La organización de jóvenes Miskitus de Brus Laguna expresaron que la construcción de la granja penal de máxima seguridad en la Isla del Cisne podría representar un peligro para su forma de vida y el ecosistema, por ello, han pedido el replanteamiento de la ubicación del centro de seguridad.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. La organización de Jóvenes Miskitus de Brus Laguna, conocida como DIWAT, comunicaron su rechazo a la construcción de la granja penal de máxima seguridad en la Isla del Cisne, lugar reconocido por ser un territorio ancestral e importante para la cultura miskita.
El “Análisis de potencial de desarrollo en Islas del Cisne”, realizado por la Secretaría de Recursos Naturales en 2007, determina que este archipiélago del Caribe hondureño, es una reserva marina y forma parte de las 39 áreas protegidas prioritarias del país, denotando la importancia desde el punto de vista de biodiversidad y singularidad ecosistémica.
“Consideramos que este proyecto representa una grave amenaza a nuestros derechos humanos, a nuestra cultura y a nuestro medio ambiente. Exigimos la cancelación inmediata de este proyecto y la búsqueda de alternativas que no perjudiquen a nuestro pueblo, nuestra tierra, ni al sistema ecológico que garantiza la relación y convivencia hombre-naturaleza”, señala el comunicado de DIWAT.
Los jóvenes Miskitus también enfatizan que el Gobierno debe cumplir con el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ratificado en 1985, que obliga a consultar a los pueblos indígenas antes de tomar decisiones que afecten sus derechos. DIWAT denuncia que no se ha realizado ninguna consulta con la comunidad respecto a la construcción de la granja penal.
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