Anoche quedó aprobada la rebaja de 10 lempiras al precio del galón de combustible que solicitó Poder Ejecutivo, que a juicio del presidente de la Coalición Patriótica, Juan Carlos Rodríguez, significará un impacto positivo para la economía del país; y observa que esta medida debe ser preliminar que se puede bajar la tarifa aún más.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El presidente de la Coalición Patriótica, Juan Carlos Rodríguez, comentó a EL LIBERTADOR que la rebaja de 10 lempiras al galón de combustible que aprobó el Congreso Nacional, representa un respiro al bolsillo de los hondureños y la economía nacional.
Rodríguez fue enfático que esta medida puede tomarse como un mecanismo preliminar para que a futuro se le baje aún más al precio de los carburantes que, durante gobiernos nacionalistas, simbolizó una pesada carga que limitó la construcción de la canasta básica.
“Lo que sí tenemos que decir que eso le da un respiro al nuevo Gobierno para ganar tiempo y seguir buscando otras alternativas de mecanismos que puedan mejorar el manejo del precio de los carburantes, de tal forma que se le pueda bajar más, mediante ajustes técnicos y no mediante subsidios”, puntualizó.
A esto se suma el subsidio a la energía eléctrica, no obstante, el entrevistado cuestiona que a largo plazo no dará resultados sostenibles por lo que recomendó buscar mecanismos eficientes para mejorar el precio de la energía, carburantes y demás servicios.
Por otro lado, advirtió que “la rebaja de los combustibles va a tener un impacto de más o menos de 4,000 millones de lempiras en la recaudación de impuestos, porque el Gobierno percibe alrededor de unos 30 lempiras en impuestos por galón”.
Es preciso recordar que durante los gobiernos nacionalistas, la fórmula para calcular el precio de los hidrocarburos ha sido un enigma y especialistas en economía han criticado que de allí surgió la continua alza de precios, registrada incluso si en el ámbito internacional los costos del barril de petróleo presentaran bajas.
Además, en 2009 los carburantes llegaron a presentar bajas de hasta 20 lempiras; sin embargo, después del golpe de Estado del 28 de junio, la tarifa comenzó a dispararse y cuando presentaba reducciones era apenas de unos centavos, según estadísticas de la Comisión Administradora del Petróleo (CAP).
Rodríguez plantea que la clave para tener derivados del petróleo a precios bajos es revisar la carga tributaria que, según el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), es la más alta de la región, siendo una pesada “cruz” para la población que cada lunes pagaba una tarifa más alta en carburantes.
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