Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. En octubre 2018, Honduras entró a una crisis humanitaria sin precedentes en la historia, cientos de miles de ciudadanos optaron por el exilio masivo en caravanas migrantes, un éxodo solo visto en las regiones bélicas del viejo mundo.
Cuando explotó ese fenómeno, Juan Hernández sumaba 10 meses de su segundo mandato tras el golpe electoral para su ilegal e inconstitucional reelección presidencial, los efectos negativos fueron inmediatos y las caravanas, EL LIBERTADOR fue el primer medio de comunicación que abiertamente declaró la guerra a la prensa tradicional para defender la causa migrante.
Por ejemplo, este periódico abordó con analistas de gran prestigio, que las condiciones que originaron la caravana se justifica en la política inhumana que rigió en el país desde el golpe de Estado 2009, que trajó desastres a la población, viendo en la migración una puerta.
En esa justa, Hernández, sus funcionarios y los medios de comunicación aliados a su proyecto, redujeron la grave crisis humanitaria a una “campaña” de la oposición, acusando ante el mundo al comunicador Bartolo Fuentes, periodista que acompañó la primera caravana hondureña con el objetivo de documentar los motivos por el viaje irregular.
Si bien, la crisis migratoria hondureña es un problema presente, las empresas de comunicación que pertenecen a poderes facticos, como Televicentro, que en el pasado acusaron complot para negar lo que la ciudadanía relató a la prensa internacional como motivos de su exilio forzado, ahora utilizan el tema en campaña contra el proyecto de refundación del Gobierno Xiomara Castro.
Con argumentos que denotan salvaje ignorancia, plantean ingobernabilidad para manipular y sembrar terror en la sociedad sobre sistemas político-económicos que no comprenden, y esto no es al azar, pues es una práctica denunciada en el libro: “Poder y Medios en Centroamérica”, donde se retrata que en la región, las empresas de comunicación del poder económico marca una tendencia política en defensa del sistema desinteresándose de su función al servicio público.
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