La nueva Gerencia de Movilidad Urbana de la Alcaldía de Tegucigalpa, capital de Honduras, critica que las precarias condiciones del asfalto en la ciudad, son una muestra que la gestión del nacionalista Nasry Asfura, sólo maquilló las fallas y, ante la llegada de fuertes lluvias, vuelven a ser un problema; además, acusan que el exedil cuadruplicó la deuda municipal.
En este contexto, la campaña de “bacheo emergente” que ejecuta la actual autoridad del Distrito Central, según el ingeniero José Mendoza, será reparación temporal, debido a que la estructura de calles está destruida, luego que pasaron más de 24 años de gestión nacionalista sin construcción total de calles y avenidas en la capital.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El sistema de circulación del Distrito Central (Tegucigalpa y Comayagüela), capital de Honduras, llegó a un punto donde calles y avenidas simulan varices con tanto vehículo parado en el asfalto.
El alto congestionamiento y colapso general de la red vial que se despedaza en cada invierno, es muestra de la histórica falta de planificación y que como agravante, la proyección del exalcalde Nasry Asfura, enmarcó la obra gris con consecuencias catastróficas: anuló al ser humano y multiplicó la deuda.
Hoy la capital es una urbe obsoleta, en constante reparación y ya sin el famoso ecosistema que la caracterizó desde su fundación, alguna vez nevó en Tegucigalpa –según registro histórico de William Vicente Wells en 1848–, hoy sólo nos queda como un mito.- La administración de Jorge Aldana, heredó desastre, según la Gerencia de Movilidad Urbana.
ESTRUCTURA FALLIDA
El gerente de esta unidad, José Mendoza, ha explicado a EL LIBERTADOR que si bien la ciudadanía está inconforme por la cantidad exagerada de baches en la red vial, esto se debe a que la gestión de Asfura sólo maquilló las jornadas de bacheo, es decir, los procedimientos de reparación fueron superficiales y por ello, la administración de Aldana intenta un mejoramiento profundo.
Empero, no es posible una reconstrucción total de zonas afectadas, debido a que no hay recursos financieros para ello y, la conservación y rehabilitación de toda la estructura llevará tiempo.
El ingeniero Mendoza, es analítico con las quejas por el maltratado anillo periférico de la ciudad, obra que considera una “estructura de pavimentación completamente fallida”, esquema que se repite en varios bulevares y zonas saturadas de tráfico a diario.
REPARO EFÍMERO
El funcionario plantea que la nueva administración busca una rehabilitación a largo plazo “algo más duradero que no sea solo tapar el bache, sino hacer una restauración completa sobre la estructura fallida”.
Amplía que hoy las autoridades de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC), no pueden emitir una fecha de cierre de la campaña de “bacheo emergente” por las condiciones actuales que implica incluso tomar en cuenta la temporada lluviosa.
Explica que no es tanto el tema logístico, sino que “al tener una estructura fallida, con las lluvias puede que surjan nuevos baches”. Este ciclo sin fin –ahonda– es producto del “maquillaje” de reparación que aplicó Asfura que durante el verano no es notorio, pero al tener los primeros torrentes del invierno destapa el pésimo trabajo de reparación.
El tema de obras de infraestructura, confirman que por más de 30 años las autoridades edilicias no administraron la ciudad, no hubo desarrollo de estructura y las gestiones nacionalistas sólo causaron más daño.
Y es que por ejemplo, en el tema de la deuda de la AMDC ésta se cuadriplicó, según el gerente Marlon Urtecho, “el alcalde Asfura recibió una deuda próxima de 1,500 millones de lempiras y él en ocho años, nos deja una deuda de 6,000 millones de lempiras”.
Ante lo anterior, Urtecho explica que el 33% del presupuesto asignado a la AMDC (poco más de 5,000 millones de lempiras) debe ser invertido en el pago de esa deuda, que limita la capacidad de ejecutar una proyección de desarrollo urbano y social, creando una condición de ciudad insostenible.
En respuesta, el equipo del alcalde Aldana ha trazado un plan en varios puntos, donde destaca el derecho de los ciudadanos al reclamo sobre las obras, es decir que se dará espacio a cuestionamientos en el trabajo de infraestructura.
Lea el artículo completo en edición mensual EL LIBERTADOR, agosto 2022
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