Las naciones grandes no son las que poseen petróleo o dominan el arte de la guerra, sino aquellas donde sí existe la cultura de la virtud y el “Estado de Derecho”, donde el corrupto, el ladrón y el asesino son castigados como ejemplo de lo podrido; no es para reírse esa imagen atormentada de Rocío, hundida en llanto y desesperación, es para meditar la existencia, pensar antes de actuar, son lecciones; la realidad que afronta ella y sus socios aún no hay aprendizaje, ante la justicia, alegan persecución; otros, los más “vivos” –almas más depravados– ya tienen listo el arsenal, evidenciado quedó en “Mario pistolita”, el más frío acecha los registros de sus picardías y los manda quemar como en el TSC, y ya asoma una fría navidad…
Como bandido en la noche, así llegó al punto más recóndito del sur, Rocío con orgullo y humildad, decidió entregarse “voluntariamente” en aquel rinconcito, a unos pasitos de Ebal, Cardona y Chinchilla; las comunicaciones de la nueva fiscalía fueron contundentes: la jueza alcohólica y la “defensora del mal” podrán decir lo que quieran, pero la psico-financista estaba acorralada por su pasado.
La sociedad hondureña, consumida por la rabia y por una impotencia que duró muchos años durante el reinado nacionalista –que no logra sanar–, gozó porque es muy pronto para olvidar a los pobres, aquellos condenados que murieron sin un último suspiro, en las aceras de hospitales suplicando ayuda, viendo con ojos hechos agua como la primera plana de los diarios del dictador citaban lo modernos que son los “hospitales móviles”.
Reflexión
EL LIBERTADOR
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Tegucigalpa. Terminó de llover y el sol salió, aunque Rocío solo ve obscuridad, esta vez no se equivoca.- El 2 de julio de 1964 en un lecho empobrecido de Santa Rosa de Copan, nació la pequeña Rocío Izabel Tábora Morales.- Su padre Rigoberto Tábora, que compartía la misma profesión que Cristo, y su madre María Trinidad Morales, comerciante, ambos orgullosos de su tierna bendición, tenían el presentimiento que sería una gran persona, una muchacha del campo que conquistaría la ciudad, importante, de esas que allá en la capital, los medios persiguen para sacarles fotos y entrevistas, influyentes y mirada altiva.- La nena creció y en su momento fue profecía cumplida, una alta funcionaria del Estado; pero el 16 de noviembre 2023 todo cayó, el llanto estalló en “Los Dolores”, ahora llora en una celda, pide auxilio como deseando en lo más hondo regresar a la seguridad del vientre materno; ante un ambiente exterior amenazante busca la protección que no encuentra entre tantas caras monstruosas frente ella. Rocío lo logró, es tapa de revista, una foto borrosa, una flor sin olor.- Y estrecha la manita de la ex jueza, buscando consuelo ante el asedio de cámaras que alguna vez le besaron los pies.
Se decanta la serpiente de la vanidad sobre el cerebro holgazán que dócil se vuelve ante silbido sutil y poderoso. Psicóloga, postgrado en Ciencias Sociales en Chile, docente, ejecutiva del PNUD y escritora entre otras cualidades más, Rocío tiene más credenciales que su empleador Juan Hernández, cuando la llamó para ser titular en la Secretaría de Finanzas, lo que sería su desgracia en ese origen de una vida con “poder” o apariencia.- Aquella mujer que venía de las humanidades, que durante inviernos y veranos estudió con luz de vela, además enseñó los errores de los villanos de la historia de la humanidad, olvidó lo aprendido, cuando la seducción del poder se le acurrucó a los pies y le dijo “firma aquí abajo y verás como cambia tu vida, es muy fácil ganar”; cuando dos verdades se enfrentan, es la voluntad del que tiene poder la que se impondrá, decía Foucault y antes Nietzsche.
Sembró la mirada altiva y cultivó desdén por el otro, metió miedo a subalternos aún reconocidos activistas cachurecos; el concepto social, solo fue eso en la práctica, un concepto, debía elevar al marginado y ayudar al indefenso; mientras Rocío “tocaba base” con Marco Bográn en la estafa Móvil, a quien también utilizó en su degradación moral: “… Acabo de hablar con el presidente y le propuse que todo lo que son insumos y temas vinculados a Salud, todo, todo, todo, lo compremos atreves de Invest …”; es decir, la experta en humanidades planificó, organizó y controló el infierno de Marquitos, que también es otra “Reina del Pop”, en la apuesta del ego –pero esa es otra historia–. Mientras Tábora embarazaba la gran estafa, en los rincones escondidos del Hospital Escuela, lejos, muy lejos del ojo metiche de los periodistas, en el suelo como un campo de guerra, una señora acompañada por 20 o 30 personas más en un gemido de auxilio: “Mijita, dame oxígeno, no puedo respirar”; la enfermera mira su tobillo secuestrado por la mano moribunda de la anciana, que mañana no estará ahí, pero estarán otros… La Financiera del dictador no se equivocó, no hubo error, fue un proyecto.
Los países que alcanzan la admiración de otros es donde la espada de la justicia corta radicalmente al abusivo, al corrupto y al desubicado, que por extraña enfermedad en el cargo público, cree que el esfuerzo de un país les pertenece; “Toño” es el primero en recibir un mensaje de sus “prom classmates” del clan 81, lo advierten y protegen, lo ven rebajado como un roba vacas y un pistolero, el banquero por extensión paterna huye del país antes que el brazo de la justicia lo alcance; mientras gente como Welsy, Gladys, Tommy, Mario, Erasmo, Lizzy y demás, los mueve más el instinto del vagabundo largo que creció en la calle, el olor al peligro que se acerca y que deben actuar “persecución política” intentan esbozar en redes: la población se ríe.
Irrumpen los pocos lugares que aún les queda donde no llega la luz, invaden el Tribunal Superior de Cuentas, deben eliminar evidencias y las queman como brujas invocando el ángel caído, mientras “denuncian” en “X” la persecución, suben otra caja de pruebas que los condena.- Cada proyecto de Hernández tuvo su lugarteniente, abuso, descaro criminal, hurto y estafa se respira en todas las instituciones públicas, el acusador del Estado les respira en la nuca, podrían vestirse de pueblo y ser defendidos, pero los activistas no tienen ánimos y el resto los ve como enemigos, atrapados y sin salida reculan al Congreso, buscan a Luis y piden su favor –por el amor a la democracia y paz, hablemos y tracemos un pacto, un acuerdo de impunidad–, el presidente del Congreso Nacional, puede jugar la carta que quiera en este “21 Black Jack” ganó la apuesta. “Ya me tenían aburrido los cachurecos”, eleva Redondo que anoche se relajó viendo una buena potra. ¿Y lo que diga Maribel o Suyapa? ¡Bah! A nadie le importa el delirio senil que nace de la frustración y envidia. Serán como Medusas que por la eternidad deberán devorar las entrañas enfermas, vomitar la hiel amarga y volver a empezar. Mientras Salvador ni siquiera sabe que día es y se prepara para “narrar” el partido en TVC, empresa a la que “renunció” en 2013 ¿o 2017? ¿O 2021? ¿Sabrá este hombre qué es renunciar por dignidad?
Ebal, el Copero del Reycito, se anticipó y demostró que no es capitán de barco, hasta dejó a su líder a merced de la poli, mientras este descendía al circo de la vergüenza publica, el nombre de este hábil vendedor de tamales está en cada venta de tierra del territorio, en cada acuerdo infame e indigno, en las montañas de millones de dólares que el hondureño debe pagar por demandas de falsa inversión internacional como las ZEDE, ese pastor del diablo que profesa la venida del señor, mientras bendecía al demonio y liberaba la legión de espectros. Sudor frio recorre la espalda de Ebal: ¡Última hora! En este momento Rocío Tábora es traslada a la prisión para mujeres en Honduras. La imagen es pesada, deja el café a un lado en un fino restaurante de Managua y queda fijado en el televisor, observa –sabemos que la representación gráfica en la que usted piensa es un meme, pero no neguemos que así fue–, no se puede negar lo que vio; ya no habita en aquella mujer la mirada altiva, sus parpados inflamados eran del llanto espantoso y permanente –piensa que nunca nadie la vio sin maquillaje– rictus de aflicción, camina con dificultad (por actuación o realidad), sin joyas, ni sirvientes, los periodistas alguna vez alimentados la exponen sin piedad… ¡Que horrible! Piensa Ebal, mientras el café se enfría y eleva un “Padre nuestro que estas en el cielo…”
Roció Tábora es una lección, una reflexión, un camino; nadie debería sufrir lo que vive a esta hora frente a los barrotes fríos, esa soledad adonde ya no llegan aquellas órdenes con abuso y traición social; las llamadas no cesaban, las invitaciones llegaban a diario, los empleados se reían de los chistes que no dan risa, a la derecha los boletos del avión y a la izquierda los infinitos regalos como una navidad eterna, el poder se siente como fresca champagne; sin embargo, la resaca vuelve a la realidad que los excesos siempre son malos para la salud.
Postdata: ¡Ay no! ¿Nadie puede poner a trabajar a Salvador? Digo, que haga algo con el dinero que le pagamos mensualmente, como jode este viejito, tener un buen partido y un mal narrador. Avanti.
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