UN AÑO DE HISTÓRICA CÁRCEL CUMPLE DICTADOR JUAN HERNÁNDEZ

“Nadie está por encima de la ley” y “caiga quien caiga”, fueron consignas vacías para un Juan Hernández que se creyó intocable por el soporte del Gobierno estadounidense, empresarial, militar y criminal; al final, Washington lo paró sobre la tierra, a 19 días de dejar el poder, el 15 de febrero de 2022, fue arrestado ante la solicitud de extradición oficial.

A las 2:13 de la tarde del jueves 21 de abril de 2022, Hernández abordó el avión de la DEA para su viaje irregular a rendir cuentas ante la justicia norteamericana; desde entonces permanece recluido en el Centro Metropolitano de Detención (MDC), una cárcel federal de Brooklyn, a espera de su juicio a finales de este 2023.

 

Redacción Central / EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. El 27 de enero a eso de las 11:00 de la mañana, justo una hora antes que oficialmente Xiomara Castro tomara promesa de ley para iniciar su Gobierno, desde una oficina del capitolio en el Congreso de Estados Unidos, la representante de California, Norma Torres, rompía tendencia en redes al solicitar de forma oficial al Departamento de Justicia la orden de extradición de Juan Hernández.

La tranquilidad del gobernante sólo duró 19 días, el 14 de febrero oficialmente los norteamericanos entregaron solicitud de extradición a la nueva Cancillería hondureña y, un día después, el dictador fue arrestado.

La caída fue rápida y tomó por sorpresa a toda la sociedad hondureña que nunca esperó una acción tan temprana contra el exgobernante, pues en comparación a otros líderes autoritarios, Hernández no tuvo la oportunidad de envejecer miserablemente como sí lo ha hecho Roberto Micheletti o irse al exilio como algunos de sus funcionarios.

Juan Hernández ratificó su deseo de ir a juicio en la acusación por narcotráfico.

Tras que la Cancillería trasladara el oficio a la Secretaría de Seguridad, un enorme contingente de Fuerzas Especiales de la Policía Nacional cercó perímetro de la residencia que habitó Hernández en la exclusiva residencial Palmeras de San Ignacio en la capital Tegucigalpa.

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El 15 de febrero, agentes de alto rango acompañaron al titular de Seguridad, Ramón Sabillón para notificar al gobernante de su arresto; a mediodía, Hernández salió a la puerta principal para ser esposado.

Con gorra, mascarilla clínica, gafas oscuras, una chumpa azul, chaleco antibalas y esposado de manos y piernas, así fue la dramática salida de Juan Hernández esa tarde cuando finalmente la Policía Nacional le arrestó.

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Momento en que Juan Hernández se dirige al avión de la DEA para ser extraditado por narcotráfico.

Cabe señalar que previo a su detención, los agentes esperaron la confirmación de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que, en reunión de emergencia, dilató por varias horas la ejecución de seguridad, pues los 15 magistrados que desde el pasado 11 de febrero cerraron su mandato en la institución, fueron avales del régimen del gobernante extraditado en abril.

Altos funcionarios estadunidenses han calificado a Hernández como un “poderoso” narcotraficante, basados en los informes de la Fiscalía del Distrito Sur de New York, misma que llevó el caso de su hermano “Tony” Hernández y otros excapos de droga que ya han sido condenados.

Hernández tiene programado su juicio para el 18 de septiembre, sin embargo, ese día se celebra también las audiencia de su primo Mauricio Hernández –exagente de policía– y del exdirector de Policía, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla. La defensa de Hernández confirmó que pedirá modificar la fecha.

A criterio del reverendo Mario Fumero, JOH deja lecciones a la clase política hondureña, cuando hay calamidad en espíritu, codicia enferma y perdición, el castigo es inevitable.

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