Oficialmente Banadesa ha reportado que ha sentado bases para que, a través del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), los productores de café sean beneficiados con un programa de créditos que, a criterio del economista, Renan Barahona, se debe focalizar no solo en mejorar la producción del grano, sino también en el mejoramiento de infraestructura vial, auto sostenibilidad, y mayor fuerza en el mercado internacional.
Barahona desglosa que potenciarse en el ámbito internacional, será clave porque el panorama del café es complejo, pues depende de las condiciones que imponen naciones calificadas como grandes productoras del café y, a la larga, los créditos deben atender el regreso de una fuerte producción agrícola para que no solo el Estado asuma riesgos con deudas.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Las autoridades del Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (Banadesa), han informado que han celebrado reuniones con personal técnico del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), con el objetivo de apoyar al rubro de productores de café, lo anterior en búsqueda que la entidad financiera internacional asigne un crédito especial para ese sector.
El préstamo será enmarcado en el Programa de Crédito y Garantía para el sector cafetalero hondureño, y se piensa como un proyecto para los próximos años, por lo cual una vez logrado el acuerdo con el CAF se prevé buscar la autorización del Congreso Nacional.
Las autoridades de Banadesa notificaron que el objetivo es potenciar la producción y exportación del grano, ya que es la principal fuente de divisas (ingreso de dólares) dentro de las exportaciones, que abarca un cinco por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) que es la producción nacional total en un año y, dentro del sector agrícola, representa el 30 por ciento de los ingresos.
En ese sentido, EL LIBERTADOR se ha entrevistado con el analista económico Renan Barahona, quien valora que si bien es importante el otorgamiento de créditos a productores de café, “no se trata solamente de eso, en el sector agrícola y particularmente del café, también se necesitan otro tipo de acciones para asegurar una buena producción”.
El experto menciona que la política pública debe orientarse también al estímulo del mercado para vender las cosechas de café a los mejores precios y que haya una relación satisfactoria entre el costo de producción y la ganancia.
“El café tiene alzas y bajas. Cuando sube el precio internacional, a veces está condicionado por lo que sucede con grandes productores como Brasil, eso puede determinar el resultado final de un proceso de producción local”, medita.
Barahona considera que el financiamiento no debe estar centrado solo en apoyo a los productores, ya que también se debe buscar mejorar la red de caminos en muchas zonas donde el transporte de las cosechas es sumamente difícil, ya que esto influye en la producción; además que también se debe apuntar a modernizar “el tipo de cultivo, adaptándolos a las zonas que corresponden para mejorar la calidad en el proceso de secado”.
Todo lo anterior –explica– son factores que determinan un precio y los estímulos en cuestión de abonos, preparación de tierra, que deben ser actividades integrales, son clave para que el financiamiento no fracase y, así, asegurar una producción que posibilita hacer frente a los compromisos (endeudamiento) que se adquieren.
Por otro lado, recalca que tratar el tema del sector café es complejo, porque se depende mucho del precio internacional que, cuando se dispara es de alto beneficio para productores locales, pero al depender del mercado externo, hasta cierto punto, la intermediación puede no ser la más adecuada cuando se presentan precios del grano hondureño.
“Es importante identificar el historial que pudiesen tener algunos productores, para seleccionarlos en cuestión de ser las personas que pudieran acceder a estos recursos (crédito), pero más allá de eso, indudablemente que esto siempre lleva un riesgo”, señala.
Y, es que, a juicio del economista, el comportamiento del sector financiero no ha sido con enfoque a la producción agropecuaria y, en ese sentido, es el Estado quien debe asumir el riesgo, “siempre con algunos mecanismos que puedan mitigar ese impacto”.
Barahona es contundente que mejorar la producción es el camino definitivo, ya que si la agricultura es el eje básico de la economía nacional, en las últimas décadas ha habido un descuido al punto que se ha descontrolado la migración interna y externa, que en concepto simple, es la pérdida de jóvenes que dejan de trabajar en el campo.
Para mitigar este y otros fenómenos, el analista es claro que debe haber apoyo al campesino con financiamientos que den garantía sobre mejor producción y, respecto al crédito que se busca con el CAF, es consciente que Banadesa –como ente especializado– será fundamental, pero a su vez, es notoria la debilidad institucional, también por descuido, condonación de deudas y crisis prolongada sin tratar.
“Esperaríamos que un financiamiento a través de una fuente como es el Banco del Desarrollo (CAF), sea adecuada tanto en los términos que se da el crédito, y la orientación que se le dé”, concluye.
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