La toma de posesión del presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, estuvo marcada de polémicas luego de un intento de saboteo, orquestado por políticos conservadores al movimiento que lidera el nuevo mandatario, crisis que se agudizó dentro del Congreso del país centroamericano.
“Como presidenta del Sistema de Integración de Centroamérica, hago un llamado urgente a la Asamblea Legislativa de Guatemala para que se cumpla el mandato constitucional y se proceda a la toma de promesa de ley del presidente Bernardo Arévalo”, escribió la mandataria hondureña.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Más de ocho horas se atrasó la toma de posesión del nuevo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, prevista a iniciar a las cuatro de la tarde de ayer 14 de enero, pero debido a un fallido intento por los conservadores opositores de boicotear al nuevo mandatario, la ceremonia se realizó la madrugada de este lunes.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, junto con algunos funcionarios, acudió a la histórica juramentación del nuevo jefe de Estado, con el objetivo de apoyarlo y reconocerlo como presidente legítimo del país centroamericano.
El camino de Arévalo, desde que ganó las elecciones en Guatemala, ha estado lleno de polémicas. A pesar de gozar de la simpatía de la población chapina y el respaldo a los resultados por parte del Tribunal Electoral, la Fiscalía -dirigida por Rafael Curruchiche- sentenció que el proceso estuvo lleno de irregularidades y trató de repetir las elecciones.
Organismos internacionales, como la Organización de los Estados Americanos (OEA), criticaron la postura del fiscal y reafirmaron al presidente Arévalo como ganador de las elecciones. La crisis se extendió hasta la toma de posesión, misma que se prolongó más de ocho horas debido a la insurrección de los opositores.
El retraso se originó desde el Congreso Nacional, encargada de juramentar a Arévalo. Los diputados opositores no querían acreditar a los congresistas del Partido Movimiento Semilla (del presidente electo) debido a que la personalidad jurídica de la institución política fue suspendida por la fiscalía.
Esta decisión dejaba sin representación dentro de la Junta Directiva al partido oficialista, mermando la ayuda que el presidente Arévalo podría recibir desde el parlamento y elevando la tensión previa a la juramentación.
Luego de horas de debate, peleas entre diputados y una aglomeración de simpatizantes de Arévalo en protestas, los congresistas de Semilla fueron reconocidos y consecuentemente, el nombramiento de la nueva Junta Directiva, que quedó al mando del oficialista Samuel Pérez Álvarez.
Los presidentes y diferentes invitados que asistieron a la ceremonia, condenaron el hecho como una clara muestra de la oposición, por no dejar que Arévalo tomara posesión y mermar su representación en el Congreso.
La presidenta Castro condenó el hecho y afirmó que permanecería en el país centroamericano hasta que Arévalo fuera juramentado. Su queja fue secundada por otros mandatarios como el presidente colombiano, Gustavo Petro, que acusó a los opositores de orquestar un golpe de Estado.
Otros representantes de Estado abandonaron el lugar de la ceremonia debido a la larga espera, uno de ellos fue el presidente de Chile Gabriel Boric, pero dejó su respaldo al nuevo mandatario.
Los entes internacionales, como la OEA, también apoyaron la demanda de Arévalo, quien terminó con la banda presidencial a la medianoche de hoy, 15 de enero a la 1:00 de la madrugada, juramentado por el nuevo presidente del Congreso Nacional.
“Me llena de profundo honor asumir esta responsabilidad, evidenciando que nuestra democracia tiene la fortaleza necesaria para resistir, y que mediante la unidad y la confianza podemos transformar el panorama político en Guatemala», expresó Arévalo en su primer discurso como presidente en funciones.
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