TIBURONES NO COMEN HUMANOS, ATAQUES OCURREN POR CURIOSIDAD O CONFUSIÓN

A pesar de la poca probabilidad que un humano sea herido por un tiburón, en las últimas semanas dos hondureños han sido atacados en el sector del Caribe, zona marítima donde se ha observado un aumento en avistamientos de estos peces. 

La experta en biología marina, Gabriela Ochoa, ha dicho a EL LIBERTADOR que aunque los ataques a humanos no son inusuales, los efectos del cambio climático están provocando migración de tiburones y otras especies.

Redacción Central / EL LIBERTADOR 

Tegucigalpa. En las últimas semanas, las playas de Tela, La Ceiba y otros municipios del Caribe, han observado el aumento de avistamientos de tiburones e incluso ya se ha reportado el ataque a dos hondureños, aunque la probabilidad sea remotamente imposible, según expertos de National Geographic.

En las últimas horas, el hondureño Roberto Mejía fue mordido por un tiburón mientras nadaba en las cercanías del muelle de Tela, Atlántida, y tras su rescate la municipalidad ordenó el cierre de las playas en forma preventiva. 

Sobre este tema, EL LIBERTADOR se entrevistó con la experta en biología marina, Gabriela Ochoa, quien explicó que el avistamiento de tiburones en zonas continentales no es algo frecuente, ya que se trata de animales que evitan el contacto humano y que solo puede ser muy casual en sitios como Islas de la Bahía.

Ochoa, quien dirige una oenegé de conservación de vida marítima, agregó que en Roatán y Útila, si es concurrente que la gente entre en contacto con tiburones durante actividades de buceo porque estas zonas son parte de su hábitat natural.

La científica es del criterio que no se puede sacar conclusiones apresuradas frente a los avistamientos de tiburones en playas hondureñas, pues la comunidad nacional sabe muy poco sobre estas especies y sus patrones de comportamiento. 

Para evitar ser víctima de un ataque, Ochoa recomendó a la sociedad evitar nadar en zonas de baja visibilidad para el ser humano, como en desembocaduras de ríos; de igual manera evitar entrar al mar durante el amanecer o el atardecer, ya que es cuando los tiburones pueden estar más activos y además, no acercarse a zonas donde haya actividad de pesca, ya que éstas suelen atraer a los depredadores.

“Ha estado lloviendo sin parar, los ríos están desbordando, hay bastante sedimento en el mar y eso hace condiciones de muy mala visibilidad y los tiburones no ven muy bien y pueden confundir a una persona con una presa”, agregó.

El aumento en los avistamientos –valoró– pueden estar ligados a efectos del cambio climático por el aumento de temperaturas en océanos que están generando migración de especies que son parte de su dieta.

Para garantizar la seguridad de las personas y la protección de los tiburones, Ochoa considera clave que las autoridades deben ejecutar una campaña de monitoreo para identificar los sitios clave donde estos animales se encuentran actualmente.

Y, finalmente, recordó que Honduras fue declarada santuario de tiburones en 2011, lo que implica un compromiso de país para proteger a estas especies tanto en la costa norte como en la costa sur, el convenio fue establecido como parte de un decreto gubernamental que prohibió la pesca comercial y deportiva de tiburones en las aguas territoriales del país.

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