Cuando la profesión se practica por vocación, la labor se ejerce sin importar obstáculos. El docente Fredy López se viralizó en redes sociales luego que, para ir al centro educativo donde labora, tuvo que montar su motocicleta en una lancha y cruzar el bravo Rio Goascorán, que año tras año deja incomunicado al sector de Alianza, Valle.
Este docente labora en el sur de Honduras, en la comunidad de Alianza, Valle. Obtuvo uno de los puntajes más altos en los últimos Concurso de Docentes, aun con el resultado positivo, no tiene plaza permanente.- Lo destaca su pasión y humildad, comparte su deseo de que los estudiantes puedan aprovechar al máximo el esfuerzo de los buenos docentes.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Fredy López es un docente que reside en la tierra de las hamacas, Langue, Valle. Es de estatura media, con una voz que denota el acento sureño y de apariencia robusta; con una historia profunda de superación, fue hasta los 27 años que decidió estudiar magisterio en la histórica Normal Mixta “Pedro Nufio”, años después, obtuvo su licenciatura y ahora ejerce la labor que le inspiró desde niño: la docencia.
Un día, López salió de su casa acobijado de la rutina diaria, es época de lluvia y a dónde se dirige sufre los mismos males todos los años, las inundaciones. Sin embargo, eso no detuvo a Fredy de compartir el pan de saber con sus alumnos, por lo que subió su moto a una lancha y cruzó el violento rio. La foto tomó notoriedad, y en ella colgó la leyenda “Mi deseo es que los estudiantes aprovechen este esfuerzo”, lo que inspiró que este rotativo cuente la historia del profesor Fredy López.
SU INICIO
Fredy López desde pequeño se ha definido como una persona luchadora y comprometida a salir adelante. Tener que trabajar desde temprana edad le privo por una temporada de estudiar su fase superior, fue hasta los 27 años que termino su educación media en la Escuela Normal Mixta Pedro Nufio y así proceder a su educación superior.
“Pues salí adelante con ayuda de mis padres y mis hermanos, logré avanzar y me gradué a los 30 años. De ahí, consecuentemente estudié la licenciatura en Educación Básica, primero el técnico y después la licenciatura en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán”, comentó López.
Desde pequeño, cuenta el docente, tuvo en mente lo que quería hacer y aunque se “tienen ese concepto de que, si el papá no estudió, entonces el hijo no estudia porque no hace falta”, la realidad es que es muy importante para sobresalir en este país, agregó López, lo que le incentiva más a desarrollar su labor de maestro con mucha pasión.
UN CAMINO DIFICIL
La vida de López no ha sido sencilla, actualmente está casado y tiene dos niños pequeños que padecen de una compleja enfermedad llamada Anemia Drepanocítica, enfermedad hereditaria que afecta los glóbulos rojos y muy difícil de tratar. En cuanto a su trabajo, aun no cuenta con una plaza, por lo que su contrato no es permanente.
López obtuvo el cuarto lugar de los pasados Concursos de Docentes para obtener una plaza de maestro permanente, por lo que sueña con poder obtenerlo un día y seguir costeando el medicamento de sus hijos.
López viaja todos los días hasta su centro educativo, dependiendo del estado que se encuentre la carretera -de tierra obviamente- dependerá el desarrollo de todo su día. “Sí, eso es cansado la verdad. A veces uno llega sin ánimo, sin poder explicar por el sueño o el estrés”.
Desde que obtuvo su credencial de docente, comenta que siempre le ha tocado ir lejos de su residencia, añade que la primera experiencia en la docencia le tocó ir tan lejos que “gaste más en combustible” que lo que ingreso, por lo que aseveró que a veces todo está en la pasión.
MISMOS MALES
López trabaja en un centro educativo en Costa de los Amates, Alianza, Valle, y año tras años aqueja el mismo mal de siempre, las inundaciones. López cuenta que son varios docentes que hacen uso de las lanchas para cruzar la crecida del Rio Goascorán cuando es invierno, de lo contrario, se perdería una gran temporada de clases, algo que afectaría mucho a los niños del sector.
Costa de los Amates es una de las zonas más productoras del sur, sin embargo, ni con este antecedente las autoridades han logrado encontrar la solución a este mal. “hace año se construyó un puente, pero a la primera crecida el rio se lo llevó”, explicó.
López detalla que ha conversado con varios ingenieros amigos sobre la situación y explican que más que construir una “plancha”, se necesita de otro proyecto capaz de soportar la “brutal creciente” que emana de este rio.
PRECARIEDAD EDUCATIVA
Sumado a esta problemática, el departamento de Valle, caracterizada por su incesante calor y ser uno de los territorios más olvidados históricamente, posee una endeble estructura educativa, por lo que los mismos padres de familia buscan la manera de que sus hijos reciban una educación optima y López lo puso en evidencia.
“Aquí las infraestructuras que se han levantado fueron con el apoyo en su mayoría de los padres de familia. Otra fuente de ayuda ha sido de organizaciones no gubernamentales, pero el abandono ha sido evidente. Estuve trabajando en una aldea llamada El Llano de Jesús, pues ahí se cambió el techo y se construyó una pila con la ayuda de la comunidad y los padres de familia de la escuela”, afirmó el docente.
López cree firmemente en la educación, aunque es relativamente nuevo en la impartición de clases, tiene como meta que los estudiantes que han pasado por sus manos logren llegar a un nivel universitario. “Tal vez unos tres o cuatros, posiblemente la mayoría se quede a trabajar en el campo y otra parte emigrará a Estados Unidos”.
REFLEXIÓN
López pidió a las autoridades que puedan ver este sector y que se pueda traer soluciones a una zona que ha sido olvidada. “Solo basta con ver la carretera que conduce a Amapala, toda dañada y eso que es de las zonas más importantes por el turismo”, lamentó.
De igual manera, pidió la construcción de un puente digno en Costa de los Amates y explicó que “no es por mí, sino por la gente. Hay personas enfermas que tienen que sacarlas “chineadas”, que tienen que hacer diálisis, pero que se ven perjudicadas por no tener un puente”.
Añadió que este es un problema que tiene años, pero que las “soluciones” que han traído son superficiales, no es solo hacer muros porque la corriente es muy fuerte, “se necesita de un puente”, afirmó López.
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