Estados Unidos, a través de la CIA, habría ejecutado a inicios de diciembre un ataque con drones contra una instalación portuaria en Venezuela, presuntamente usada para el narcotráfico, según información del medio internacional, CNN.
Agencias / EL LIBERTADOR
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos llevó a cabo a principios de diciembre un ataque con drones contra una instalación portuaria en la costa de Venezuela, en lo que sería la primera operación ofensiva conocida de ese país dentro del territorio venezolano, de acuerdo con fuentes consultadas por CNN.
Según el reporte del medio estadounidense, el objetivo fue un muelle remoto en la costa venezolana que el gobierno de Estados Unidos creía que era empleado por la organización criminal Tren de Aragua para almacenar y trasladar drogas hacia embarcaciones con destino al exterior. En el momento del impacto no había personal en el lugar, por lo que no se registraron víctimas, dijeron las fuentes.
La información no ha sido confirmada oficialmente por la CIA, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ni por la Casa Blanca. CNN y otros medios han señalado que se trata de una exclusividad basada en fuentes familiarizadas con la operación, pero sin comunicados públicos de las agencias involucradas hasta ahora.
El presidente Donald Trump reconoció el incidente en sus declaraciones públicas a finales de diciembre, aunque con pocos detalles específicos. En una entrevista radial mencionó que Estados Unidos había atacado una “gran instalación de donde salen los barcos” en el marco de la campaña de su administración contra el narcotráfico. Durante una rueda de prensa ofrecida el 29 de diciembre, Trump afirmó que EE.UU. atacó “en la zona del muelle donde cargan los barcos con drogas”, y describió una “gran explosión” en ese lugar, sin detallar si la acción fue ejecutada por el ejército o por la CIA.
La operación señalada por CNN marcó un posible cambio significativo en la estrategia estadounidense contra la supuesta red de narcotráfico vinculada a Venezuela, que hasta entonces se había centrado en ataques a embarcaciones en aguas internacionales. Desde septiembre, la administración Trump ha lanzado decenas de acciones militares contra presuntas embarcaciones de narcotráfico en el Caribe y el Pacífico oriental, destruyendo más de 30 barcos, lo que ha generado al menos 107 fallecimientos, según reportes de agencias internacionales.
Fuentes consultadas por CNN indicaron que fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos habrían provisto apoyo de inteligencia para la operación, aunque un portavoz del Comando de Operaciones Especiales negó que dichas fuerzas hayan participado, lo que refleja contradicciones en la información disponible.
La presunta instalación atacada era, según las fuentes, uno de varios puntos portuarios utilizados por redes criminales para el trasiego de drogas. Una de las fuentes citadas por CNN calificó el ataque como “simbólico”, porque existe una multiplicidad de instalaciones similares que podrían ser empleadas con fines parecidos, y su destrucción no tendría un impacto significativo en la estructura general del tráfico de narcóticos.
El contexto de este ataque se da en medio de tensiones crecientes entre Washington y Caracas. La administración estadounidense ha ampliado su despliegue militar en el Caribe, ha impuesto sanciones económicas, ha bloqueado buques petroleros sancionados hacia y desde Venezuela, y ha designado a ciertos grupos y figuras vinculadas al gobierno venezolano como organizaciones terroristas extranjeras. Caracas, por su parte, ha denunciado que estas acciones constituyen una agresión y un intento de desestabilización del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Hasta ahora, no ha habido confirmación oficial desde Venezuela sobre el ataque con drones atribuido a la CIA. Las autoridades venezolanas no han emitido pronunciamientos detallados sobre esta operación específica, y organismos internacionales tampoco han verificado de manera independiente los hechos reportados por CNN.
Este episodio se suma a una serie de medidas y contramedidas entre ambos gobiernos, en un contexto regional marcado por el debate sobre la lucha contra el narcotráfico, la soberanía nacional y el respeto al derecho internacional. El hecho de que se trate de un ataque dentro del territorio venezolano, aún reportado de manera oficiosa, tiene potencial para escalar las tensiones diplomáticas si se confirman más detalles en los próximos días.
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