Una hipotética reunificación de las naciones centroamericanas, no debería verse como una pérdida de identidad, el ciudadano no debe dejar sus costumbres de lado, sino que a través de la unificación se haga aportes por cada uno de sus integrantes en medida de sus capacidades y, de esta manera, impulsar el desarrollo en áreas comunes, plantean los cursantes de la maestría de Relaciones Internacionales de la Universidad de Costa Rica, Gabriela Erazo y Rodrigo Chacón.
Los estudiantes del posgrado, destacan que, si bien se han creado instituciones como el Sistema de integración Centroamericana (SICA) que han hecho esfuerzos por la cooperación en diferentes ámbitos, cada uno de los países del área tiene sus propios intereses y particularidades que pueden llegar a estar en conflicto con los del resto para hablar de una reunificación.
Gabriela Erazo y Rodrigo Chacón*
Opinión / EL LIBERTADOR
El imaginar una Centroamérica unida, es una idea muy atractiva para un sector considerable de los habitantes de la región y no es para menos. Hace unos 200 años esta idea era una realidad. Realidad que duró no más de 15 años, pero cuya esencia puede ser extrapolada fácilmente a una actualidad en la que los países centroamericanos tienen deseos de avanzar a pesar de tener grandes dificultades.
El unir la región implicaría conformar una federación con cerca de 46 millones de habitantes, un PIB de 200 mil millones de dólares aproximadamente y una posición geográfica tanto privilegiada como estratégica en el continente.
No han sido demasiadas las iniciativas para reintentar esta unificación, pero ciertos personajes le han dado vida al tema, por ejemplo, Nayib Bukele, presidente de El Salvador. Sus argumentos de crear una República fuerte y competitiva en el mercado mundial ha ganado popularidad entre propios y extraños.
Pero ¿cuál es la realidad de esta idea? Desde la perspectiva de ambos autores de este artículo vemos dos realidades distintas, Gabriela Erazo una mujer hondureña quién considera la reunificación como una oportunidad de crecimiento en muchos aspectos como el intercambio de culturas, impulso al turismo y la economía. Por otro lado, Rodrigo Chacón un hombre costarricense que sabe que desde su país la idea de la reunificación no es tan popular ya que se considera como un retroceso.
Es claro que un trabajo conjunto ayudaría con muchos de los problemas comunes de la región, como la lucha contra el narcotráfico, el desarrollo, la inseguridad y la reducción de la pobreza. Pero como siempre, las cosas no son tan fáciles como parecen.
Existen muchos factores que obstaculizan la formación de una gran república centroamericana, la primera y de las más importantes, es la falta de voluntad de muchos países de la región. Tal como se comentaba antes, Costa Rica siendo uno de ellos o Nicaragua quién bajo su estructura política autoritaria cerrada no parece tener intenciones de abrirse a una asociación de esta magnitud. Otra razón, puede ser la dificultad en la armonización de las leyes y regulaciones en áreas aduaneras, fiscales y de comercio, proceso que puede ser complejo y requerir mucho tiempo.
Si bien se han creado instituciones como el Sistema de integración Centroamericana (SICA) que han hecho esfuerzos por la cooperación en diferentes ámbitos, cada uno de los países del área tiene sus propios intereses y particularidades que pueden llegar a estar en conflicto con los del resto. Sumando a ello, los diferentes conflictos territoriales que se han presentado, como la disputa por el río San Juan entre Costa Rica y Nicaragua o la Isla Conejo entre Honduras y El Salvador.
Hay muchas características de la región centroamericana, que la muestran como una zona con gran potencial ante el mundo. Es un puente que une ambos extremos (Norte-Sur) y que cuenta con salida a ambos océanos, lo cual es clave para la competitividad portuaria. Sin duda, tenemos una región rica en recursos naturales, en cultura y en diversidad económica que debe ser explotada en conjunto.
Los productos agrícolas, por ejemplo, son un común denominador en las exportaciones de Centroamérica, el café, banano, azúcar y vegetales son algunos de los más importantes y que llegan a mercados internacionales. Centroamérica también ha intentado la diversificación de sus exportaciones y la promoción de sectores no tan tradicionales, como los servicios o la tecnología, esto con el objetivo de reducir la dependencia de los productos usuales y generar mayores oportunidades de comercio.
Pero, más allá del crecimiento económico, se deberían facilitar los procesos de cooperación, en materia de educación, intercambio cultural, deportivo y artístico. Crear políticas de puertas abiertas, para que la juventud centroamericana pueda relacionarse y compartir experiencias de vida, así como sus expectativas del futuro.
Lo anterior, fomenta la motivación de los jóvenes para su preparación y aporte de conocimientos y esfuerzos a nuestras comunidades, ya que a través de la educación se logra la grandeza de las naciones.
Desde nuestra perspectiva, una hipotética reunificación, no debería verse como una pérdida de identidad, el ciudadano no debe dejar sus costumbres de lado, sino que a través de la unificación se hagan aportes por cada uno de sus integrantes en medida de sus capacidades y de esta manera, impulsar el desarrollo en áreas comunes.
Si bien, soñar con ello y tratar de dar una explicación sobre lo que puede ser la Federación Centroamericana no sería certero. Es indudable que las naciones de Centroamérica tienen el poder de crecer a través de procesos de cooperación alcanzable y realizable, ya que aún no se ven cambios significativos más allá del papel, es momento de que haya movimientos relevantes para el desarrollo de las naciones en la región.
*Cursantes de la maestría en Relaciones Internacionales y Diplomacia de la Universidad Nacional de Costa Rica.
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