El exgobernante hondureño, Juan Orlando Hernández, conocerá su destino el próximo 26 de junio, cuando el juez Kevin Castel de lectura a su sentencia por ser hallado culpable de tres delitos relacionado al narcotráfico. El exmandatario pidió a la justicia norteamericana, ser condenado a solo 40 años.
Y, es que, al ser encontrado culpable de todos los cargos, el exgobernante sería sentenciado a cárcel de por vida, como otros narcos de similar envergadura, Joaquín “el Chapo” Guzmán o su hermano, “Tony Hernández”. Por lo que se presagia, JOH estaría cumpliendo condena en ADX Florence en Colorado, apodada la “Alcatraz de las Montañas Rocosas”, aunque otra alternativa, sería la Penitenciaría de Victorville.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. La espera está por terminar para el exgobernante hondureño, Juan Orlando Hernández (JOH) que, tras ser hallado culpable en una corte de New York de conspirar para traficar drogas a Estados Unidos, el juez Kevin Castel dará lectura a su sentencia este miércoles y, ante esto, expertos en Derecho Penal han presagiado, podría ser mínimo de una cadena perpetua.
Siguiendo los parámetros de la justicia estadounidense, el exmandatario junto a su equipo de defensa presentó ante la Corte los escritos de sentencia, un documento donde posicionan su postura para luego extender lo que ellos consideran es una sentencia justa, en este caso, Hernández pidió ser condenado a 40 años de cárcel.
La lectura de sentencia está programada para el próximo 26 de junio. Las dos posibles nuevas residencias consideradas para que Hernández cumpla su condena son las cárceles de máxima seguridad ADX Florence en el Estado de Colorado, conocida como la «Alcatraz de las Montañas Rocosas», donde han estado recluidos criminales famosos como el excapo mexicano Joaquín «el Chapo» Guzmán, quien también fue «socio» de Hernández; o, la Penitenciaría de Victorville en California, donde actualmente está preso su hermano, «Tony» Hernández.
ADX FLORENCE
Conocida como «Supermax», la penitenciaría de máxima seguridad fue fundada en 1994 y se erige en Florence, Colorado, La fortaleza de concreto y vigilancia implacable se destaca por su vigilancia casi omnipresente, donde los reclusos pasan hasta 23 horas al día en celdas insonorizadas, cuyas dimensiones apenas alcanzan los dos por tres metros.
En su historial, ningún recluso ha logrado burlar su intensa vigilancia para escapar, ya que la fortaleza está rodeada de muros rematados con alambre de púas y patrullas fuertemente armadas y gracias a esos antecedentes, además de estar decorada por una red de montañas rocosas, la gran prisión se ha ganado el sobrenombre de la “Alcatraz de las Montañas Rocosas”.
Algunos exfuncionarios la describen como una cárcel que no fue diseñada para los seres humanos y afirman que es «mucho peor que la muerte».
Algunos inquilinos destacados del Supermax son: Joaquín Guzmán Loera, líder de la organización criminal, el Cartel de Sinaloa; Zacarias Moussaoui, condenado por terrorismo; Simón Trinidad, también condenado por terrorismo; Robert Hanssen, condenado por espionaje; Michael Swango, asesino en serie; Ramón Mata Ballesteros, exnarcotraficante hondureño; Osiel Cárdenas Guillén y Juan García Ábrego, líderes de organizaciones criminales relacionadas con el narcotráfico, entre otros.
PENITENCIARIA DE VICTORVILLE
La historia podría contar el reencuentro de los Hernández, aunque en el juicio de JOH, ésta habría dicho que no eran muy “cercanos” queriendo desvincularse de su familiar.
“Tony” fue condenado a cadena perpetua y desde entonces guarda prisión en la Penitenciaría de Victorville (conocida como USP Victorville), una cárcel federal de máxima seguridad para reclusos varones y que forma parte del Complejo Correccional Federal de Victorville (FCC Victorville).
Se ubica en la ciudad de Victorville, California. Abrió sus puertas en 2004 con un costo de 101 millones de dólares. Actualmente alberga aproximadamente 960 reclusos. La instalación está rodeada por una doble valla eléctrica letal, un muro de ladrillo de dos metros en su lado norte y una valla de protección visual en su lado oeste.
Las celdas tienen un aproximado de cuatro por dos metros cuadrados y están equipadas con una litera, un lavabo e inodoro de acero inoxidable, y una mesa pequeña con un taburete fijo donde suelen compartirse entre dos reclusos. Aunque de máxima seguridad, sus reglas son más flexibles, ya que se les permite enviar correos electrónicos con un límite de 13,000 caracteres, sin archivos adjuntos.
En esta cárcel residen personajes del narcotráfico, como Hugo Cesar Chavarria, del cartel criminal de Los Zetas; Javier Vasquez-Velasco, culpable de participar en el asesinato de un agente de la DEA, entre otros.
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