Ante el juez Kevin Castel, el jurado y la Fiscalía de New York, Juan Hernández ha dicho con «orgullo» que bajo su administración en el Ejecutivo (2014-2022), se autorizó la extradición de capos de la droga a Estados Unidos; no obstante, minutos más tarde dijo que como “presidente” no podía ordenar al Ministerio Público a quién investigar.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. En su estrategia de defensa, para pasar al estrado a declarar, Juan Orlando Hernández (JOH), admitió que siendo jefe de Estado de la República de Honduras, cometió injerencia en la Corte Suprema de Justicia (CSJ), afirmando que él autorizó las extradiciones de capos de la droga a Estados Unidos.
El líder de su equipo legal, Raymond Colon, le preguntó al exgobernante hondureño que quién había autorizado las primeras extradiciones desde Honduras, y éste respondió: “Bajo mi administración, excepto por la historia antigua, durante un siglo antes de 2012, la extradición estaba prohibida”.
Minutos después, Colón repreguntó si el “presidente” podía decirle al Ministerio Público a quién investigar, Hernández respondió que no; y esto, ha creado una contradicción muy marcada en sus declaraciones.
Si bien Honduras firmó el tratado de extradición con Estados Unidos en 1928, no fue hasta 2013, tras la aprobación del procedimiento de parte de la CSJ, cuando comenzó a procederse contra capos del crimen organizado solicitados por el norteamericano país.
Para que una extradición proceda, la embajada de EE.UU. debe notificar primero a la Cancillería de la Republica, ésta traslada la información a la Corte Suprema para que asigne juez que llevará el caso y defina fechas de las audiencias para determinar si la extradición procede o es denegada.
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