El analista político, Luis León, se refirió a la crisis electoral que atraviesa el país y afirmó, en entrevista con EL LIBERTADOR, que Honduras necesita «una ley que le dé independencia a las instituciones y capacidad de ejecución», no reformas débiles.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. A 20 días desde que los centros de votación cerraron y millones de hondureños acudieron a las urnas para escoger las autoridades que dirigirán al país durante el periodo 2026-2030, el Consejo Nacional Electoral (CNE) aún no ha dado resultados en un proceso que ha sido denunciado como inconsistente y fraudulento.
Sobre el tema, EL LIBERTADOR consultó al abogado y analista político, Luis León, acerca de la urgencia en implementar mecanismos que puedan garantizar un proceso rápido y transparente, ante unos comicios carentes que han sido calificados por sectores como fraudulentos y cuyo costo, junto con las elecciones primarias, ronda los 4,000 millones de lempiras.
León puntualizó que no está de acuerdo con implementar reformas porque esto se traduce en poner «parches» a una legislación que «de naturaleza está mala».
Por lo tanto, en su criterio, Honduras necesita una nueva Ley Electoral, moderna y sólida, que elimine a los partidos políticos de la administración y ejecución de los comicios, incluyendo los cargos de consejeros, las Juntas Receptoras de Votos y el conteo de resultados.
León planteó la creación de una institución electoral independiente, con sistemas propios y sin dependencia de empresas externas. Además, consideró urgente discutir la segunda vuelta electoral, el voto electrónico y la ciudadanización del proceso.
Finalmente, sostuvo que el nuevo Congreso Nacional tiene el desafío de aprobar una nueva ley electoral y reformar su ley orgánica en los primeros seis meses, o el país seguirá enfrentando los mismos problemas con actores distintos.
«Estoy hablando de transparentar el proceso, de independizar el sistema. Yo no creo que Honduras necesite reformas porque reformar es parchar. Lo que necesitamos es una ley bien hecha. Es una ley que le da independencia a las instituciones y capacidad de ejecución», sostuvo León.

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