AUDITORÍA EL LIBERTADOR CONFIRMA QUE AUDIOS SON DE COSSETTE

Los audios filtrados por el Ministerio Público, en los que supuestamente participan la consejera electoral Cossette López, el diputado Tomás Zambrano y un militar, han generado debate político. Dos análisis técnicos independientes concluyen que las grabaciones serían auténticas y no creadas por inteligencia artificial.

Redacción Central / EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. La sociedad hondureña se encuentra en un debate profundo tras la revelación de una cadena de audios, que en conjunto tienen una duración de aproximadamente 25 minutos y que revelan supuestos planes liderados por la consejera electoral, Cossette López, junto al diputado nacionalista, Tomás Zambrano, y un alto militar, contra las elecciones generales.

Los audios fueron revelados por el fiscal general, Johel Zelaya, y desde diversos sectores han manifestado su rechazo y condena a cualquier plan que pretenda socavar la voluntad popular a manifestarse en los próximos comicios generales del 30 de noviembre.

Sin embargo, desde la oposición (Partido Liberal y Nacional), algunas voces sostienen que los audios podrían haber sido generados por inteligencia artificial para desacreditarlos, lo que ha llevado a expertos a realizar verificaciones técnicas independientes.

El primero de estos análisis fue realizado por el licenciado en Educación Matemática con orientación en programación y consultor de EL LIBERTADOR, Pavel Núñez, quien utilizó herramientas de inteligencia artificial para examinar parámetros acústicos del sonido como el timbre, la prosodia, la frecuencia fundamental (F0), la presencia de ruido ambiental y las variaciones naturales de voz.

El análisis indicó que las características auditivas del material corresponden a una voz humana real y no a un modelo de voz sintética.Núñez explicó que los programas de clonación de voz suelen mantener una consistencia artificial en el tono y una estructura sonora demasiado limpia, mientras que los audios analizados muestran irregularidades naturales en la respiración, el ritmo y la modulación.

Además, se observaron variaciones en la intensidad y el ruido de fondo que son comunes en grabaciones captadas por micrófonos ambientales o de teléfono y, estos detalles, señala el consultor, serían difíciles de replicar por un sistema automatizado.

El informe, elaborado con un lenguaje técnico pero accesible, concluyó con una probabilidad de entre 90 y 92 por ciento de que las voces escuchadas en los audios sean humanas. Núñez enfatizó que su evaluación no busca interpretar el contenido político de las grabaciones, sino verificar la autenticidad del sonido.

Otro especialista, Gabriel Sosa, licenciado en Business Analytics y programador con experiencia en machine learning, también realizó un estudio sobre los mismos audios, los cuales publicó en su red social X.

Su enfoque se basó en un modelo de aprendizaje automático entrenado con el conjunto de datos de Meta AI, conocido como DeepFake Detection Challenge (DFDC), diseñado para diferenciar entre audios reales y falsificados.

Sosa explicó que su sistema combina dos redes neuronales: una CNN, encargada de analizar los espectrogramas del sonido, y una LSTM, que estudia la secuencia temporal de la voz.

En términos sencillos, su modelo busca irregularidades que delaten una generación artificial, como cambios rígidos en el tono o la falta de transiciones naturales entre palabras; sin embargo, los resultados mostraron lo contrario: las grabaciones presentan variaciones de tono, pausas respiratorias y un ruido ambiental orgánico; además, la amplitud de las ondas sonoras se comporta de manera irregular, un rasgo que suele evidenciar una captura real y no una voz sintética.

Sosa detalló que su modelo de detección procesa parámetros matemáticos y no el contenido de las conversaciones, por lo que las conclusiones no se ven afectadas por factores ideológicos o políticos.

En su informe señaló que el sistema obtuvo un puntaje de autenticidad elevado y que los indicadores típicos de una manipulación generativa estuvieron ausentes, de manera que, su evaluación también coincide en que los audios son genuinos.

Ambos especialistas sostienen que los patrones acústicos, el ruido ambiental y las variaciones humanas del habla apuntan a que se trata de material grabado de manera natural, aunque sus métodos son distintos, los dos estudios aportan una misma lectura técnica de que los audios son reales.

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