Las aspiraciones presidenciales de la exprimera dama, Ana García, esposa del condenado por narcotráfico, Juan Orlando Hernández (JOH), ha despertado críticas en varios sectores del país que ven en ese acto “la cumbre del cinismo” y, analistas dicen a EL LIBERTADOR, que eso anuncia nuevo peligro para la seguridad nacional y sentencia la muerte del Partido Nacional que afronta decadencia y descrédito.
El respetable abogado y analista, Raúl Pineda, lamenta que la cúpula nacionalista no ha logrado dimensionar la grave crisis institucional que implica tener preso por narcotráfico a su principal líder y, que el presidente del órgano político, David Chávez, sea un prófugo de la justicia hondureña.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El escarnio público es una constante, en medio de tragedia política y aspiración de justicia, la sociedad hondureña condenó al Partido Nacional, así desde el 28 de noviembre 2021 cuando votó masivamente por un cambio.- En 2022, con la orden de arresto y extradición de Juan Hernández, la crisis de ese instituto político se agudizó, dos años más tarde ha sido juzgado en corte internacional dejando solo dos caminos para la “estrella solitaria”: depurarse o morir.
En el juicio de Hernández, fue juzgado también el partido –observan expertos–, ya que según manifestó la Fiscalía del Distrito Sur de New York, el narco utilizó la plataforma para llegar al poder y, desde la alta esfera política, seguir conspirando para traficar droga; sin embargo, al cierre de redacción de este artículo –14 de marzo 2024–, el Partido Nacional de Honduras (PNH), no ha emitido un dictamen disciplinario o siquiera deliberado sobre expulsar a quien fuera el último “presidente” bajo su bandera.
Según analistas abordados por EL LIBERTADOR, el PNH se debate entre un gen político sobre cuerpo criminal y, en ese sentido, está jugando con su propia existencia al mantener la afiliación de Juan Hernández y sus allegados que representan el “Orlandismo”. Lo anterior, en función del “salto” que ha dado la exprimera dama, Ana García de Hernández, quien oficializó su precandidatura presidencial, motivada por la “injusticia” contra su esposo, condenado el pasado viernes por narcotráfico.
Al respecto, el respetable abogado Raúl Pineda, estudia que la institución está en una posición crítica, o se depura o perece: “Al hacer una ponderación, ¿qué se va a preservar?, ¿qué se va a defender?, ¿al abogado Hernández o a la institución? Pareciera que pesa más la intención de defender a Hernández porque él controla, como último reducto de poder, al partido”.
Pineda pone sobre mesa que la condición del PNH se asemeja a un naufragio político, donde la institución puede negociar la salvación o hundirse completamente, en esencia: “El Partido Nacional se está jugando su existencia como ha sucedido con otros partidos igual de fuertes en Centroamérica y en América Del Sur”.
El respetable abogado, conocido por su filiación “cachureca” comenta que la institución política se ha “privatizado” a un extremo donde se convirtió en moneda de canje para la protección de algunos líderes y participación en cargos de Gobierno y, precisamente, éstas prácticas suman a la crisis institucional porque de perder una nueva elección “la ruta de su desaparecimiento estaría trazada”.- Por si no fuera ya crítico, llevar la sombra del narcotráfico.
Condena que a pesar de tener una enorme base que clama la transformación del partido, la cúpula sigue aferrada al 1,300,000 votos que no alcanzaron para derrotar la alternativa de Xiomara Castro, cifra que considera ya no tienen y obliga a que se tome acciones drásticas como la convocatoria de una Convención Nacionalista –máximo evento partidario– para expulsar “a todos los que han llenado de vergüenza al nacionalismo”.
Sin embargo, lamenta que esta depuración no se ejecutará porque la cúpula “No ha logrado digerir la verdadera dimensión de la tragedia que implica que su principal líder (JOH) está preso y que su presidente (exdiputado David Chávez) está huyendo de la justicia”.
Con relación a la aspiración de Ana García, Pineda es contundente al mencionar que no ve una propuesta concreta y comparte que se ha lanzado únicamente para dar oxígeno a los abogados de Hernández, “pero como un proyecto serio o políticamente viable, no lo veo”.
El togado apunta que la jugada de la exprimera dama es una especie de “fogonazo” que si bien podría generar algún problema al PNH por la división y debilitamiento de candidaturas ya constituidas, son enormes las dudas sobre un proyecto político serio como para que se compita en materia electoral, pues advierte que si el oficialismo de Libertad y Refundación (Libre) desata un “tsunami legal”, perfectamente pueden destruirla políticamente.
En tanto, el dirigente del Partido Liberal (PL), comparte en su análisis que hablar sobre la actual coyuntura de los nacionalistas es un tema complejo porque implica, forzosamente, referirse a la esfera del crimen organizado filtrado en el sistema de partidos.
En ese sentido, valora que Honduras ha tenido tren grandes eventos en los últimos 30 años que la han marcado a nivel mundial, el primero, los sucesos relacionados con la tragedia del Huracán Mitch en 1998; el segundo, tiene que ver con el golpe de Estado en 2009; y el tercero, la histórica condena del exgobernante Hernández por narcotráfico.
“Él (JOH) ha sido uno de los presidentes que utilizó el Estado para fortalecer el narcotráfico, destruyó la institucionalidad. Pero hay una afirmación que me parece que es la más importante, ‘utilizó al Partido Nacional, que es una institución criminal’, entonces ya el calificativo político a la institución Partido Nacional, la han dado los Fiscales de New York, que creen que perdió su función política y entró obviamente en el campo delictivo”, destaca Ortez.
El dirigente liberal es enfático que su criterio queda corto de palabras para advertir el peligro al que se está sometiendo Honduras, haciendo hincapié en la candidatura de Ana García, la cual considera “va a polarizar el país y vamos a caer en una circunstancia sumamente compleja en el próximo proceso electoral”.
Y, es que, para Ortez, no existe lógica en argumentos de inocencia o que se desvincule a García de las actividades ilícitas de su esposo, basado en el ejemplo del Chapo Guzmán, cuya esposa también ha tenido que pagar una condena: “Hay un dicho que dice que al lado de cada gran hombre, hay una gran mujer, entonces yo pienso que al lado de un criminal narcotraficante no puede usted tener a la Virgen María”.
Reflexiona que es trágica que la postura del Partido Nacional sea identificarse más con el discurso de García y lejos de optar por una postura de eliminar lo relacionado al exmandatario, “hay rumores de que ‘Papi la orden’ (exalcalde Nasry Asfura) va a dejar su candidatura por alguien que no tiene ni la Visa, ni la capacidad de ir a los Estados Unidos porque la dejan allá (arrestada)”.
“La candidatura no es de Ana García, es de Juan Orlando Hernández”, sentencia Ortez, quien también comparte el criterio de que no habrá que descartar alguna injerencia del exmandatario y que, el hecho que la exprimera dama destaque como principal estandarte a su esposo, es peligroso.
Ortez concluye que el “Orlandismo” no permite que el Estado de Derecho se consolide, y “ya sabe cómo lograrlo y ella, en sus primeras palabras dice: ‘yo sé cómo se hacen las cosas’, óigame, es un mensaje velado que el Partido Nacional de Honduras ya perdió la capacidad de ser un instituto que le ofrezca moralidad y alternativas políticas al país”.
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