Honduras es uno de los países más vulnerables por efectos del cambio climático, sobre todo en temporada lluviosa que provoca deslaves e inundaciones y, ante este contexto, especialistas en materia sugieren la construcción de un plan de nación que supere los cuatro años de mandato de administración pública y que a través de estudios profundos, atienda el crecimiento urbanístico y poblacional que nunca se contempló en el pasado.
Según el ingeniero Donaldo Rubí, si se toma como base la capital Tegucigalpa, que presenta estos problemas con las lluvias –sin que éstas sean a causa de huracán–, es notoria la falta de una estrategia que proyectara la expansión urbana.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Honduras dejará de ser vulnerable a los fenómenos climáticos, cuando se diseñe una estrategia nacional que supere los cuatro años de mandato que por ley tiene un gobierno y planteé un esquema técnico que contemple el crecimiento urbanístico (infraestructura y población), plantean expertos abordados por EL LIBERTADOR.
El pasado fin de semana, en vísperas de navidad, el Comité Permanente de Contingencias (Copeco), decretó emergencia con alerta verde para la zona norte de Honduras, a causa de una masa de aire frio que desprendió en serias complicaciones.
En su último reporte, Copeco informó que el estado de urgencia se extendería ahora como alerta amarilla para Islas de la Bahía, Atlántida y Colón, mientras que Santa Bárbara, Cortés y Yoro mantienen la alerta verde.
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En ese sentido, el ingeniero Donaldo Rubí plantea que el principal problema del país es que nunca se contempló un plan de trabajo de crecimiento urbanístico con medidas de protección contra fenómenos naturales, dando el ejemplo de Tegucigalpa que requiere obras a gran escala que no son posibles de ejecutar a corto plazo.
El especialista en construcción observa que la capital requiere un análisis de las aguas lluvias que caen sobre la ciudad, así como la edificación de un sistema de alcantarillado pluvial que permita recoger esos residuos y drenarlos a puntos donde se pueda evacuar sin que haya inundaciones en zonas vulnerables.
“Se debe hacer estudios hidrológicos para cuantificar la cantidad de agua que cae sobre la ciudad y más represas que puedan conservar esas aguas y, si en un momento se debe drenar, que se haga con una planificación para que no se dañe el sistema de la ciudad que es muy susceptible”, explica.
Rubí lamenta que en la zona norte, con los ríos Ulúa y Chamelecón es ya un cuento de varios años con las inundaciones en el Valle de Sula que desde niño viene escuchando precisamente porque nunca se hizo un plan adecuado, “se han hecho canales, pero esas medidas paliativas que nunca cumplen con la misión, nunca evitan las inundaciones del valle”
El ingeniero recalca que las autoridades deben realizar un plan de nación que abarque la construcción de represas y el tratamiento de aguas para el servicio doméstico, creación de centros de turismo y hasta para el cultivo de peces, afín de aprovechar las lluvias para el desarrollo de país.
Según lo plantea, este plan debe evaluar incluso la operatividad de la represa El Cajón, pues siempre se desea estar al máximo de capacidad pero en temporada crítica por lluvias las inundaciones obligan a hacer descargas.
Rubí analiza que a la fecha ningún gobierno ha podido resolver estos problemas, “debe hacerse un estudio mucho más amplio para hacer las obras que realmente lo ameritan, talvez los canales (bordos) pueden ser una parte de esas obras a ejecutar pero no es lo suficiente y la prueba es de que cada vez es peor la situación en tiempos de lluvia en nuestro país”.
En tanto, el subcomisionado departamental de Copeco, Andy López, explica que ante la inexistencia de un plan de nación, tienen –de forma tediosa– la obligación de reunirse cada cuatro años con las autoridades locales y municipales, pues la institucionalidad “queda descubierta” ante los cambios de personal y se ejecuta campañas informativas para que los planes en ejecución no se detengan para dejar protocolos para el antes, durante y después de una emergencia.
Plantea que por eso los plazos para objetivos son menores, porque se tiende a fijar metas alcanzables dentro de lo más adecuado, confirmando que de momento no existe una visión a largo plazo para reducir los daños de fenómenos climáticos.
López dice que en las condiciones actuales, Copeco realiza trabajos preventivos: “Son obras de investigación basadas en fortalecimientos de las comunidades y, al mismo tiempo, el conocimiento de la gestión de riesgo que es un poco más estratégica”.
Con este esquema, es clave la participación de Comités de Emergencia municipales “para que puedan hacer obras de dragado, cajas puentes con mayor capacidad y aparte recomendaciones puntuales para que la población pueda ejecutar obras de investigaciones que son ecológicas”, sentencia.
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