Durante quince días, 62 comunicadores y periodistas de 18 países, de cuatro continentes, se dieron cita como invitados oficiales del Gobierno de China afín de participar en el simposio dictado en inglés “Seminar on Broadcasting Operation Management Capacity Building for Developing Countries”, en español, “Seminario sobre Gestión de Operaciones de Radiodifusión y Desarrollo de Capacidades para Países en Desarrollo”.
Los visitantes internacionales conocieron de cerca los avances tecnológicos y comunicacionales que impulsa el desarrollo del gigante asiático, aunque la sede principal del taller se desarrolló en la capital Beijing, incluyó visitas a las provincias de Hangzhou, Jinhua y otros destinos de atracción mundial que simbolizan las tradiciones, cultura e historia milenaria del pueblo chino.
Entre la comitiva, seis hondureños representaron al país, que luego de la experiencia, destacan los conocimientos adquiridos, la enriquecedora experiencia para sus vidas de la civilización china, la convivencia con personas de países lejanos y el poderoso desarrollo tecnológico de una nación que derrotó la pobreza, etc., algo que nuestros compatriotas describen como “una mirada al futuro en innovación y desarrollo social”.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. “Una mirada al futuro en innovación y desarrollo social”, así resumen su vivencia los periodistas hondureños que recientemente fueron invitados oficiales del Gobierno de China. La experiencia, que sin duda deja huellas profundas en el pensamiento y la perspectiva de los 62 comunicadores de todo el mundo, inició el 13 de octubre de 2025 con la llegada al aeropuerto de Beijing, China.
Alojados en un hotel de la capital, los visitantes internacionales desconocían que durante los siguientes quince días vivirían una experiencia transformadora, una página imborrable en sus vidas: el descubrimiento de una China moderna, tecnológica y profundamente arraigada en su historia y cultura de milenios, realidad sin comparación que supera la percepción desde la distancia, esa creada a través de una pantalla occidental o historias mal descritas por Hollywood.
Desde el primer paso sobre suelo chino —y sin necesidad que nadie lo cuente—, la tecnología se hace presente en cada detalle de la vida cotidiana: pagos digitales a través de WeChat, aplicación que también conecta a las personas; traducciones instantáneas que eliminan las barreras del idioma; un sistema de transporte eficiente como Didi que permite solicitar vehículos con chófer y carros de lujo de manera inmediata a través de aplicación, incluso, robots que entregan café en las habitaciones, muestra de modernidad asumida con naturalidad en la vida diaria.


Reunidas las delegaciones provenientes de África, América, Europa y Asia, el presidente y director general de la cooperativa Económica y Técnica Internacional de Radio Difusión de China (CBIC), Xiong Zhihui, ofreció el discurso de bienvenida en la ceremonia inaugural. Con palabras cálidas, subrayó el propósito del seminario: compartir avances, experiencias y aprendizajes que definen a la China contemporánea, país donde la innovación y la tradición conviven en armonía.


La aventura del conocimiento inició con clases presenciales que se convirtieron en espacio de aprendizaje y convivencia. Desde el primer día, los organizadores del evento y los traductores del inglés compartieron con los participantes una cultura marcada por el respeto, la puntualidad y la cortesía.
El gerente de proyectos y anfitrión del grupo, el señor Zhao, solía aprovechar sus momentos libres para relatar sus experiencias en América, un continente que conoce bien y del que guarda gratos recuerdos.
Seguidamente, durante las jornadas de formación, los integrantes profundizaron en distintos campos del saber, mientras los anfitriones, con curiosidad y entusiasmo, se aventuraban a aprender algunas palabras en el hermoso idioma español, generando así un intercambio cultural tan enriquecedor como amistoso.


La estrategia combina innovación tecnológica, contenidos atractivos y una fuerte presencia en plataformas digitales. CCTV, por ejemplo, apuesta por una televisión interactiva y multiplataforma que une cultura, tecnología y nuevas formas narrativas.
El ecosistema mediático chino ya integra herramientas como inteligencia artificial, big data, 5G y realidad extendida (XR), que fusionan lo virtual y lo real. Además, el sector artístico explora nuevas fronteras con el uso de NFT, arte inmersivo, humanos digitales y motores de creación como Unreal Engine.


El programa de capacitación continuó con enriquecedoras visitas de campo, cuyo propósito fue pasar de la teoría a la práctica y conocer de primera mano los procesos de elaboración e implementación de la tecnología, en especial, el ámbito de la comunicación.
Durante los recorridos, la majestuosidad de la arquitectura china resulta deslumbrante. Desde la ventana del autobús se alcanzaban a ver templos antiguos que contrastaban con modernas edificaciones y amplias avenidas por las que transitaban todo tipo de vehículos: automóviles, motocicletas y, sobre todo, bicicletas, que destacan por ser una opción práctica, ecológica y económica.
Mientras de fondo sonaba música representativa de los países de los participantes, reproducida desde sus teléfonos móviles, el paisaje urbano se llenaba de vida. Una multitud de personas cruzaba las avenidas con serenidad y confianza, reflejo de una ciudad segura y ordenada.
En Beijing, la seguridad se percibe en cada rincón: cámaras, agentes de tránsito y personal de vigilancia garantizan entornos tranquilidad para convivencia ciudadana. Caminar por sus calles se siente tan seguro como hacerlo en la sala del hogar. A ello se suma la impecable limpieza del entorno, que da la impresión de que alguien trabaja sin descanso para mantener la ciudad reluciente.


En cada recorrido fue posible apreciar de cerca innovaciones tecnológicas de vanguardia: cámaras que operan casi de forma autónoma, experiencias inmersivas con imágenes y videos de alta definición, camas inteligentes, vehículos de última generación y lentes que recrean la realidad aumentada.


Entre las actividades que formaron parte del seminario y que representaron una valiosa fuente de aprendizaje y una verdadera ventana al mundo, destacaron las experiencias culturales e históricas.
Una de las más memorables fue, sin duda, la visita a la majestuosa Gran Muralla China, símbolo de una civilización milenaria y testigo silencioso de una historia profunda y fascinante.
Aquel día, bajo una lluvia suave y un cielo cubierto de nubes, se encontraba Abdul-Rahman, uno de los participantes provenientes de Nigeria. Mientras ascendía los empinados tramos de la muralla, reflexionaba sobre diversos aspectos que lo conmovían profundamente.


“Mientras subía, pensaba que estaba pisando una parte viva de la historia de China y del mundo”, relató. “Al mismo tiempo, preguntaba a algunos compañeros qué opinaban del lugar. Entre suspiros, agotado por la subida, me contaba cómo esta edificación le recordaba ciertos pasajes históricos vinculados con su país, Mongolia”.
“También observaba a los distintos turistas del mundo y comprendía que el idioma nunca fue una barrera para compartir la misma emoción, la misma alegría e incluso para pedir una fotografía”, agregó con un tono nostálgico al rememorar aquella maravillosa experiencia.
La visita a centros de arte, museos y pueblos mágicos fue también una de las experiencias más enriquecedoras del seminario. A través de ellas fue posible conocer más a fondo la riqueza cultural de China y admirar algunos de sus objetos más antiguos: piedras talladas, espadas ancestrales y telas de una belleza extraordinaria.


En conclusión, el Seminario de Tecnología y Comunicación representó mucho más que la adquisición de nuevos conocimientos. Es una experiencia profunda, vivencial, ha sido en verdad una reunión de pueblos del mundo, muy valiosa oportunidad que nos permitió descubrir la esencia de China, su gente amable, su cultura milenaria, su exquisita gastronomía y su fascinante historia.


No hay duda, nace un nuevo orden mundial y China reafirma su liderazgo en tecnología y comunicación, pero China, comparte su modelo de desarrollo con los países que también aspiran a modernidad económica y progreso de sus pueblos.





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