La conspiración contra el Gobierno de Xiomara Castro ha sido evidente, desde antes que tomara el mando del país el 27 de enero de 2022, no ha tenido un solo día de paz, porque sectores que avalaron la dictadura no están conformes con la visión social de la administración; ante eso, resurge con fuerza la estructura criminal que trama asaltar otra vez el Estado; este miércoles se cumplen 14 años del fatídico golpe de Estado 2009.
“El solo hecho de hablar de golpe de Estado es una muestra del irrespeto de políticos ultraconservadores al Estado de Derecho”, condena la prestigiosa analista, Leticia Salomón, cuestionando que quienes sabotean los cambios de la presidenta Castro, están cegados de lo que sucede en el mundo.
En ese sentido, el analista político, Mario Sorto, plantea que no debe extrañar que la inteligencia estatal haya valorado un posible golpe a la presidenta Castro, de allí que sea muy cercana al Ejército y que la Secretaría de Defensa quedara bajo el mando del sobrino de “Mel”, José Zelaya.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Este miércoles 28 de junio, se cumplen 14 años del fatídico golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya, asalto que hundió en mayores miserias y crímenes al pueblo hondureño y asentó al narco en el palacio presidencial; el crimen constitucional no ha sido castigado y la sociedad hondureña exige acción del Poder Judicial para frenar la escalada contra el Gobierno de Xiomara Castro.
Y es que en Honduras se ejecuta una conspiración sin precedente, que busca desestabilizar la administración de Castro. Eso ha quedado claro en los altos cargos de mando de la administración desde antes de asumir el 27 de enero de 2022, cuando la dictadura conspiró para amarrar plazas del Servicio Civil y Presupuesto General de la República (PGR), entre otros proyectos que sabotearon el arranque de la “nueva Honduras”.
La presidenta lo ha reconocido, quienes conspiran son las mismas figuras que contribuyeron para el desastroso golpe de Estado en 2009, con intenciones de romper la forma de gobierno otra vez. Según el criterio de analistas abordados por EL LIBERTADOR, estos grupos operan con total impunidad por la fuere crisis del sistema político nacional que no ha logrado avanzar para la reconstrucción del Estado de Derecho.
FIGURA DE CRISIS
En este escenario de sabotaje –desde lo mediático– el designado presidencial, Salvador Nasralla, junto a la bancada de su partido en el Congreso, se han separado del proyecto gubernamental, convirtiéndose incluso en una “primera línea” de ataque con argumentos que coinciden con el asedio del Partido Nacional.
En ese sentido, la destacada analista, Leticia Salomón dice a este periódico que Nasralla ha pasado de ser un “outsider” –fuera de la tendencia común– a representar “la crisis en que se encuentra el sistema de partidos en nuestro país”. Amplía que el designado, deja en evidencia que no tiene idea de cómo funciona la política en sentido científico.
Salomón cuestiona que Nasralla no comprende el funcionamiento del Estado y por ello aconseja que no se debe buscar pensamiento racional, “en alguien que no es racional”. Con relación a lo anterior, llama la atención a sus diputados, pues ve como algo vergonzoso que “tengan de líder a un tipo como ese”.
OPOSICIÓN IRRACIONAL
El discurso errático de Nasralla y su “traición”, sería irrelevante como en otros procesos de alianza, de no ser porque existe una influencia superior. Recientemente, se le ha visto firmar alianzas con supuestos dirigentes del estadounidense Partido Republicano, quienes son cercanos a nacionalistas, en esta unidad trasciende el acuerdo con el alcalde Roberto Contreras –quien también faltó al pacto de alianza en San Pedro Sula–.
También, Nasralla ha adoptado el arcaico pensamiento “anticomunista”, acusando a la presidenta de ejecutar una doctrina que “empobrece”. Al criterio de Salomón estos movimientos vienen de personas ultraconservadoras que parecieran tener telarañas en la cabeza “que les impide tener una visión correcta de lo que sucede en el mundo”.
Plantea que como opositores, utilizan esquemas simples con ideas erróneas que repiten hasta el cansancio: “Ni siquiera son capaces de innovar y construir un discurso moderno y bien sustentado, se aferran a la Guerra Fría y ven comunistas en todas partes”.
TRAIDORES
La respetable pensadora, observa que una característica es que si bien estas personas están en su derecho de apoyar un sistema que consideren conveniente para un Estado, no se puede obviar que en el caso de Honduras, “un derechista, es además un corrupto, narcotraficante y responsable de haber saqueado y pisoteado este país, y ese es un límite que no debe cruzarse”.
Además, trae a reflexión que la situación actual del país, donde una vez más se habla de un posible golpe de Estado, conlleva un análisis profundo de la precariedad del sistema político que, en primera instancia, debate que aún no se termina de aprender las lecciones de 2009 y el grave daño a la nación, cuando se retome esta logia.
“El solo hecho de hablar de golpe de Estado es una muestra del irrespeto de políticos ultraconservadores al Estado de Derecho, a la voluntad soberana expresada en las urnas y a las reglas del juego electoral”. Por ello, sentencia que el Gobierno, debe acercarse a esos sectores que apoyaron el golpe, “para ir cerrando brotes de crispación”.
“ESCUDO MILITAR”
En tanto, el analista político Mario Sorto, refiere que es probable que en la inteligencia estatal haya considerado seriamente la amenaza de golpe de Estado y de allí que la presidenta sea cercana al Ejército, siendo la institución una pieza clave para para asaltar la República.
El experto dice que por el historial que tiene el país con golpes de Estado, hacen que de cierta forma sea parte de la cultura hondureña, con sectores “que siempre están sugiriendo esa alternativa”, pero que al analizar los dos mandatos de Juan Hernández (2014-2022), “se vio que la cercanía con militares y policías, era de cierta forma, un bloqueo para cualquier intento de golpe”.
Plantea que en este caso, podría justificarse la proximidad de Castro con las Fuerzas Armadas “es parte de una estrategia para evitar que desde ese poder se ejecute un golpe de Estado. Por eso no es de extrañarse que uno de los sobrinos, sea el secretario de Defensa”.
GOLPE INVIABLE
Ahonda que ese nombramiento indica que desde el primer momento se ha blindado al Gobierno ante la posibilidad de repetir un escenario como el de 2009, teniendo en cuenta además que el presidente derrocado ese año, Manuel Zelaya –su esposo–, es el principal asesor de Castro.
Sorto afirma que todos los sectores han tenido que retomar las lecciones de 2009, incluso los Estados Unidos porque el golpe tuvo “consecuencias no buscadas”: aumento descomunal de la corrupción, violencia y miseria, entre otros problemas generados ante la inexistencia de un Estado de Derecho.
Con ese contexto, asegura que si en esta ocasión los actores que orquestaron el golpe en 2009 actúan de forma racional, “evitarían salir a un golpe de Estado”.- Por otro lado, valora que existe una intención del Gobierno de equilibrar la influencia de EE.UU. en la política nacional, al firmar el acuerdo diplomático con China, “pero a corto y mediano plazo, no pareciera que eso va a jugar un rol significativo”.
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