MIENTRAS JOH ERA CAPTURADO, EBAL INGRESABA A LAS 7:14 DE LA MAÑANA A NICARAGUA

Quien fuera el poder detrás del trono de la dictadura, Ebal Díaz, salió ayer 15 de febrero en la madrugada de Tegucigalpa; en tanto, en esas horas su fiel jefe, el dictador Juan Orlando Hernández (JOH), iba siendo rodeado en su exclusiva residencia por un fuerte despliegue de fuerzas especiales, cientos de policías y equipos encubiertos DEA y FBI.

Redacción Central / EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. El exgobernante hondureño, Juan Hernández, ahora pedido en extradición por Estados Unidos fue capturado ayer bajo un fuerte despliegue policial, DEA y FBI en su exclusiva residencia de Palmeras de San Ignacio, sur-oriente de esta capital, afín de iniciar el procedimiento judicial interno a través de la Corte Suprema de Justicia.
Al exjefe de Estado lo acusan de traficar 500 mil kilogramos de droga, conspiración violenta y otros delitos que ha atentado contra la seguridad de la nación del norte.

Y, ayer mismo 15 de febrero, Ebal Díaz, la eterna mano derecha de Hernández, salió en la madrugada de Tegucigalpa, y muy temprano, a las 7:14 de la mañana, ya se estaba registrando en la frontera “Las Manos”, que desde el territorio oriental comunica con Nicaragua.

DE INTERÉS: JOH, HA SIDO CAPTURADO 

Registro del ingreso de Ebal Díaz en frontera «Las Manos».

Acerca del tema, Radio Globo a través de su director, Héctor Amador, informó en primicia que el otrora hombre de confianza de Hernández conducía un carro particular y avisó a los agentes de aduanas que se dirigía hacia la capital nicaragüense, Managua, no dio más explicaciones; además, según confirmó el periodista, Ebal iba solo, sin familia y se hospedaría en el hotel Crowne Plaza Managua con el propósito de revisar cómo van sus trámites de asilo.

Hasta hace 20 días, el todopoderoso gobernante Hernández, que durante ocho años se mantuvo en gobierno de facto, con permanente protesta e indignación del pueblo, pero con el apoyo de los sectores clave de la sociedad hondureña y actores influyentes en el plano internacional, incluido Estados Unidos que le avaló la ilegítima y fraudulenta reelección presidencial en 2017 durante la administración Trump.

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