“Entre agosto y diciembre de 2021, el lempira decayó en 70 centavos frente al dólar; 23 centavos corresponden a las últimas semanas, lo que constituye un proceso muy acelerado, más político, porque carece de base técnica en el comportamiento de la economía”, ha explicado a EL LIBERTADOR el reconocido doctor en Economía y exgerente técnico del BCH, Claudio Salgado.
En exclusiva con este periódico, Salgado explicó que desde 2014 el sistema cambiario es dictado por la especulación de la banca privada, por lo que no descarta que, a falta de justificaciones técnicas, el desplome del valor del lempira obedezca más a razones políticas.
La devaluación de la moneda se traduce en empeoramiento de la calidad de vida de la población hondureña, debido a mayor gasto para adquirir los alimentos de consumo básico, aumento en los costos de servicios e importaciones e incremento en el pago de la deuda externa, argumenta el economista, destacado por el acierto en todos sus pronósticos en política monetaria, incluyendo, que el control del precio del dólar pasaría a manos del sistema bancario nacional privado.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Honduras cierra el año con una caída de 70 centavos en el valor del lempira frente al dólar, en un periodo de apenas los últimos dos meses; la acelerada devaluación preocupa a economistas, que advierten mayor deterioro en la calidad de vida por las maltratadas finanzas de la población, un golpe en la capacidad productiva del país y encarecimiento generalizado, debido a que Honduras es importador por excelencia.
Salgado, que también fungió como gerente técnico del Banco Central, aclaró que las reservas internacionales del BCH son de mas de 7,800 millones de dólares –más que suficiente para respaldar el valor de la moneda hondureña–, la inflación se mantiene en cinco por ciento (menor que la de Estados Unidos, siete por ciento) y con un precio estable del dólar con los socios comerciales de Honduras; Salgado no encuentra ninguna justificación para la rápida devaluación del lempira.
Al contrario, el economista explicó que actualmente no es el Banco Central de Honduras (BCH) quien determina el valor del dólar, sino que desde 2014 es la banca privada quien fija el precio de tipo de cambio con base en la especulación: “los bancos privados poseen un 80 por ciento de los dólares en circulación, el BCH se limita a fijar el precio base, pero los bancos deciden los precios a su clientela, así como el sistema interbancario”.
“Toda la política cambiaria, que obedece las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI), se enfoca en dar flexibilidad al tipo de cambio según la demanda del mercado. Al BCH se le dice que no debe fijar el cambio, solo a controlar la inflación. Entonces no se midieron las consecuencias para un país como el nuestro, que no nos ha convenido, porque lo que ha ocurrido es que la brecha entre importaciones y exportaciones se ha ahondado”, amplió Salgado.
Además, señaló que toda devaluación perjudica al pueblo: “somos un país importador por excelencia, todos los insumos van a subir de precios, sobre todo los combustibles. Esto provoca que se disminuya el poder adquisitivo de los trabajadores, si por ejemplo, gana mil lempiras, le rendirá como si fueran 800 lempiras”.
En cuanto a los productores, especialmente los pequeños y medianos, auguró un aumento en los costes, pues la incipiente producción en el país depende de la importación de insumos y tecnología, mientras que las exportaciones –casi en su totalidad materia prima en bruto– será mal pagada en el extranjero.
Por otro lado, la devaluación favorece a los grandes exportadores, que comprarán la mano de obra más barata y pagarán menos por los servicios, así como las compañías transnacionales que cobran en dólares, además, varios bienes y servicios que están denominados en dólares también serán beneficiados.
“El cable, el internet y la telefonía, ahora hasta los colegios están cobrando en dólares, hay impuestos públicos como la tarifa de energía eléctrica, la tasa aeroportuaria, el peaje, el impuesto al combustible, todo esto tiene como determinante el tipo de cambio”.
Consideró que el nuevo gobierno deberá afrontar la difícil tarea de revisar la política de devaluación, si desea alcanzar estabilidad en la divisa: “retroceder en lo que se ha avanzado puede ser muy doloroso. Yo diría que se mantenga el régimen cambiario, pero se debe evitar la especulación de los bancos, por que ya no responden las fuerzas del mercado, entonces, el Banco Central perfectamente puede intervenir”.
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