AISLAMIENTO, SOLEMNIDAD Y MISTICISMO: EL CAMINO A LA ELECCIÓN DEL NUEVO PAPA

Una vez que el Camarlengo (cardenal administrador) confirma la muerte del sumo pontífice, su fallecimiento se anuncia con la frase en latín: «Papa mortuus est», que en español significa: «El Papa ha muerto», iniciando un ritual con antecedentes históricos hasta la elección del nuevo líder católico.

Además, el Camarlengo congela las cuentas del Vaticano, inutiliza el Anillo del Pescador (sello papal) y organiza el cónclave, es decir, la reunión para escoger un nuevo Papa. Participan alrededor de 120 cardenales; ninguno debe sobrepasar los 80 años y todos son papables.

Redacción Central / EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. En aproximadamente 2,000 años de historia, la Iglesia católica ha contabilizado un total de 266 papas o sumos pontífices, desde el apóstol Pedro (años 33-64 d.C.) –a quien el catolicismo toma como primer líder de esta religión— hasta Jorge Bergoglio, conocido como el Papa Francisco y el primero de origen latinoamericano.

El nombramiento de un papa es objeto de un protocolo riguroso heredado de hace siglos, que comienza con el deceso del líder católico hasta la proclamación “¡Habemus Papam!», que en latín significa “¡Tenemos papa!”. Todo esto está enmarcado en una combinación de solemnidad religiosa, hermetismo y un simbolismo resistente al tiempo.

El Camarlengo sostiene el martillo de plata para confirmar la muerte de León XIII (Ilustración).

El protocolo identifica dos formas de iniciar el ritual, el primero inicia con el fallecimiento del sumo pontificie, como sucedió hoy con la muerte del papa Francisco. En este caso, el Camarlengo (cardenal administrador) verifica el deceso con un ritual antiguo: golpea la frente del pontífice con un martillo de plata y lo llama tres veces por su nombre de bautismo.

Si el líder religioso no responde y se confirma su fallecimiento, su muerte se anuncia con la frase en latín: «Papa mortuus est», que en español significa: «El Papa ha muerto», iniciando los Novendiales, nueve días de luto con misas solemnes. 

Además, el Camarlengo congela las cuentas del Vaticano, inutiliza el Anillo del Pescador (sello papal) –lo destruye para evitar que pueda usarse de forma maliciosa, ya que es el sello oficial del papa— y organiza el cónclave, la reunión que celebra el Colegio Cardenalicio de la Iglesia católica para elegir a un nuevo papa.

Kevin Farrel, el camarlengo papal.

La segunda forma se da si un papa renuncia a su cargo, tal como pasó con Joseph Ratzinger, el papa Benedicto XVI, quien renunció a su cargo el 28 de febrero de 2013. En este caso el proceso es más inmediato y se convoca al cónclave,

El cónclave y la elección

La elección de un nuevo papa puede demorar mucho tiempo, por ello, la Santa Sede – Ciudad del Vaticano— es administrada por el Colegio Cardenalicio, bajo el lema «Nihil innovetur» (nada se cambie). En este punto se realizan Congregaciones Generales, pequeñas reuniones de cardenales para definir logística.

Mientras tanto, se reúne el cónclave. El término viene del latín “cum clave», que quiere decir “bajo llave”, esto porque los que conforman este grupo pueden quedas aislados hasta elegir al nuevo sumo pontífice. El cónclave está integrado por alrededor de 120 electores y no deben tener más de 80 años, por lo que cardenales que superan esta edad no pueden participar.

El anillo papal es uno de los objetos que es destruido tras la muerte del sumo pontífice.

La Capilla Sixtina se prepara con medidas de seguridad extremas: se bloquean señales electrónicas para evitar filtraciones.  Los cardenales se alojan en la Casa Santa Marta, dentro del Vaticano. El cónclave puede extenderse días o semanas. El más largo registrado fue en Viterbo (1268-1271), donde los fieles, frustrados, destecharon el edificio para presionar a los cardenales. 

El escrutinio es secreto, cada cardenal escribe un nombre en una papeleta, los aspirantes son todos los presentes y si no hay ganador, las papeletas se queman con químicos para producir la fumata negra, contrario a la fumata blanca que indica que se eligió un papa. Para elegir un nuevo papa se requieren dos tercios de los votos, sin embargo, si tras 34 votaciones no hay consenso, puede cambiarse a una mayoría absoluta.

La fumata negra significa que aún no se elige un papa, mientras que el humo blanco señala que la votación ha sido un éxito.

Una vez que se ha logrado elegir a uno, este debe decir “Accepto» para validar su elección, y tras la validación se procede a elegir su nombre papal para luego este pueda hacer el saludo Urbi et Orbi, traducido del latín como «a la ciudad (de Roma) y al mundo».

Curiosidades históricas: 

Último Papa no cardenal fue Urbano VI (1378), elegido cuando aún era arzobispo. 

La votación más rápida se dio en 1939, Pío XII fue elegido en un solo día. 

En 2013, hubo confusión porque la primera fumata fue gris, una mezcla del negro, que significa que no se ha elegido un papa, y el blanco, que da entender que la elección ha terminado.

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