Redacción Central / EL LIBERTADOR
Barcelona. Caminar por las calles de Barcelona es una experiencia sensorial completa, casi como recorrer una galería de arte al aire libre con sabor a mar; sin embargo, un último detalle de justicia social adorna esa mezcla inconfundible de historia, arquitectura modernista y vida urbana vibrante: la bandera de Palestina.
EL LIBERTADOR conoció de primera mano la experiencia de la ciudad catalana, una urbe que se vive caminando, entre lo antiguo y lo nuevo, entre la piedra y el vidrio; pero, compartiendo el mismo detalle que ha unido al mundo en una condena unilateral: reprochar el genocidio en Gaza.
Las banderas palestinas se dispersan en los distintos lugares, en los edificios residenciales, las calles coloniales y los lugares más transitados; todos son testigos de una condena mundial ante un hecho que ha acabado con la vida de al menos 65,000 palestinos.
El apoyo a Palestina en territorio español ha sido parte de un sentimiento colectivo de empatía y rechazo a la violencia, donde la opinión pública exige una respuesta más firme de los gobiernos europeos ante la crisis en Medio Oriente.






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