya que a la fecha también los más de 380 mil derecho habientes del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), aún no reciben la segunda dosis de AstraZeneca, cuyo plazo debe ser entre cuatro y doce semanas después de la primera dosis.
Y los expertos nacionales e internacionales han repetido que la vacunación debe ser acelerada y masiva para evitar la veloz mutación del Covid-19 a virus más letales como el Delta y otros que se ya están en el país, por eso no debe esperarse el tiempo máximo para la inmunización, sino el mínimo que permita crear un cerco efectivo de contención viral, junto a otros medidas de bioseguridad.
Es en este contexto que se abre la interrogante ¿sí no hay vacunación acelerada, si no hay medicinas, si los centros de triaje siguen cerrando, si el personal médico protesta por salario, entonces qué está haciendo el Gobierno?, y la hipótesis ya denunciada por la primera línea y especialistas en tiempos de crisis: genocidio.
El dato oficial reporta 8,339 muertes, desde 2020 la Asociación de Funerarias de Honduras ha sostenido que la cifra puede ser dos o tres veces más, mientras los cadáveres se amontonan en la Dirección de Medicina Forense, los hijos lloran a sus padres, los padres a sus hijos y así, una cadena de luto que se extiende por todo el territorio nacional.
Hoy, los 2.8 millones con la primera dosis, siguen en peligro mortal, ya se ha notificado que al no recibir la segunda dosis en tiempo optimo, se han infectado y hasta han requerido hospitalización con posterior ingreso en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
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