A 15 AÑOS DEL GOLPE 2009 Y EL PRIMER GOLPISTA A LA CÁRCEL POR NARCOTRÁFICO

Honduras se encuentra en la víspera de recordar un hecho que trajo dolor, luto y miseria a la sociedad. El golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya en 2009, fue criminal e instaló como “nueva normalidad” delitos de lesa humanidad, corrupción y un retraso social de entre 30 y 40 años.

Las muertes, violaciones a los derechos humanos y una larga lista de crímenes que 15 años después, siguen impunes y, es un hecho que a criterio del sociólogo, Armando Orellana, no debe volver a repetirse. 

Redacción Central / EL LIBERTADOR 

Tegucigalpa. Han pasado ya casi 15 años, desde aquel fatídico 28 de junio del 2009, donde se efectuó el golpe de Estado contra el entonces presidente constitucional, José Manuel Zelaya. El suceso acarreó con la expulsión del país del exmandatario y cientos de violaciones a los derechos humanos de la población que salió en defensa de la Constitución y las leyes. 

Honduras cayó en obscuridad: social, económica, política y humana, pues el golpe de Estado no solo rompió un periodo de gobierno constitucional, sino que instaló el crimen en la república, bajo el mando del dictador Roberto Micheletti que, según expertos, significó para la nación volver hacia atrás unos 30 o 40 años. 

El reconocido sociólogo y analista político, Armando Orellana, dice a este periódico que Honduras quedó en un “fango de corrupción” y crimen organizado, evidenciado recientemente en el juicio de Juan Hernández por narcotráfico, pues el golpe de Estado fue la plataforma perfecta para que ascendiera su narco-dictadura.

“Si realmente nosotros partimos como sociedad consciente que estos errores no deben volver a repetirse, es poner al desnudo esa verdad oculta durante más de 15 años”, señaló Orellana. 

El analista también afirmó que ya es el momento que la justicia nacional actué contra autores intelectuales del desastre de 2009, porque es un hecho que no puede quedar en impunidad y es necesario si se quiere “realmente recuperar la patria”.

En tanto, el historiador Marvin Lemus, señala que hoy “Honduras es conocida por narcotráfico, una reputación difícil de cambiar. Esta imagen negativa nos ha llevado a ser vistos con desconfianza por la comunidad internacional, que a menudo nos señala como un ejemplo de lo que un país no debería ser”.

Además, plantea que para el surgimiento de nueva sociedad y nuevos ciudadanos, es urgente y obligatorio el fortalecimiento de las instituciones, para cambiar esa realidad y desprenderse del mote “narco-Estado”.

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