“CARRETERA NO, SANEAMIENTO SÍ”: INDÍGENAS DE MOSKITIA INTERPELAN GOBIERNO

Luego que el titular de MiAmbiente, Lucky Medina, manifestó públicamente que la carretera que se construyó de manera ilegal en la reserva del Rio Plátano sería cerrada, el Gobierno reculó afirmando que no será destruida y, ante esa posición han reaccionado los movimientos indígenas de la Moskitia para mantener su postura que la ruta da vía libre a la invasión de territorio ancestral.

Este jueves representantes de los pueblos indígenas han brindado una conferencia de prensa para ratificar su posición en contra de la carretera que de la reserva del Río Platano, conecta con la selva virgen hondureña, proponiendo un proceso de saneamiento comunitario que respete títulos de propiedad hasta que haya condiciones para hablar y ejecutar proyectos de infraestructura

 

Redacción Central/ EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. Este día, organizaciones representativas de los pueblos indígenas de la Moskitia hondureña –zona oriental del país–, han manifestado su oposición a la existencia y ampliación de la carretera que consideran construida con “fondos desconocidos” que comunica los municipios de Dulce Nombre de Culmí (Olancho) con Wampusirpi (Gracias a Dios).

En el evento, los distintos consejos territoriales RAYAKA, DIUNAT, BATIASTA, BAMIASTA, BAKINASTA del pueblo Miskito, agrupados en la organización MASTA y con la compañía de la Confederación de Pueblos Autónomos de Honduras (COPAH), han detallado a la población hondureña que su postura se sostiene en la falta de permisos de instituciones públicas de protección al medioambiente.

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Además, aseguran que para realizar esta obra de infraestructura millonaria, se taló el bosque causando un fuerte impacto ambiental sobre el patrimonio ancestral de la Moskitia, situación que acelera el proceso de compra y venta de tierras, y acrecienta la devastación forestal por la instalación de potreros ganaderos.

Grupos indígenas han comunicado el riesgo que corre la selva hondureña frente a la ganadería, el narcotráfico y la invasión de patrimonio ancestral.

Es preciso mencionar que el pasado 21 de marzo, el nuevo titular de la Secretaria de Recursos Naturales (MiAmbiente), Lucky Medina, fue contundente al manifestar que la polémica carretera sería destruida, debido a las ilegalidades e irregularidades en torno a la misma; sin embargo, a la fecha continúa abierta.

En el pasado los grupos indígenas han denunciado que falsos representantes de pueblos autóctonos, terratenientes ganaderos y hasta el narcotráfico han financiado las obras; no obstante, contradiciendo al secretario de ambiente, el asesor presidencial, Manuel Zelaya, ha dicho que “se llegó a un acuerdo” para mantener las obras, siempre y cuando no haya más destrucción del bosque.

El presidente del COPAH, Donaldo Allen, manifestó en su intervención que: “Esta calle no trae progreso para nuestros pueblos indígenas, sino únicamente acelera el proceso de invasión de las tierras indígenas haciendo más rentable el negocio de compra venta de tierras y de ganadería ilegal en áreas protegidas”.

En este sentido, mencionó que una solución a este proceso de invasión es llevar adelante el proceso de saneamiento, estableciendo quién tiene derecho legal a las tierras y poniendo límite a este proceso de usurpación de tierras indígenas.

Mapa de ubicación de la carretera en la Moskitia,

En tanto, el dirigente indígena, Alsides Tomas, manifestó a EL LIBERTADOR, que ahora que ya está construida la carretera sólo resta un proceso de saneamiento para “así tener nuestro propio proceso de gobernanza”.

Por su parte del presidente de MASTA, Elvis Dreno, aseguró que el temor de los 12 consejos territoriales es que al mantener la carretera, personas que no son del lugar lleguen a apropiarse del territorio, y destaca que “es importante mencionar que no se consultó a la población”.

Si bien los grupos indígenas son conscientes que la Moskitia hondureña es una zona aislada y con poca presencia institucional, critican que la instalación de la carretera es de alto riesgo para la selva que es calificada como la segunda más importante en América, sólo superada por la Amazonia sudamericana.

En ese contexto, el dirigente Wester Amaya mencionó que la prioridad es buscar los recursos para establecer consultas de desarrollo con la población local, y que el Gobierno debe buscar otros mecanismos para el crecimiento de esas comunidades.

En 2016, varias de estas organizaciones territoriales alcanzaron la titulación legal del territorio tras un largo proceso de negociación con el Estado; no obstante, han estado bajo asedio por la fuerte presencia del narcotráfico en la zona, según informes investigación de EL LIBERTADOR, el 98% de narco-avionetas con destino a EE.UU., hacen escala en la Moskitia.

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