NUEVA TOMA EN UNIVERSIDAD NACIONAL, REELECCIÓN FUENTE DE CRISIS

Nuevamente los portones de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) han sido cerradas por los movimientos estudiantiles que denuncian la conspiración del actual rector interino, Francisco Herrera, por permanecer en la titularidad del “alma mater”.

Desde 2018, la reducción de la matricula estudiantil es considerable a causa de la crisis que estalló por la lucha de los universitarios organizados que denunció la privatización de la máxima casa de estudios del país y que, como respuesta, orquestó extensas campañas de desprestigio y criminalización de la protesta social, contexto que revive en este 2023 en el marco de elección del nuevo rector.

Antes de iniciar el proceso para elegir a las nuevas autoridades universitarias, la Junta Universitaria expulsó a representantes del “Gobierno Estudiantil” y aceptó desconocidos en los movimientos de los “pumas”; sin embargo, el dirigente estudiantil, Robinsson Hernández, medita que el conflicto entre movimientos ha sido garante para quedar fuera en la elección de nueva rectoría.

Redacción Central / EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. “No a la reelección ilegal de Herrera”, reza uno de los tantos escritos en los diferentes edificios de Ciudad Universitaria (CU), de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), donde una vez más se asoma el autoritarismo que solo ha traído retrasos al sistema educativo.

La crisis en la “Alma Mater”, es interminable, de hecho, la figura del actual rector, Francisco Herrera, salió de una convulsión ante la negativa del entonces “jefa” del centro de estudios, Julieta Castellanos, por realizar la reforma universitaria y la agresiva criminalización que llegó después.

En ese contexto de militarismo y salvaje agresividad institucional –muy conocida por los hondureños desde 2009–, es que Herrera fue juramentado como “interino”, el mandato fue durante seis meses hasta que se eligiera un nuevo rector; sin embargo, pasaron seis años y el exdirector del centro regional de San Pedro Sula, sigue en funciones.

Si bien la UNAH creció en infraestructura y posicionamiento regional durante la gestión de Castellanos, hoy la figura de la reelección –que ha demostrado no funcionar en varios ámbitos sociales– despedaza lo alcanzado.

RESURGE CRISIS

A raíz de estos sucesos y la eventualidad de otros hechos considerados por expertos como ilegales, movimientos estudiantiles como el Frente de Reforma Universitario (FRU) han creado un bloque opositor contra el actual rector desembocando en una crisis silenciosa, apagada por los medios tradicionales que únicamente dieron voz de la situación para criminalizar a estudiantes.

A finales de 2022, el rector Herrera convocó a elegir los nuevos integrantes de la Junta de Dirección Universitaria (JDU), pero el proceso estuvo lleno de irregularidades hasta que en marzo del presente año y tras múltiples interrupciones, se juramentó a los nuevos integrantes.

Esta elección no quedó exenta de polémica, varios estudiantes y docentes la catalogaron de ilegal, puesto que fue electa con 34 votos y la norma universitaria en su ley orgánica exige 38, además, se excluyó la representación estudiantil.

El malestar se extendió desde docentes y estudiantes, hasta aspirantes a la rectoría como Nelson Ávila, quien cuestionó el proceso: “Cómo es que quienes dirigen la UNAH se atreven a hacer elección sin un reglamento respectivo”. Por otro lado, movimientos estudiantiles afirman que este plan es parte de la estrategia de Herrera ara su reelección.

ILEGALIDAD
Al respecto, el dirigente estudiantil, Robinsson Hernández, quien fue uno de los ocho expulsados del Consejo Universitario, explica a EL LIBERTADOR los motivos por los que Herrera no debe seguir al frente de la UNAH.

Como punto de partida, añade que todo el proceso referente a la nueva JDU es ilegal, “según la ley orgánica en su artículo 10, exige 38 votos, dos terceras partes de los miembros (del Consejo), pero ellos solo alcanzaron 34 votos y no les importó, eligiendo así a la JDU, con esos siete miembros”, explicó.

Por otro lado, argumenta que a los estudiantes les preocupa la prolongación de Herrera, debido a que su gestión ha precarizado la educación dentro de la UNAH, por lo que “muchos estudiantes ahora prefieren emigrar a universidades privadas”.

Cuando Herrera llegó al interinato, la universidad tenía entonces la matrícula más alta en su historia, solo en el primer periodo académico ese año, se contabilizó 95,000 “pumas”. Pero ahora, en el segundo periodo académico de 2023, la matrícula apenas supera los 57 mil estudiantes. “Esto representa una reducción del 40%, lo que significa que cuatro de cada diez estudiantes han abandonado la universidad pública (en Tegucigalpa)”, puntualizó.

EXILIO DE “PUMAS”
Lo expuesto por Hernández gana relevancia, según datos de la Secretaria de Educación, el promedio anual (datos 2014 a 2022) de estudiantes que egresan y están listos para entrar a la universidad es de 65 mil alumnos, sin embargo, los datos más recientes indican una baja en la matrícula de estudiantes en la UNAH.

Para el 2018, la población de estudiantes listos para ingresar a la universidad fue de 70 mil prospectos, pero en 2023 el registro fue de apenas 20 mil nuevos ingresos.
El dirigente estudiantil, señala que esta baja se debe a la poca inversión realizada para mejorar la infraestructura universitaria, “lo que conduce a otro problema, ¿cómo se está administrando los fondos universitarios?”, añade.

SIN PROYECCIÓN
“Desde que el rector asumió su cargo, se ha reducido en un 87% la inversión en infraestructura y tecnología en la Universidad. Es incomprensible cómo, a pesar de que el presupuesto sigue aumentando en cifras netas, la matrícula va en descenso. No se puede determinar dónde se está invirtiendo el dinero y esta falta de claridad es preocupante”, manifestó Hernández.

Algo que caracterizó la administración de Castellanos fue su inversión en infraestructura, algo que Herrera no ha logrado replicar. “Incluso los edificios remodelados presentan problemas, por ejemplo, se invirtió entre uno y dos millones en la remodelación del edificio de ingeniería química, pero colapsó en un par de semanas. Esto sugiere el uso de materiales baratos o mano de obra no calificada”.

A eso se suman –critica– los atropellos a las leyes universitarias como el aumento de salarios hechos por actuales autoridades como la actual vicerrectora, modificando en 2014 la ley orgánica, “algo que solo el Congreso Nacional puede hacer”.

NEGLIGENCIA
Hernández denuncia que incluso el ingrediente político que diversos medios de comunicación han señalado sobre los movimientos estudiantiles. Pues, a dos semanas de finalizar el segundo periodo académico del 2023, el Frente de Reforma Universitaria (FRU), se tomó la las instalaciones de CU, en acciones de protesta contra el rector y su oficial reelección.

La respuesta de la prensa fue señalar que el oficialista Partido Libertad y Refundación (Libre) estaba detrás las acciones. Para Hernández, la desinformación siempre ha sido intencional, para desprestigiar las motivaciones de los estudiantes y maquillar los errores del rector.

La suma de todos los males es que crean ambientes que llevan a la deserción –cuestiona–, “incluso aquellos jóvenes que no cuentan con los recursos económicos de algunos padres [para estudiar] y están dispuestos a trabajar duro y esforzarse al máximo para lograrlo, se están inclinando hacia la educación privada”, sentencia.

HABLA DIRECCIÓN
En tanto, el presidente de la JDU, Osman Jeovanny Martínez, comenta a este rotativo que no está al tanto de las denuncias o irregularidades, pero que el proceso para elegir las nuevas autoridades universitarias va por un buen camino.

“Esta Junta asumió su responsabilidad a partir de marzo, cuando fuimos electos por el Consejo Universitario. Sin embargo, hay otros hechos anteriores por los cuales no somos responsables”, asegura.

Asimismo, afirma que, de haber conflictos entre estudiantes, este es promovido por los mismos movimientos que “buscan poder”, y que eso ha impedido que se tenga autoridades dentro del Consejo Universitario, lo que prolongó todo el proceso para elección de la JDU.

“Con relación al Consejo Universitario, es importante mencionar que está compuesto por trabajadores, docentes, autoridades y estudiantes, sumando en total 57 miembros. No obstante, debido a la falta de integración, surgió una lucha que la Universidad, pensando en su futuro, debería reconsiderar”.

ELECCION DEL RECTOR
Referente a las denuncias hechas por aspirantes a la rectoría, alumnos y docentes, Martínez explica que como organismo elector no harán ningún tipo de exclusión que no esté amparado por las leyes universitarias y, en el caso del rector Francisco Herrera, ellos cuentan con un equipo legal óptimo que “valorará” las condiciones jurídicas sobre su participación.

“Él puede presentar sus documentos si lo desea, y ciertamente puede hacerlo. Sin embargo, en cuanto a los temas legales, contamos con un equipo de asesores legales que en su momento realizará el análisis necesario y en cada postulante y en función de ello, tomaremos decisiones apropiadas, incluyendo la consideración de posibles inhabilitaciones establecidas en la Ley Orgánica de la Universidad”, concluye.

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