Según explicó Estados Unidos, su base militar en Siria –medio oriente asiático– está destinada a combatir al grupo terrorista ISIS (Estado Islámico), sin embargo, el director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, explicó que el nuevo fin de las tropas norteamericanas, es preparar un “núcleo paramilitar” para efectuar golpes de Estado.
Agencias / EL LIBERTADOR
MOSCÚ (Sputnik) — La base militar estadounidense de Al Tanf, en Siria, se utiliza para preparar a terroristas controlados por Occidente, denunció el director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), Serguéi Narishkin.
«La base estadounidense de Al Tanf, ubicada en la frontera de Siria, Jordania e Irak, se convirtió hace mucho tiempo en una fábrica real para la producción de terroristas bajo el control de Occidente«, advirtió Narishkin durante una reunión de los jefes de los servicios especiales y de seguridad de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) en Moscú.
Asimismo llamó a los servicios especiales y de inteligencia de los países de la CEI a prestar atención especial al trabajo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la MI-6 británica orientado a «preparar estructuras que se prevé convertir en un núcleo paramilitar de golpes de Estado en los países del espacio postsoviético, (…) terroristas».
La base militar estadounidense de Al Tanf se encuentra en el sur de la provincia siria de Homs, cerca de la frontera con Irak y Jordania. Las tropas estadounidenses invadieron Siria en 2014 con el pretexto de la lucha contra el terrorismo.
Si bien Washington siempre afirmaba que el combate al grupo terrorista ISIS (Estado Islámico, prohibido en Rusia) era su única razón para estar en Siria, últimamente cambió su narrativa y ahora asegura que sus tropas están en el país árabe para supuestamente «proteger» los campos petroleros.
El Gobierno de Siria acusa a EEUU de «robo descarado de petróleo».
Siria vive desde 2011 un conflicto en el que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas. La solución del conflicto se busca en dos plataformas, la de Ginebra, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, y la de Astaná, bajo la mediación de Rusia, Turquía e Irán.
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