El dirigente de Libre y aspirante a diputado, Carlos Eduardo Reina, acusó que el bipartidismo (partidos Nacional y Liberal), ya montaron estrategias de caos con apoyo extranjero para frenar investigaciones y buscar impunidad y que lo visto hoy en los bajos del Congreso Nacional fue más una provocación que protesta de corte “ciudadano”.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El candidato a diputado por el Partido Libertad y Refundación (Libre), Carlos Eduardo Reina, acusó públicamente a los líderes políticos Tomás Zambrano, Jorge Cálix y Salvador Nasralla de orquestar una operación de desestabilización a tono con el complot de la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cossette López, cuyo objetivo no es defender la democracia sino frenar investigaciones por corrupción y promover sanciones contra Honduras.
En un pronunciamiento difundido en redes sociales, Reina calificó los disturbios de este miércoles en el Congreso Nacional (CN), como una acción de “la Cosa Nostra Electoral” –es decir una mafia electoral–, que no quiere elecciones: “Quiere impunidad”.
El aspirante al Congreso recalcó que se trata de una “provocación montada”, al estilo de las llamadas “revoluciones” de colores, con el fin de derrocar gobiernos legítimos.
El político también recordó que bajo este complot se promovió amenazas contra la representante liberal en el CNE, Ana Paola Hall, por negarse a cometer crímenes electorales cediendo a presiones partidarias, “no renunció: denunció. Y no a Libre, sino a una alianza mafiosa que intentó forzarla, una alianza bipartidista”.
“Hoy hacen bulla porque el Ministerio Público ya comenzó a investigarlos, y temen que se conozca la verdad sobre el caos del 9 de marzo y el fraude que quisieron imponer desde adentro del CNE”, dijo.
Además recordó que ayer fue arrestado el subjefe de la bancada nacionalista, Nelson Márquez, por un caso de corrupción que le supone ser parte de una red que desfalcó de 3,000 millones de lempiras: “Hoy tiemblan los que amenazaron a su propia consejera. ¿Casualidad? No. Es justicia”.
Sobre la presidenta del CNE, reprochó que ésta se negó a dialogar durante 40 días y que su postura no fue democrática, sino autoritaria: “Quería imponer, no construir. Cuando se le cayó el fraude, paso a victimizarse, como buena cachureca. Su TREP (Transmisión de Resultados Electorales Preliminares) no era transparencia: era una caja negra. Su ‘verificación’ era manipulación”.
“Nosotros no enviamos provocadores. No golpeamos a nadie. Nuestra lucha es democrática, firme y pacífica. Rechazamos la injerencia fascista de Madrid y Miami. Exigimos respeto a nuestra soberanía”, agregó.
Finalmente, advirtió que las elecciones del próximo 30 de noviembre serán “libres, transparentes y sin trampas, pero, “si llaman a defender la democracia por la que hemos dado nuestra sangre, sabremos responder. No pasarán. No volverán”.
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