La presidenciable de Libre, Rixi Moncada, ha reaccionado con contundencia a las acusaciones de la diócesis de Choluteca por “hacer campaña” en el templo de Amapala, Valle; la abogada respondió a la hipocresía de esa cúpula recordando que la caminata que organizan cúpulas religiosas no deja dudas de un acto político a favor de élites enemigas del pueblo.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. La candidata presidencial del Partido Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, reaccionó al comunicado publicado por la Parroquia católica de Santa Cruz, Amapala, que criticó la visita de la presidenciable a su templo el pasado fin de semana.
En el comunicado, firmado por el párroco Carol Jonathán Hernández, se exhortó a que Moncada se disculpe, pues, aunque se explicó que la entrada al templo es para todos, se tildó lo hecho por la presidenciable de Libre como un acto de propaganda política.
Ante estos cuestionamientos, Moncada reaccionó en sus redes sociales criticando la posición política que sostiene la Iglesia católica y otros sectores religiosos, como la Confraternidad evangélica, que en conjunto han organizado una marcha que ha sido tildada de representar intereses políticos y económicos ligados al bipartidismo (Partidos Nacional y Liberal).
Moncada explicó que su asistencia al templo no fue con fines proselitistas, sino motivada por su fe cristiana y, sobre la marcha, fue crítica al afirmar que «el verdadero rostro de esta caminata es político, es impedir que continúe el cambio y la refundación».
Acto de injerencia
La exfuncionaria explicó que los ataques desde sectores religiosos buscan frenar su avance en las encuestas y disminuir su creciente popularidad entre los sectores populares.
“Quieren detener a esta mujer que se niega a arrodillarse ante el poder de las 10 familias y los 25 grupos económicos», expresó.
Y, sobre la caminata, remarcó que «cuando la cúpula de dos de nuestras iglesias organiza y lidera una caminata en todo el país, faltando tres meses y 14 días para las elecciones generales, y en paralelo se crea una campaña difamatoria descalificando nuestra organización política, pacífica y democrática; y diciendo que en mi gobierno voy a cerrar las iglesias, no cabe duda de que se están prestando a un acto de injerencia política para beneficiar a los partidos que gobernaron 130 años».
Asimismo, señaló que estos sectores religiosos defienden a los empresarios que no pagan impuestos y apoyaron o guardaron silencio ante los crímenes de lesa humanidad documentados durante el golpe de Estado en 2009, así como los crímenes cometidos por la narcodictadura de Juan Orlando Hernández, electo jefe de Estado en dos procesos electorales fraudulentos: 2013 y 2017.
Moncada hizo énfasis en que la fe del pueblo hondureño es sagrada y que las iglesias deberían mantenerse al margen del juego electoral, recalcando: «Seguiré asistiendo a las iglesias, reafirmando con respeto mi profunda fe en Dios y en Cristo, como lo aprendí desde niña y como creyente e hija genuina de esta tierra».
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